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Araceli Segarra: “La aventura existe cuando no sabes qué va a suceder después”

Araceli-Segarra

Su matrimonio con el Everest será para toda la vida. Al igual que su optimismo y espíritu aventurero. A punto de cumplir los 45 años, la alpinista catalana Araceli Segarra no se cansa de aprender y dibujar nuevos caminos en su vida.

Vives a caballo entre la ciudad y la montaña. ¿Dónde es más peligroso sobrevivir?
Creo que en la ciudad (y sonora carcajada). Por ahora, toda la gente que conozco que se lo pasa mal vive en la ciudad, y la que se lo pasa bien vive en la montaña (y vuelve a sonreír).

Tu vida quedó ligada para siempre al Everest desde que en 1996 fuiste la primera mujer española en ascender a la cima. ¿Te has planteado volver?
La verdad es que no. Cuando escalé el Everest ya dije que el ascenso que hicimos no aportaba nada al mundo del alpinismo y sí en cambio era un buen ascenso dentro del mundo del cine. Me quedé muy a gusto con el trabajo que hice. Me gusta mucho la montaña y existe una cantidad ingente de sitios, lugares y montañas y modalidades diferentes como para romperte la cabeza e ir siempre a los mismos lugares. A mi me gusta mucho descubrir, explorar y aprender. Teniendo en cuenta todo esto, y como que las expediciones me las pago yo de mi bolsillo, no repito (y se echa a reír).

¿Echas de menos el ambiente que se vive en las expediciones en el Himalaya?
No, porque creo que he sabido encontrar el sitio con el que encajo. Es algo que le acaba pasando a todo el mundo en la vida. Donde te encuentras más a gusto es con la gente con la que convives y compartes una serie de principios y valores comunes. Aceptas y eres aceptado. Y creas un ambiente en el que te sientes a gusto. Lo que he hecho es crear ese ambiente en mi entorno de vida. Todos evolucionamos, cambiamos de gustos. Hay que mantener los principios que uno tiene, pero es bueno cambiar. Mira, por ejemplo, a mi no me gustaba el café y hace 6 meses que lo tomo (y suelta otra carcajada). Estoy muy a gusto con la gente con la que ahora salgo, igual que también lo estuve en su día cuando fui al Himalaya.

Existe una cantidad ingente de sitios, lugares y montañas y modalidades diferentes como para romperte la cabeza e ir siempre a los mismos lugares

Parece que hoy en día se busca el reto cada vez más extremo. ¿La aventura ha dejado paso al espectáculo?
Esto ha sucedido siempre. Lo que pasa es que nuestra luz sólo ilumina el entorno más inmediato. Hace dos siglos también pasaban estas cosas. En el libro Una breve historia de casi todo, Bill Bryson ya deja claro que entre los primeros descubridores había de todo, incluso también algún fanfarrón. Ha pasado siempre, pero ahora, quizás enfatizado por los medios de comunicación, lo vemos más. Hay gente inconformista que busca nuevas aventuras. La aventura existe, siempre y cuando no sepas qué va a suceder en lo que haces, en el siguiente paso. Si eres capaz de plantearte así la vida, siempre serás capaz de encontrar una aventura. Los que exageran, mienten… siempre han existido, en todos los campos de la vida. Todo se repite a lo largo de la historia, aunque pensemos que es algo nuevo.

La aventura existe, siempre y cuando no sepas qué va a suceder en lo que haces, en el siguiente paso. Si eres capaz de plantearte así la vida, siempre serás capaz de encontrar una aventura

En tu ascensión al Everest, viviste, en primera persona y formando parte del equipo de rescate, la mayor tragedia que ha tenido lugar en la cima del mundo (8 personas murieron el 10 de mayo de 1996). ¿En la actualidad, con la masificación del alpinismo, crees que se le ha perdido el respeto a la montaña?
No, no lo creo. Incluso pienso que hay más respeto que antes en el sentido de preservar la naturaleza de la montaña. Hace más de 20 años, en mis primeras expediciones en el Himalaya, por ejemplo, encontrábamos basura en medio de la montaña. Y, hoy en día, existe una conciencia de recogerla. Hay que ver las cosas desde un lado positivo. Actualmente, hay más gente capaz de poder cumplir sus sueños y luchar por ellos. Y esto antes no sucedía. Muchas personas se quedaban en casa soñando con ser aventureros. Ahora ha cambiado el discurso y esta gente se dice a si misma: “puedo ser aventurero”. “Puedo hacer realidad mi sueño”. El boom del trail running o el esquí de montaña son dos excelentes ejemplos.

