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Patin a Vela

Como médico, ejerce de jefe de misión en el barco Golfo Azzurro

Guillermo Cañardo: un patinista en Proactiva Open Arms

Guillermo_Cañardo medico, navegante y patinista

Guillermo Cañardo reconoce que lo que le sigue conmoviendo más en los rescates de inmigrantes náufragos son los niños: "Muchos son criaturas que han perdido a sus padres o que han sufrido graves heridas durante su huida. Y el desamparo que ves en sus ojos te estremece".

(23-5-2017). Guillermo Cañardo fue el vencedor de la última edición de la Volta a Menorca en patín a vela que tuvo lugar en el año 2014. Hoy Cañardo, sin embargo, está entregado en cuerpo y alma a la organización Proactiva Open Arms donde actúa como médico en el barco Golfo Azzurro en los rescates de inmigrantes que naufragan en el mar Mediterráneo.

Guillermo Cañardo lleva muchas, muchas millas en su cuerpo. Muchas de las últimas las ha acumulado navegando en el Golfo Azzurro, el barco de la oenegé Proactiva Open Arms cuya principal misión es rescatar a inmigrantes náufragos en el Mar Mediterráneo.

Me reconoce su sorpresa al plantearle la entrevista y lo justifica diciéndome que “hace dos años le vendí el patín a un amigo…”

Esto del patín engancha tanto que cuando lo pruebas puede decirse que eres patinista para toda la vida, ¿no?

Tras unos segundos de silencio, sin embargo, añade: “claro que esto del patín engancha tanto que, puede decirse que cuando lo pruebas, ya eres patinista para toda la vida, ¿no?”. Se me escapa una sonrisa y le corroboro la afirmación. Tras ello, concluye: “la verdad es que lo echo mucho de menos y estoy seguro que, un día u otro, vuelvo”.

Este licenciado en medicina nacido en Barcelona en 1973, empezó a navegar en patín cuando tenía entre cinco y seis años. “Mi padre me sacaba a pasear y me lo pasaba de fábula”. Después, navegaría en un patín junior: “llevaba el número de vela 66 y se llamaba Kamikaze. Lo compartía con unos primos”.

El primer junior en el que navegué se llamaba ‘Kamikaze’ y a mis sénior les llamé ‘Bandarra’

No sería hasta los 19 años cuando tuvo su primer patín sénior. Lo bautizó ‘Bandarra’, constatando que en esto de los nombres de barco le van los vocablos que llenan la boca y no pasan desapercibidos. Desde entonces, hasta que hace dos años le vendió su último patín a un amigo, en total tuvo cuatro ‘Bandarras’.

Guillermo Cañardo, navegando con uno de sus cuatro 'Bandarra'. Por detrás, asoma Josep María Robert a bordo de su 'Patufet'.

Guillermo Cañardo, navegando con uno de sus cuatro ‘Bandarra’. Por detrás, asoma Josep María Robert a bordo de su ‘Patufet’.

Su última competición fue la última edición que se celebró de la Volta a Menorca en el año 2014. También fue su última victoria y no precisamente con uno de sus ‘Bandarra’, sino con un barco que le prestó el anterior presidente de la Adipav, Gerard Esteva.

Ahora que para este 2017 se convoca la sexta edición de dicha Volta a Menorca afirma que “por poco que pueda, participaré”. No sorprende su buena predisposición a ello. Es el único patrón que ha participado en las cinco ediciones celebradas hasta ahora.

Sin embargo, a este amante de la navegación y las carreras de montaña, el tiempo no es algo que hoy le sobre. Actualmente es, como médico, el Jefe de Misión del Golfo Azzurro, el barco de la organización humanitaria Proactiva Open Arms. Después de cerca de un año como voluntario, el pasado mes de enero fue designado para ese cargo.

Cinco meses después, el 15 de mayo, Cañardo escribía en el muro de su perfil en Facebook que el Golfo Azzurro, volvía a tierra después de haber rescatado en el mar a 774 vidas y haber transportado a 514 personas.

Cañardo reconoce que “profesionalmente este trabajo me llena mucho porque te permite ayudar a mucha gente. Es un trabajo en el que salvas vidas y son las vidas, ciertamente, de la gente más pobre del mundo, de los que parece que el propio mundo ‘civilizado’ haya condenado como los ‘parias’ de la vida”.

