(13-2-2009). El número de efectos de comercio impagados aumentó en un 32,3% en el año 2008, y esta tendencia se agudiza en particular en diciembre, con un aumento del 43,9% con respecto a diciembre de 2007. El número total de efectos impagados asciende ya a un 5% sobre el total de los emitidos en circulación, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
Aunque la estadística no diferencia sobre la dimensión media de las empresas afectadas, puede deducirse que esta situación está afectando de una forma más negativa a los de menor dimensión, en especial autónomos y microempresas. Los trabajadores autónomos se encuentran generalmente en el último escalón del proceso de subcontratación, por lo que se financian de forma habitual con este tipo de efectos comerciales. Además, cada efecto impagado para ellos puede representar un alto porcentaje de su facturación anual. La situación a su vez genera que problemas de liquidez se transformen en crisis de solvencia, al no poder afrontar pagos a sus proveedores, por lo que entran en criterios de riesgo para las entidades financieras.
Desde la organización Upta se considera que, con esta situación, resultará muy difícil volver al circuito normal financiero que restablezca la confianza, y muchos autónomos deberán abandonar la actividad por falta de financiación de su circulante.
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