Alessandra Aguilar: “Es más duro preparar un maratón que correrlo”

Tanto tiempo esperando y ya están aquí, ¿cómo están siendo tus días previos a los Juegos Olímpicos?
Los vives intensamente. Nos vamos preparando poco a poco para el viaje y el gran día. Ahora, el volumen de entreno es menor para llegar lo más descansada posible a Londres.

¿Qué representa estar en Londres?
Es algo maravilloso. Los Juegos Olímpicos son un sueño y poder participar por segunda vez es algo increíble.

¿Cómo te has preparado durante la etapa final?
Del mismo modo que me preparo para cualquier otra maratón; series largas y carga de kilómetros. Mis semanas oscilan entre los 175 y los 160 kms.

¿Qué objetivo te has planteado?
Si todo sale bien, mi objetivo es entrar entre las 15 primeras.

¿Cuáles son los obstáculos con los que te puedes encontrar?
En el maratón son muchos los factores externos que te pueden afectar. Hay que tener en cuenta el clima, poder tener un grupo en carrera, controlar el ritmo desde el inicio, que no te salgan rozaduras ni ampollas, no tener problemas estomacales…

¿Y las ventajas?
La motivación de correr un maratón olímpico y saber que llego en un gran momento de forma.

¿A quién ves cómo máximo rival?
Veo como rivales a las etíopes, keniatas, chinas, japonesas, británicas y alguna europea más.

Estuviste en los Juegos de Pekín,¿algo que has aprendido anteriormente que te pueda ayudar?
En estos cuatro años he aprendido y madurado mucho a nivel atlético, lo que me va a ayudar a conseguir una gran concentración en la competición.

¿Te estás preparando para los momentos duros?
En cada entreno te preparas para ello, siempre he pensado que es más duro preparar un maratón que correrlo, sobre todo con los calores del verano. Los entrenos son largos y hay días que estás cansado por la carga de entreno, así que te preparas física y mentalmente para el gran día.

¿Qué te puede aportar esta experiencia?
Cada vez que compites aprendes algo, pero con un maratón aprendes muchísimo a sobrellevar los malos momentos y a conocer los límites de tu cuerpo y mente.

Para terminar, ¿quién te esperará en la meta?
Mi familia, mi pareja y mi entrenador.