Consejos para entrenar en verano

Como comenta Alejandro Marcet, entrenador personal de Personal Win Training, “siempre es importante que cuando llega esta época del año se extremen las precauciones o se tomen medidas para entrenar en verano y que el calor no nos juegue una mala pasada. Aunque en verano, el buen tiempo y la mayor cantidad de horas de luz invitan a practicar más ejercicio que, por ejemplo, en invierno, siempre hay que hacer un entrenamiento responsable”.

Hidratación

Si en invierno es fundamental ingerir líquido tanto antes, durante como después de un entrenamiento, en verano aún lo es más. En los meses de más calor, la sudoración es mucho mayor y nuestro organismo pierde una mayor cantidad de agua. “Es importante que nunca se llegue a tener la sensación de sed porque es el primer síntoma de la deshidratación. Hay que beber aunque no se tenga ganas. La recomendación es hacerlo antes de empezar a entrenar, mientras realizamos los ejercicios y una vez hemos acabado. Daremos pequeños sorbos cada 10-15 minutos aproximadamente”, explica Alejandro.

Siempre se primará el agua sobre cualquier otro tipo de bebida. Aunque muchos practicantes de fitness beben a menudo y casi a diario bebidas isotónicas, no hay que abusar de ellas. Como apunta Marcet, “recurriremos a este tipo de productos en ocasiones muy concretas como, por ejemplo, entrenamientos de muy alta intensidad”.

Evitar las horas de más calor

Si se practica ejercicio en exteriores, nunca hay que hacerlo en las horas en las que el calor alcanza sus picos más altos. Ejercitarse en las horas puntas, con temperaturas elevadas, puede desembocar en golpes de calor e incluso en quemaduras en la piel. “Cualquier entrenamiento outdoor, fuera de las instalaciones habituales de un gimnasio, nunca debería realizarse entre la franja de las doce y las cuatro de la tarde”, comenta Alejandro.

El aire acondicionado

En verano es recomendable que las instalaciones donde se practique fitness cuenten con un sistema de refrigeración que ayude a disipar la sensación de calor. No obstante, como puntualiza Marcet, “los equipos de aire acondicionado de un gimnasio nunca deben estar a pleno rendimiento. Los cambios bruscos de temperatura pueden afectar nuestro organismo. Los sistemas de climatización deben funcionar siempre a la temperatura de confort que suele estar, en estos casos, en torno a los 25 grados centígrados aproximadamente”.

También es importante que los equipos cuenten con difusores para evitar que los chorros de aire frío caigan directamente sobre la persona.

Moderar la intensidad

En los entrenamientos outdoor se aconseja tener en cuenta la intensidad del ejercicio en verano. “Cuando se suda en exceso, eliminamos una cantidad de plasma de la sangre haciendo que ésta se vuelva más densa. Esto provoca que nuestra circulación sea más lenta y que tarde más en llegar el oxígeno y la glucosa a los tejidos. La consecuencia de todo ello es que nos cansamos antes y nuestro cuerpo no rinde igual”, explica Alejandro. Moderar la intensidad evitará, por tanto, sudar menos y que la persona pueda rendir durante más tiempo.

Ropa adecuada

La ropa que debe utilizarse en verano para hacer fitness tiene que ser la adecuada para esta época del año. “Lo mejor es recurrir a tejidos técnicos que permiten que el sudor se disperse y no se concentre. El algodón es uno de los materiales que debería descartarse en estos meses de calor porque empapa demasiado y hace que el cuerpo sude más”, añade Marcet.

Por último, ante cualquier síntoma de mareo, nausea, dolor de cabeza o dificultad a la hora de respirar “interrumpiremos inmediatamente la actividad que estemos realizando hasta recuperarnos y no volveremos a entrenar ese día”, concluye Alejandro.