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Josef Ajram: “Todo reto me permite abandonar la zona de confort”

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Se mueve entre sus dos grandes pasiones: la Bolsa y el deporte. Participa en las pruebas más exigentes viviendo sensaciones límites. Su último reto: la Cape Epic sudafricana, donde ha conseguido un quinto puesto.

¿Satisfecho de la Cape Epic?

Muy satisfecho. He repetido aventura por segundo año consecutivo enfrentándome a los 800 km y a 15.000 metros de desnivel durante los ocho días de competición y he tenido a una pareja deportiva excepcional, Mayalen Noriega, con la que he representado a Assos of Switzerland y la compenetración entre ambos ha sido perfecta. Tenemos un nivel muy parecido y esto nos ha permitido alzarnos con una quinta posición de un total de 75 parejas mixtas que competíamos.

¿Ha sido dura la experiencia?

Bastante. Es una competición muy exigente, que te obliga a dar todo de ti mismo y con un terreno y etapas en muchas ocasiones muy complicadas. Siempre me habían dicho que la Cape Epic era el Tour de Francia de montaña y ahora puedo asegurar que así es. Pero una vez conseguido el reto, siempre quedan los mejores recuerdos.

¿Siempre la montaña antes que el asfalto?

Para competir siempre montaña. En asfalto el nivel del ciclismo profesional está en otra dimensión y para adentrarte en un reto resulta más difícil porque el funcionamiento es diferente. La montaña siempre es más accesible y además te permite vivir grandes aventuras. Me gusta entrenar por carretera, además disfruto mucho en el asfalto, pero a la hora de competir me atrae muchísimo más la montaña.

¿Qué te aporta el ciclismo?

Principalmente me aporta los valores del deporte, que no son pocos: la lucha por un objetivo, por un sueño, la motivación, constancia… Y todos ellos los traslado a mi día a día. Es más, son perfectamente extrapolables a cualquier objetivo empresarial que te propongas. De hecho, los aplico constantemente a la empresa.

En más de una ocasión has comentado que te gusta vivir las cosas con intensidad. ¿El ciclismo te lo permite?

Totalmente. En el caso de la Cape Epic, es una competición en pleno corazón de Sudáfrica con muchísimos kilómetros y miles de metros de desnivel y la intensidad, puedo asegurar, que es total. Te implica ponerte al límite, vivir a tope y exigirte lo máximo de ti mismo. En todas mis experiencias deportivas intento vivir intensamente cada momento, cada segundo de la competición.

¿Te gusta retarte?

Me gusta y disfruto mucho. Todo reto siempre intimida al principio, puede incluso hacerte dudar, pero eso es positivo porque te permite abandonar la zona de confort en la que habitualmente se suele caer con mucha facilidad y te permite ir un poco más arriba y te hace ser mejor persona.

Por tanto, ¿la palabra conformismo no está en tu diccionario?

Seguramente. Nunca pienso que tenga que ir a más, pero sí que es importante mantener vivo ese gusanillo interno que, en definitiva, te hace vivir. Alimentarlo y no hacer que muera.

¿Hasta qué punto tu profesión de broker te influye en el deporte?¿Eres calculador?

Mucho. Soy muy racional y realmente dejo muy poco espacio a la improvisación. En una competición me gusta tenerlo todo bien medido y bajo control. En el caso de la Cape Epic no sólo se trataba de ir allí y competir, implicaba también dejar el trabajo, familia y todo eso tienes que tenerlo muy calculado. Realmente dejo poco espacio a la improvisación.

Pero entonces, ¿das muy poco margen al factor sorpresa?

Sinceramente, la naturaleza ya me lo brinda. Cuando compites siempre te acabas sorprendiendo de las condiciones climáticas que tienes que vivir y de las características del terreno sobre el que tienes que correr. Tienes que hacer frente a hándicaps que no puedes prever: barro, lluvia, viento, rocas, arena… El factor sorpresa siempre está presente.

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¿Es importante ponerse metas realizables?

Totalmente. Siempre tienes que ser muy realista y saber hasta dónde puedes llegar. De lo contrario se puede convertir en frustración y no todo el mundo está preparado para encarar y hacer frente a esta sensación que puede darse. Por tanto, lo mejor es ir peldaño tras peldaño y siempre acorde a las posibilidades de cada uno.

El deporte, ¿hobby o trabajo?

Siempre hobby. Intento ser muy consciente de lo que quería ser de pequeño que era trabajar en la Bolsa y de hecho es lo que me da el sustento hoy en día. Es cierto que ahora mismo, en mi caso, el deporte es un hobby que se ha convertido en una pelota muy grande y en muchas ocasiones es difícil diferenciar la línea entre profesión y deporte, pero siempre intento que esa línea nunca llegue a confundirse del todo.

¿Cuál será tu próxima aventura?

Pues junto a la Titan y la Transpirenaica, uno de mis próximos retos empieza el 15 de julio. Me han invitado a participar en una competición en Rusia que me hace mucha ilusión. Se trata de recorrer toda Rusia en 23 días, pasando por quince horarios diferentes. Se sale de Moscú y la ruta se hace en paralelo al Transiberiano y finaliza en Vladivostok. Participamos un total de 16 equipos y para mi será una gran experiencia.