Rescatamos a gente cuya única esperanza de vida es batirse con la muerte en el mar

-No debe ser fácil trabajar en algo así…

-No, pero, como decía, me llena muchísimo. Es un trabajo en el que coinciden mis dos grandes pasiones vitales: la medicina y la navegación. En estos momentos me siento completamente implicado en esta tarea de rescatar a gente cuya única esperanza de vida pasa por batirse con la muerte en el mar.

Guillermo Cañardo a bordo del barco Astral atendiendo a un inmigrante rescatado el pasado año.

Guillermo Cañardo a bordo del barco Astral atendiendo a un inmigrante rescatado el pasado año.

-¿Cuál sería la experiencia más impactante que has tenido en este tipo de misiones?

No sabría decirte. Siempre que rescatas a gente perdida en el mar es una experiencia terrible. No en vano, todos ellos son inmigrantes que escapan de la guerra, del hambre, de la tortura y de las persecuciones; personas que buscan desesperadamente un mundo mejor del que se han visto obligados a huir. Pero reconozco que lo que sigue conmoviéndome más son los niños que encontramos en aquellas barcazas. Muchos son criaturas que han perdido a sus padres o que han sufrido graves heridas durante su huida. Y el desamparo que ves en sus ojos te estremece.

Tras rescatar a los supervivientes, el barco quedó rodeado por 29 cadáveres

-¡Qué horrible!

-En octubre del año pasado nos avisaron del naufragio de 200 inmigrantes. Cuando acudimos, había gente en el agua y otros que habían muerto por inhalación de gasolina y agua de mar. Empezamos a tirar por la borda todo lo que llevábamos en el barco para hacer espacio y poder embarcar a los supervivientes…. Al final, el barco quedó rodeado por veintinueve cadáveres.

-¿Qué tipo de atenciones médicas podéis dispensar a los inmigrantes náufragos que rescatáis?

Son numerosas. Diagnosticar, estabilizar, hacer curas, monitorizar constantes vitales, canalizar vías venosas y, en los casos más graves, reanimar una parada cardiaca o aplicar ventilación invasiva. La verdad es que nos hemos encontrado con numerosos cuadros como hipotermias, heridas de arma blanca y de bala, niños recién nacidos con el cordón umbilical aún colgando y sus madres, que han parido justo antes de entrar en la barcaza, sin apenas poder andar, bebés prematuros y quemaduras graves. Y a todo ello, hay que añadir casos de sarna, tuberculosis y una larga lista de dolencias asociadas a la pobreza y el hacinamiento. Una niña de siete años llegó a la embarcación casi-ahogada pero se le pudo salvar la vida.

No creo en Europa. No está haciendo lo que toca

-¿Qué grado de ‘fe’ tienes actualmente en los políticos?

-Supongo que debe quedar algún político honesto pero reconozco que no creo en Europa. No está haciendo lo que toca. El solo hecho de que nosotros tengamos que estar en el mar, salvando vidas, demuestra que los políticos están fallando. Esta es la crisis humanitaria más grave después de la IIª Guerra Mundial. No existen cifras reales de la cantidad de muertos que esta crisis ha provocado. Los desaparecidos que yacen en el fondo del mar no salen en las estadísticas. Estoy convencido de que dentro de unos años, nuestros nietos nos preguntarán por qué permitimos que sucediera algo así y por qué no supimos resolverlo.

La crisis migratoria de hoy afectará a las tres próximas generaciones

-¿Ves alguna opción de solución?

-Debiera suponer que sí, que los políticos algún día cambiarán sus actitudes actuales, que se darán cuenta de que las políticas de barreras no llevan a ningún lado. Europa está armando a los libios para evitar que la gente vuelva a tierra. Europa debería facilitar la inmigración ordenada. Lo que hasta ahora están haciendo sólo enriquece a las mafias. Europa es un continente envejecido que necesita a gente joven y la política actual de cerrar las ‘puertas’ y mirar hacia el otro lado, no lleva a ningún sitio. Y este problema que estamos sufriendo hoy es un problema que afectará a las tres próximas generaciones.

-Supongo que inmerso en una actualidad como la que ahora vives lo de las regatas en patín te debe parecer una tontería o, incluso, una frivolidad…

-¡Qué va! Las regatas en patín no son ninguna tontería. Las regatas aportan valores, forman el espíritu. No, no son ninguna tontería. De todos modos, reconozco que cuando estoy allí, relativizo mucho las cosas de aquí, no solo las regatas. Y es que allí el ‘juego’ es a vida o muerte.

