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Fat bikes: ¿Tienen cabida en el mercado español?

fat bikes

(30-7-2015). La mayoría de las principales marcas de bicicletas incluyen las fat bikes en sus colecciones 2016. Originariamente ideadas para nieve y arena, hemos preguntado a los detallistas qué opinan de esta nueva categoría.

Las fat bikes ya irrumpieron con fuerza en el mercado europeo el año pasado y ahora, en las nuevas gamas 2016, las principales firmas de ciclismo refuerzan su apuesta por esta categoría o, si no lo hicieron en 2015, las introducen en sus colecciones. Con unas ruedas que, en principio, fueron pensadas para superficies como nieve y arena, su uso también se ha extendido a los senderos de montaña. Pero los detallistas españoles no creen que estas nuevas bicis vayan a suponer un revulsivo para sus ventas.

Para Enrique Álvarez, propietario de Kikebike, en Asturias, “las fat bikes son una moda. No se sabe si va a durar un año, dos o tres, pero lo que está claro es que no vamos a comer de estas bicicletas. Eso sí, nos ayudarán a captar al cliente que quiera algo diferente, que le llame la atención el concepto. Están diseñadas para nieve y arena pero también van muy bien para caminos de montaña, aunque buscando más la diversión que hacer kilómetros”.

Pedro Dapena, copropietario de Ciclos Quintena (A Coruña), tampoco cree que las fat bikes vayan a ser “una revolución” o, al menos, “no de momento porque las tendencias siempre llegan tarde al mercado español”. En su opinión, estas bicis “son para el usuario que ya tenga otra bici y quiera darse el capricho. En 2015 tuvimos una en la tienda y generó mucha curiosidad. Es un buen reclamo publicitario pero no se materializó en ventas”.

Sin programación

Y es que, según aprecia Maria Àngels Rufé, propietaria de Cicles Pagés, en Rubí (Barcelona), “estas bicicletas tienen precios elevados y tal vez funcionen en ciudades grandes, con más potencial de público y un poder adquisitivo mayor, pero en nuestro caso no les veo cabida y no tenemos previsto programarlas. Si tenemos demanda las pediremos sobre la marcha”.

En la misma línea, Daniel Astolfi, propietario de Bicicletas Astolfi, en Sevilla, sostiene que se trata de un mercado muy limitado. “La poca venta generalizada que hay hace que las marcas se agarren a nuevos conceptos como las fat bikes para ver si sacan rédito”. Recuerda que estas bicis también se pueden usar en la montaña, “pero no son bicis ruteras para hacer kilómetros porque pesan mucho. Son más bien un entretenimiento”. El minorista contempla tener alguna fat bike en su tienda durante esta nueva temporada 2016, pero tampoco tiene pensado incluirlas en sus programaciones “porque lo veo muy arriesgado”, señala.

Eso sí, los detallistas también admiten que muchos proveedores han incluido en las colecciones 2016 modelos de fat bikes más económicos con la intención de llegar a más público.

Transición hacia las 27,5+

Algunos detallistas sostienen que las fat bikes han sido unas bicicletas de ‘transición’ hacia las nuevas medidas 27,5+, que debutan en las gamas 2016. Así lo manifiesta por ejemplo Pere Cahué, propietario de Probike, en Barcelona, quien opina que “las fat bikes han sido unas bicis pasajeras y serán sustituidas y superadas por la rueda 27,5+”.

Tal como añade Pedro Dapena, esta nueva medida 27,5+ “es más versátil que las fat bikes y puede por tanto llegar a un mayor número de usuarios, por lo que nuestra intención es apostar más bien por este tipo de ruedas para ofrecer al cliente una medida más ancha pero sin llegar a las fat bikes”.


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