El alpinista italiano Walter Bonatti decía que a la montaña no iba para huir de nada, sino para encontrarse a si mismo. En tu caso, incluso vas más allá y afirmas que la montaña te enfrenta contigo misma.
Sin ninguna duda, la montaña te pone a prueba, con tus debilidades, pero también con tus fortalezas. Atreverse a superar algo, aunque sea un pequeño límite, te aporta un conocimiento de ti mismo que va más allá. En ocasiones, pienso que hemos perdido un poco el sentido de nuestra existencia, aunque no sepamos exactamente cuál es. Originariamente, el ejercicio, el deporte, vivir en la naturaleza, nos llevaba a alguna parte. Y las civilizaciones, de alguna forma, han matado todo esto. Pero seguimos conservando instintos primarios como la adrenalina. Pero la ciudad nos la mata. Y nos hemos dado cuenta que podemos volver a sentir todo esto y a expresarnos a través del deporte. Descubrirnos y saber quiénes somos.

La ciudad te mata pero la montaña te pone a prueba, con tus debilidades, pero también con tus fortalezas

En tu libro “Ni tan alto ni tan difícil” (Editorial La Galera) hablas de la importancia del trabajo en equipo en cualquier expedición de montaña. ¿Es lo que necesita precisamente la sociedad para tirar hacia delante?
Completamente. En nuestro país hay un concepto de egoísmo y envidia que no existe de forma tan evidente en otros países. O, como mínimo, no es tan evidente. En este país, cualquier persona que destaca un poco empieza a recibir críticas sin sentido, fruto de la envidia. Y esto conlleva que cada persona, dentro de un grupo, acabe trabajando para ella misma y no exista demasiado espíritu de colaboración. Esta poca generosidad conlleva que, a la hora de trabajar, cueste más que las cosas evolucionen. En EEUU, por ejemplo, esto es radicalmente opuesto.

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¿Realmente, en la vida, no hay nada ni tan alto ni tan difícil?
Yo nunca he sido ni soy extremista. No me voy a los polos opuestos de que todo es muy fácil o de que todo es muy difícil. Me asiento siempre en la parte central. Y el título de mi libro, en parte, viene por esto. No soy, para nada, partidaria ni de las exageraciones ni de los dramatismos. Estoy en poco cansada de la imagen de aquellos que necesitan ser héroes y venden que una gesta ha sido muy difícil, que lo han pasado fatal, que ha sido durísimo… Es mentira, porque lo exageran y además crean una imagen que no es real. Y el título del libro viene a desmitificar un poco todo esto. Una aventura puede ser complicada y puede llegar a costar mucho esfuerzo, pero no más de todo lo que cuesta en la vida. Hay familias que hacen muchos más esfuerzos, y más complejos, que los que llevan a cabo algunos héroes que sólo buscan reconocimiento.

Una aventura puede ser complicada y puede llegar a costar mucho esfuerzo, pero no más de todo lo que cuesta en la vida

A parte de este libro, estás muy centrada en tu faceta en el mundo de la televisión y también acabas de publicar el cuento “La Tina a Montserrat”. ¿Qué puntos tienen en común el dibujo y la montaña?
No lo sé muy bien. Siempre me he movido por instintos, por aquellas cosas que me gusta hacer. Si pudiese, no trabajaría (reconoce con humor). Pero, con el paso de los años, he conseguido que las cosas que debo hacer para ganarme la vida sean de mi agrado y me lo pase bien. Me he dado cuenta que lo que siempre acabo haciendo es explicar cosas. Y el dibujo me viene de instinto. Tenía 3-4 años y ya dibujaba. Me gustaba mucho. No le puedo dar una explicación. Veo que con el dibujo siempre explico algo. Y lo utilizo como un instrumento. Ya sea en televisión, radio o a través del dibujo, siempre me gusta explicar alguna cosa, comunicar ideas. Lo que asumo y aprendo en la montaña lo acabo volcando en mis otras facetas profesionales.

En la primera página de tu libro, citas al escritor anglo-estadounidense T.S. Eliot: “Sólo aquellos que se arriesgan a ir demasiado lejos, pueden descubrir cuan lejos pueden llegar.” ¿Has encontrado ya tu punto en el horizonte?
No, para nada (y ríe). Sigo en un proceso de descubrimiento permanente. Soy una tastaolletes (palabra catalana que significa que le gusta probar un poco de todo). Veo una cosa y voy de frente, veo otra y lo mismo… Estoy siempre mirando, probando, descubriendo…, y me quedo sin tiempo para poder hacer todo lo que me atrae. En el mundo de la ilustración, por ejemplo, hay mil historias que me gustaría hacer. Siempre hay algo nuevo para saborear en la vida.

Información de contacto:
http://www.aracelisegarra.com/