Joma Sport: 50 años de ejemplo para todos

En una época en la que la concentración del mercado genera no pocas tensiones, polémicas, frustraciones, prejuicios y perjuicios, prepotencias y, sobre todo, grandes (y graves) diferencias entre los operadores de ese mercado, que una empresa demuestre seguir estando al lado de quienes la han acompañado a lo largo de su singladura deviene prácticamente una excepción. Y esa singularidad se erige, asimismo, en punto de referencia si el recorrido alcanza el medio siglo. No en vano, en los vertiginosos tiempos actuales y tras lo acontecido en los últimos diez años, ha quedado claro que la longevidad no es algo que se regala sino que hay que conquistarla cada día.

Que Joma haya alcanzado su 50º aniversario evidencia que, desde sus orígenes en los años 60’s, ha imperado en su equipo rector el afán de adaptación permanente a las exigencias del mercado. Y ante la velocidad ascendente con las que esas demandas han ido variando, especialmente desde el inicio de este siglo XXI, se constata una vez más que esa reactividad empresarial no ha languidecido ni se ha apoltronado con el tiempo.

Joma Sport ha tenido siempre claro su horizonte

La trayectoria seguida, demuestra que Joma Sport ha sido siempre una compañía que ha tenido claro el horizonte. Que, como el maratoniano, sabe reservar sus fuerzas, que aplica las estrategias más adecuadas en cada etapa y que, aunque en ocasiones haya podido equivocarse, ha tenido la capacidad de reacción necesaria para reorientar sus recursos y esfuerzos y reemprender el camino.

Como los buenos deportistas, la empresa toledana ha sido consciente de sus limitaciones y ha trabajado optimizando sus habilidades para que aquellas pudieran ser contrarrestadas.

No se ha amedrentado ante la competencia ganándose diariamente a su afición (clientela)

Y también ha sabido que su carrera no era en solitario, que existían otros competidores, algunos de los cuales eran, incluso, más rápidos, más fuertes y que tenían mayor proyección. Su orgullo y su ambición ancestrales le han ayudado a no amedrentarse por poderosos que pudieran ser los rivales y les ha plantado cara con sus propias virtudes, ganándose diariamente a su afición (clientela), cuidándola, acordándose de los ánimos con que le jaleaba cuando empezaba. En Joma nadie olvida, nadie ha dejado de acordarse de que si se ha llegado hasta donde se ha llegado ha sido gracias al propio esfuerzo pero también gracias al apoyo de sus clientes, demostrando que el espíritu de cooperación marca-detallista y el reconocimiento permanente entre ambos ya daba buenos resultados antes de que se prodigaran tanto esos vocablos del ‘partenariado’ y/o el ‘win-win’.

Y todo ello no se ha conseguido desde la sumisión o el adocenamiento de la empresa a las exigencias de los detallistas y/o los consumidores. También Joma Sport tiene tiendas propias. También vende a través de su propia web. También selecciona los puntos de venta donde vende… Pero, sin embargo, en los años que llevamos informando de ella, han sido escasísimas (sobre todo si se comparan con las registradas por otras marcas de destacada notoriedad en el mercado) las quejas que hemos recibido sobre su comportamiento con los minoristas.

Ninguna otra empresa deportiva española calza y viste a deportistas de más de 100 países

Hoy, Joma calza y viste a deportistas de más de 100 países de todo el mundo. Ninguna otra empresa deportiva española alcanza esa cobertura. Y, asimismo, su logotipo es portado por más de 30 equipos de fútbol en todo el mundo. Hoy ya cuenta con filiales en Reino Unido, Alemania, Italia, China, Estados Unidos y Méjico.

Por otro lado, sus orígenes productivos, focalizados en el calzado de fútbol, se han diversificado hacia la fabricación de textil y su cobertura de disciplinas deportivas se ha ampliado también hacia el fútbol-sala, running, tenis, pádel y ciclismo.

Joma ha logrado, desde su Portillo de Toledo natal, afianzarse progresivamente como una de las grandes marcas de deportes de equipo y que sea del todo previsible que esa condición pueda conquistar alcance mundial en esta segunda generación de la compañía. A la izquierda, el fundador y presidente de Joma, Fructuoso López, y a la derecha, su hijo, segunda generación de la compañía y director general de la firma toledana, José Manuel López.

Su diversificación fabril, además, no ha conllevado dispersión. Ello ha sido factible gracias a que, al afrontar la producción de más de líneas de producto para otros deportes, lo ha hecho sin olvidar su consigna inicial: la máxima calidad. Y ello sin devenir elitista, promoviendo otro de sus principios: la mejor relación calidad-precio. Y es que, según consideran en la firma, al igual que el deporte debe estar al alcance de todos, también debe estarlo el equiparse para su práctica.

La virtud más valorable de Joma es su humildad, algo que no todos los grandes saben practicar ni proyectar

De todo ello se deriva que Joma Sport ha logrado, desde su Portillo de Toledo natal, afianzarse progresivamente como una de las grandes marcas de deportes de equipo y que sea del todo previsible que esa condición pueda conquistar alcance mundial en esta segunda generación de la compañía. Sin duda, sus esponsorizaciones de escuadras futbolísticas internacionales y su condición de espónsor del equipo olímpico español en los últimos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y en los próximos de Tokio 2020, ayudarán a que esa cobertura verdaderamente global sea realidad un día no muy lejano.

Joma Sport constituye un ejemplo para el mundo empresarial del deporte. Lo avalan los numerosos galardones recabados en los últimos años. Y no sólo lo constituye para las empresas suministradoras de nuestro mercado, sino, incluso, para los empresarios minoristas. Es un ejemplo realmente a considerar por lo que se afirmaba al inicio de estas líneas (por su pasión, constancia, profesionalidad, solidaridad, cooperación) pero, sobre todo, por su humildad; una virtud que, según dice el dicho, es muy difícil ser y practicar cuando se es de los mejores.