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RUNNING

Fabian Campanini, del centro Mirca Sport, aporta algunos consejos para afrontar esta etapa

Volver a la actividad deportiva tras una lesión

Ejercicios de recuperación de los receptores propioceptivos en la playa.

El fisioterapeuta Fabián Campanini, del centro de Asesoramiento Deportivo integral Mirca Sport, nos aporta las claves para afrontar la última fase de la recuperación de una lesión, en la que muchas veces, comenta, nos encontramos ante un vacío entre el tiempo que transcurre una vez que el atleta está ya casi totalmente recuperado y la vuelta a la actividad deportiva.

La última fase de la recuperación de una lesión comienza una vez que el paciente ya ha cubierto gran parte de su recuperación y ya se ha terminado el trabajo puramente en la camilla (el deportista puede caminar, hacer vida cotidiana sin molestias, trotar…). Una vez entrado en este estado, comienza el trabajo en el gimnasio, primeramente, para pasar posteriormente al terreno donde se desarrolla habitualmente la actividad deportiva.

Como avance resaltaremos algunos puntos clave que debemos incluir en esta fase final de la recuperación. Uno de ellos es el trabajo de la propiocepción que, aunque se comienza a tratar desde el inicio de la recuperación, en esta fase cobra sobre todo una vital importancia la reeducación del gesto deportivo. Otro punto clave es el aspecto psicológico, que debe ser idóneo para que el deportista vuelva a realizar la actividad deportiva con total seguridad y confianza en sí mismo. Para conseguirlo, es imprescindible el trabajo interdisciplinar entre el fisioterapeuta, el preparador físico y el entrenador.

Trabajar la propiocepción
La propiocepción es un complejo sistema de receptores y sensores corporales que mantienen informado al cerebro constantemente sobre cuestiones tan variadas como nuestra posición, estado de contracción muscular o equilibrio. La propiocepción funciona como un sistema de alerta cuando alguna de esas cuestiones se ve alterada de manera inesperada, como un estiramiento brusco o una pérdida de equilibrio. Ante cualquiera de estas circunstancias que pueden suponer una agresión al organismo, el sistema nervioso responde enviando una respuesta de protección automática. Por ejemplo, tras un estiramiento brusco en el muslo por un resbalón, la respuesta automática es una contracción instantánea del mismo músculo para evitar su rotura. O ante una pequeña torcedura de tobillo, enseguida contraemos el pie en sentido contrario para evitar mayores consecuencias.

Una vez que se ha producido la lesión, los receptores que informan al cerebro pueden resultar dañados. Por ejemplo, en el caso de un esguince, dichos receptores se encuentran en el ligamento y, si éste se rompe, se rompen también los receptores propioceptivos. Si al recuperar el esguince nos olvidamos de recuperar también dichos receptores, esa información dejará de transmitirse y, ante cualquier pequeña torcedura, no habrá una respuesta automática de protección. Esa es la razón por la que al sufrir un esguince y no recuperarlo correctamente, es mucho más fácil volver a torcerse el tobillo a partir de ese momento y notar una cierta sensación de inseguridad al pisar.

Para trabajar el Sistema Propioceptivo, el fisioterapia cuenta con multitud de técnicas muy simples pero muy eficaces. Se trata de ejercicios sencillos, que tratan de someter a la parte lesionada a pequeñas dificultades progresivas: desequilibrios, ejercicios en superficies inestables o con ojos cerrados, etc. De esta manera reeducamos a nuestros receptores para que vuelvan a transmitir la información de manera correcta.

Dentro de la propiocepción se incluye la reeducación del gesto deportivo, es decir, en el caso del atletismo, la técnica de carrera.

Aspecto psicológico
El aspecto psicológico debe ser igualmente trabajado desde el principio de la recuperación. En esta última fase el aspecto psicológico es primordial ya que el deportista ve mucho más cerca la vuelta a la actividad deportiva y esto aumenta los niveles de estrés por las dudas que crea en el deportista esta situación: ¿volveré a estar físicamente como antes, ¿me molestará la zona lesionada?, ¿me habrán substituido en el equipo?…). Por este motivo, el fisioterapeuta tiene que llegar a convertirse en su mejor apoyo, aumentar su autoconfianza, resolver sus dudas. También debe permitir al atleta hablar de sí mismo y de sus ambiciones. Y hacerle comprender primero lo que no funciona, lo que es preciso esperar y lo que puede hacer para contribuir al proceso de recuperación.

FABIAN CAMPANINI
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte
Máster Universitario en Dietética y Nutrición General
Máster Universitario en Alto Rendimiento Deportivo


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