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FITNESS

Un trastorno que prolifera entre deportistas y jóvenes

Diseccionando la ortorexia: obsesión por los alimentos saludables

ortorexia obsesión alimentos saludables

Si sientes obsesión por lo sano, podría ser anorexia // Foto: Jiri Miklo/Hemera/Thinkstock

(9-9-2016). Siempre se ha recomendado comer sano, pero el problema surge cuando se convierte en obsesión. La ortorexia es un trastorno que empieza a proliferar entre deportistas y principalmente entre la población más joven.

Clàudia Martínez psicóloga

Clàudia Martínez es psicóloga especialista en terapia breve estratégica.

En fitness, el éxito a la hora de lograr un cuerpo acorde a lo que la persona busca depende no sólo de un buen entrenamiento sino también de una correcta alimentación. Muchos entrenadores argumentan que llevando un dieta sana y equilibrada ya se puede conseguir hasta el 70% de lo que se quiere lograr a nivel físico y de musculación. De todas formas, todo tiene que llevarse de manera responsable y sin llevarlo a extremos porque entonces se convierte en obsesión y, en este caso concreto, puede derivar en ortorexia.

Como comenta Clàudia Martínez, psicóloga especialista en terapia breve estratégica, “el culto al cuerpo y la obsesión por seguir una dieta equilibrada puede hacer que las personas que practican deporte y que buscan resultados intentando alcanzar ideales imposibles de belleza impuestos hoy en día, se obsesionen con su alimentación y acaben introduciendo cada vez más alimentos sanos hasta caer en una trampa de la que es difícil salir por sí solos”.

El concepto ortorexia

Desde un punto de vista clínico, la ortorexia está catalogada como un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) caracterizado por una obsesión por los alimentos saludables. Como comenta Martínez, “se diferencia de otros TCA porque se centra en la calidad de los alimentos y no en la cantidad. Las personas que lo sufren evitan obsesivamente alimentos que podrían tener colorantes, pesticidas, conservantes, grasas poco saludables, azúcares, contenidos excesivos de sal y sustancias artificiales que pudieran dañar el organismo llegando a configurar un ritual obsesivo a la hora de comprar o cocinar los alimentos con una dieta restrictiva y un aislamiento social compensatorio”.

Es importante remarcar que la ortorexia no es una enfermedad sino un trastorno. Como puntualiza la psicóloga, “lo que subyace es una obsesión por la comida sana, cayendo en la paradoja de “cuanto más sano intento estar, menos lo consigo” ya que los alimentos que el ortoréxico rechaza no son sustituidos por otros que puedan aportarte los mismos complementos nutricionales”.

Grupos de riesgo

Los adolescentes y las personas que se dedican al culturismo, el atletismo y otros deportes son, en estos momentos, los grupos más vulnerables a sufrir este trastorno. “Son grupos de población muy sensibles al valor nutricional de los alimentos y a su repercusión sobre la figura e imagen corporal”, argumenta la experta. Por sexos, la ortorexia siempre ha afectado más a mujeres que hombres aunque las cifras parece ser que empiezan a equilibrarse.

CAUSAS

Detrás de un trastorno de este tipo hay ciertos factores que predisponen a desarrollarlo. Existen factores genéticos predisponentes como las personas con comportamientos obsesivo-compulsivos, aunque también hay factores socio-culturales que lo propician como, por ejemplo, la consideración de cuidar el cuerpo y ser mas saludable como algo positivo socialmente”, explica Clàudia.

Síntomas, diagnóstico y tratamiento

Como comenta la psicóloga, la ortorexia suele ser un trastorno muy difícil de diagnosticar porque la persona considera que comer sano es positivo y, por tanto, no cree que represente ningún problema para su salud mental y/o física. De todas formas, hay ciertas señales que pueden hacer entrever que se está ante un problema de este tipo.

– Preocupación excesiva por todo lo que se ingiere procurando que sea saludable: “Hay una preocupación mayor por la calidad del alimento que por el placer de comerlo”, explica Martínez.

– Invertir más de tres horas al día en planificar y preparar las comidas.

– Sentimiento de culpa cuando se ha incumplido la dieta: “La persona puede llegar a castigarse con dietas y ayunos más rígidos como forma de autocompensación”.

– Aislamiento social por miedo a comer alimentos “insano”: “Suelen rechazarse invitaciones a comidas sociales como cenas de empresa, cumpleaños, etc.”.

– Pérdida de la capacidad de comer intuitivamente: “Se deja de saber cuándo tengo hambre y cuándo estoy saciado”.

– Hablar de forma orgullosa sobre sus reglas de alimentación: “Se rechazan productos habituales del mercado y se defienden los de origen ecológico”.

La ortorexia puede revertirse y desaparecer. El problema reside es saberla diagnosticar. “En el caso de que se detecte”, explica la psicóloga, “se realiza un tratamiento psicológico y si fuera necesario, farmacológico. Se recomienda que la persona vaya incorporando poco a poco todos los nutrientes que fue descartando y que, aunque prosiga con una alimentación saludable, se ingieran cantidades suficientes de todos los alimentos”.

Posibles complicaciones

Una persona ortoréxica puede sufrir complicaciones graves si no es consciente del trastorno que sufre. Desde un punto de vista fisiológico y debido a la falta de nutrientes, el individuo puede desarrollar, como comenta la especialista, “una anemia, carencias vitamínicas, de oligoelementos o falta de energía. Puede causar hiponatremia que son niveles bajos en sodio, acidosis metabólica que es cuando el cuerpo produce demasiado ácido o cuando los riñones no están eliminando suficiente ácido del cuerpo y pancitopenia en la que el paciente tiene bajos los niveles de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. En casos extremos puede producir la muerte”.

Paralelamente, la ortorexia también puede derivar en daños psicológicos importantes ya que, como argumenta Clàudia, el trastorno se apodera de la vida del enfermo haciendo que su día a día sea difícil por la constante obsesión por la comida y la culpabilidad de saltarse su régimen alimentario.

Consejos finales

Cualquier persona que practique fitness o cualquier otro deporte en donde se busque un objetivo a nivel físico, debe tener especial cuidado con este tema. La especialista recomienda lo siguiente:

– Comer de manera sana y equilibrada: Mínimo cinco o más veces al día si el entrenamiento lo requiere.

Ante cualquier duda respecto a la dieta, consultar con un nutricionista o endocrino.

Acudir a un psicólogo o psiquiatra si la persona se siente identificado con los síntomas de la ortorexia.

Por último, la experta quiere remarcar que “nunca hay que obsesionarse por la comida sana ya que una virtud llevada a su extremo se convierte en un defecto”.

Más información: www.terapiabcn.com


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