Con ResetCardio trabajamos en formar a los runners para que sepan ante el riesgo de muerte súbita de un compañero

-Hace tiempo fundaste la empresa ResetCardio, especializada en velar contra la muerte súbita de corredores y deportistas. Intuyo que esa iniciativa debió ser fruto de tu otra gran pasión que son las carreras por montaña…

-Sí, la fundamos con dos amigos más y todo empezó casi por casualidad, cuando nos propusieron participar en una carrera como corredores-escoba para atender a aquellos participanters que pudieran sufrir algún percance, sobre todo de tipo cardiovascular. Hicimos la carrera con un desfibrilador y nuestros servicios fueron tan bien valorados y nuestra experiencia tan positiva que decidimos crear esa empresa. En la actualidad, sigo vinculado con dicha empresa aunque el día a día lo llevan más mis otros compañeros. Pero nos parece una propuesta muy positiva, tanto para los organizadores de carreras, como para los propios corredores, pues, además de ofrecer el servicio médico, realizamos una charlas antes de las carreras para formar a todos los corredores sobre cómo detectar los indicios que pueden acabar propiciando una muerte súbita.

-¿Conoces algún caso de muerte súbita en patín?

-No, en patín no. Pero sí recuerdo que hace unos años se dio un caso de muerte súbita de un regatista de láser en la zona del Forum de Barcelona. A raíz de aquel caso, la Escuela Municipal de Vela instaló un desfibrilador. La muerte súbita, de todos modos, es un riesgo que existe en todas las disciplinas deportivas y el potencial de ese riesgo aumenta a medida que aumenta la intensidad con que se practica un deporte.

-Como médico, ¿te parece que los patinistas hacen poco caso a su forma física?

El patín a vela es un deporte físicamente bastante exigente. Por eso, cuando mejor estés de forma, mucho mejor. No en vano, aunque la técnica de navegación tenga mucha importancia en los días con condiciones de mar y viento más exigentes, el factor físico también juega un decisivo papel.

Los patinistas deben cuidarse especialmente la espalda porque es una zona que sufre mucho

-¿Y qué recomendaciones darías?

-Cuidar sobre todo la espalda porque es una zona del cuerpo que se usa mucho. Y ejercitarse para tener un grado de flexibilidad y agilidad suficientes al objeto de evitar caídas. No hay que olvidar que en el patín hay una serie de maniobras que se hacen de pie y, encima sobre un ‘escenario’ en constante movimiento, lo cual aumenta el riesgo de tropezar o dar un mal paso y acabar lesionándose.

El doctor Guillermo Cañardo recomienda a los patinistas que, además de navegar el fin de semana, intenten hacer ejercicio fisico diariamente, comer equilibradamente y mantener la actividad intelectual.

El doctor Guillermo Cañardo recomienda a los patinistas que, además de navegar el fin de semana, intenten hacer ejercicio fisico diariamente, comer equilibradamente y mantener la actividad intelectual.

-¿Recomiendas hacer pre-calentamiento antes de una regata o antes de salir a navegar?

Eso se recomienda en todos los deportes… Pero, reconozco, que yo apenas lo he hecho nunca.

-¿Qué otros consejos darías para que los patinistas estemos en forma?

-En líneas generales, hacer alguna otra actividad física diaria, además de navegar. También comer sano y evitar el abuso del alcohol y del tabaco. Y, muy especialmente, mantener la actividad intelectual. Todos estos aspectos son factores que permiten vivir más años con salud.

Igual intento clasificarme para la Volta a Menorca 2017 pero lo seguro es que haré la Mini Transat 2017

-¿Qué proyectos inmediatos tienes como navegante o patinista?

-Como patinista me gustaría tomar parte en la regata clasificatoria para la Volta a Menorca 2017, pero no sé si podré disponer de barco.

Por el otro lado, el próximo primero de octubre tengo previsto iniciar mi participación en la Mini Transat 2017, saliendo de la Rochelle para ir hasta Canarias y desde allí iniciar la travesía del atlántico hasta la villa de Le Marin, en la Martinica. Esta será mi segunda Mini Transat que es una regata trasatlántica en solitario para veleros de 6,5 metros de eslora. La primera la corrí en el año 2015 y llegué el 33º.

¡Mucha suerte y buena proa!


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