Los ejercicios hipopresivos forman parte de muchos entrenamientos. Low Pressure Fitness es una técnica avanzada enfocada a deportistas de élite y practicantes de fitness que, aplicada en hombres, mejora la condición física y la salud.
Low Pressure Fitness es un programa de entrenamiento muy enfocado hacia la reeducación de la postura y del trabajo respiratorio. Como comenta Tamara Rial, directora de I+D del International Hypopressive & Physical Therapy Institute y cofundadora y desarrolladora de la metodología Low Pressure Fitness, “los principales beneficios se centran en la mejora de la salud de la espalda y de la respiración. Lo más diferenciador e innovador es el tipo de patrón respiratorio que se ejecuta basado en una contracción de los músculos inspiratorios de la caja torácica mientras los pulmones se encuentran en apnea respiratoria”.
Este hecho redunda, como explica la experta, en dos efectos principales: “Por un lado, produce una descongestión de las vísceras pélvicas y, por otro lado, se favorece un entrenamiento de hipoxia que permite adaptaciones a corto y largo plazo en el sistema cardiovascular”.
Problemas de próstata
La succión diafragmática y el reposicionamiento postural durante la práctica de Low Pressure Fitness consiguen disminuir la congestión pélvica y, en ese sentido, mejora las condiciones del suelo pélvico masculino. “Con el paso de los años”, explica Tamara, “y sumado a otros factores de riesgo, la próstata empieza a aumentar de tamaño. Este agrandamiento puede obstruir a los demás órganos y causar problemas urinarios. Además, podemos encontrarnos con problemas más serios como el cáncer de próstata.
Las técnicas que se utilizan en Low Pressure Fitness han comenzado a utilizarse en diferentes estudios científicos para valorar sus efectos en la rehabilitación de pacientes con prostatectomías. Estos estudios han utilizado ejercicios hipopresivos, es decir, de baja presión y ejercicios de contracción muscular del suelo pélvico tras la intervención para reducir las pérdidas de orina y mejorar la calidad de vida del paciente”.
Disfunciones sexuales
Un porcentaje de la población masculina acaba sufriendo algún tipo de disfunción sexual con el paso de los años con los consecuentes problemas de tipo emocional y psicológico que conllevan. “Practicar la técnica de Low Pressure Fitness”, asegura Rial, “puede ser un gran aliado ya que además de estar entrenando, se estará ejercitando la musculatura pélvica de forma natural. Los músculos del suelo pélvico son también los músculos de la sexualidad y están íntimamente relacionados con la vascularización. Practicando estos ejercicios se puede ayudar a disminuir la presión en el perineo y aumentar la irrigación hacia el miembro viril”.
Mejora del rendimiento deportivo
Las personas que buscan aumentar un rendimiento tanto aeróbico como anaeróbico pueden encontrar en este método un gran aliado. Como explica Tamara, “el ejercicio se realiza en apnea de bajo volumen. Se mantienen apneas intermitentes durante toda la sesión y esto conlleva una desaturación de oxígeno arterial, una disminución de la frecuencia cardiaca y un aumento de la vasoconstricción periférica. Es lo que se conoce como reflejo del mamífero o respuesta del buceo”.
Frecuencia
En cuanto a la frecuencia de entrenamiento, Low Pressure Fitness puede adaptarse a las necesidades de cada persona. Si se dispone de tiempo, puede integrarse en la rutina diaria de entrenamiento. Y si no es el caso, “con sesiones de 30 minutos, uno o dos días de la semana, es suficiente para empezar a beneficiarse”, explica la experta.
Ejercicios
Para la población masculina existen una serie de ejercicios recomendados que, a continuación, se detallan.
Venus: Se ejecuta con los pies en paralelo, separados el largo de una mano, con las rodillas ligeramente flexionadas verificando que los cuádriceps están en cierto grado de tensión, igual para los glúteos. Se expande la caja torácica y se alarga la columna. A continuación, se respira con la caja torácica de manera costal. En la tercera exhalación se aguanta sin respirar y se abre al máximo la caja torácica al tiempo que se elevan los brazos, de esta forma se potencia el estiramiento de la cadena muscular anterior. Se repite el proceso tres veces.
Maya: Arrodillados en el suelo, se colocan los brazos ligeramente flexionados con las manos hacia dentro. Se alarga la columna y se extiende una pierna como si se quisiera alargar al máximo, pero sin perder la alineación de la columna. Se respira tres veces de forma torácica y a la tercera, se exhala completamente todo el aire y se abre la caja torácica al máximo. Se mantiene la posición durante el tiempo que dure la apnea y se repite tres veces.
Más información: http://lowpressurefitness.com/es
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