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MONTAÑA

Entrevista a Esther Ariete, escaladora y copropietaria de Annapurna

Cómo superar el miedo en la escalada

Esther Ariete es escaladora y copropietaria de Annapurna.

Esther Ariete, copropietaria de la tienda de montaña para mujeres Annapurna, es también una gran aficionada a la escalada. En este deporte, el miedo puede suponer un obstáculo, tanto por el temor a la altura en sí como a la caída. Ariete asegura que, en una disciplina en la que el factor psicológico es fundamental, el miedo “se puede entrenar al igual que la fuerza”.

¿Se puede decir que, en escalada clásica, es normal tener miedo en determinadas vías?

En vías de terreno aventura siempre hay un factor de riesgo y compromiso añadido. Siempre pienso que cada vía que hago es un reto personal. Sin duda, cada vez tanteas terrenos más complejos o de mayor compromiso, nunca se les debe perder el respeto. El miedo, como la fuerza, se entrena. Y lógicamente en terrenos de altura, donde la equitación escasea o a veces no existe, donde el compromiso y la imposibilidad de abandono son elevados, se debe tener la capacidad de trabajar este miedo, porque siempre está. El placer está en superarlo. Cada día es un reto, y nunca se debe desmerecer ni el grado más fácil, ya que la exposición suele ser mayor. Por lo tanto, creo que sí es normal tener miedo en ciertas vías, y lo que engancha es, precisamente superarlo. Ser capaz de cruzar tus propios límites.

Si hablamos de miedo, ¿cuáles son las diferencias entre escalada clásica y deportiva?

Los retos y objetivos, al igual que los esfuerzos, son diferentes en los dos tipos de escalada. Aun siendo físicamente el mismo deporte, en realidad se traduce en una práctica muy diferente y a menudo, en entornos también muy diferentes. Personalmente me tomo la escalada deportiva como un entrenamiento de fuerza y resistencia, con la idea de que me permita afrontar vías de terreno aventura con más seguridad. Debo reconocer que practico menos escalada deportiva que lo que requiere este objetivo.

¿Dirías que es más importante aprender a superar el miedo cuando practicamos escalada deportiva?

En general, cuando estamos durante un período largo practicando deportiva, vuelves a la clásica con más miedos y el factor “psico” debes entrenarlo de nuevo. Esto no quiere decir que no se pueda pasar miedo haciendo deportiva. En cualquiera de los casos es un deporte donde el factor psicológico tiene mucho peso.

¿Se puede distinguir entre el miedo a la caída y el miedo a la altura?

Creo que van totalmente relacionadas, y al mismo tiempo son conceptos distintos. Un escalador (a diferencia de un barranquero, por ejemplo) por defecto, nunca quiere caer. Claro está que, si tienes miedo a las alturas, vas más vendido. Y puede sufrir más. Aunque esto también se entrena. Cuando escalamos la tendencia es mirar siempre hacia arriba, no al revés. Cuando te inicias, es casi una norma indispensable, es posteriormente que empiezas a disfrutar del entorno. En mis inicios, tenía mucho respeto a las alturas y hoy en día, algunos desplomes o exposiciones me siguen impresionando y sugestionando. Pero esta sensación, cuando se controla, es fascinante.

¿Qué consejos básicos darías para afrontarlos?

La escalada es un deporte donde no se debe ir forzado, debe producir placer, como cualquier otro. La diferencia recae en que en cualquier deporte de resistencia se puede sufrir por esfuerzo y rendimiento. Pero en caso de escalar, si el sacrificio mental deviene a malestar, mal vamos. El miedo, como todo, se deberá entrenar. Lo mejor es hacer una progresión gradual y consolidar con cabeza para disfrutar de este fantástico deporte al máximo.

¿Cómo ayuda la compañía?

Lo mejor de todo está en el entorno humano que, en mi caso es excepcional. Mis compañeros y cordadas me ayudaron a tener una progresión fantástica y actualmente he conseguido llegar a sitios increíbles, donde la mejor recompensa es pensar en cómo se ha llegado. Sin ellos sin duda, imposible.En definitiva el entusiasmo, la ilusión y los nervios de las primeras veces son lo que te ayudan a superar los miedos. La desazón de continuar probando y llegar a las cimas, la mejor recompensa. Compartirlo con los tuyos, un lujo.

¿Es posible entrenar la mente para relajarnos y no sentir este miedo?

Claro que sí. Todo se entrena, y la fortaleza mental también. Pero como decía al principio, para mi cada vía es un reto. Según cómo te levantes puedes tener un resultado u otro. Personalmente, me influye muchísimo cada vez que escalo en una pared nueva, sobre todo si tengo indicadores de dificultad, exposición y compromiso. El gusanillo no desaparece nunca, aprendes a controlarlo (y esto es lo que nos gusta). Aunque el soporte de tus compañeros de cordada es fundamental. Te pueden hacer crecer tu fortaleza para ir adelante, luchar el paso o el largo, o decidir que mejor otro día.

¿Hasta qué punto el hecho de no asumir el vuelo puede limitar el rendimiento del escalador?

Creo que también se trata de etapas. Hay momentos en que el miedo a la caída te influye más o menos. Mi primera caída fue muy buena para mí, para perder ciertos miedos. También tengo la suerte de haber tenido pocas caídas y siempre limpias. Para mí la escalada es una afición, aunque muy adictiva, por lo que mi necesidad de rendimiento se reduce a querer gozar al máximo de este deporte que me apasiona, con el entorno que lo acompaña, los amigos y ahora pareja con los que entablas unos vínculos muy especiales. Supongo que el tema rendimiento lo puedo incluir en la épocas en que me he preparado para encarar algún reto concreto. Pero nunca me lo he tomado como un deporte de rendimiento, aunque sí con mucha intensidad. Intento no fallar ninguna semana, pues el tiempo libre escasea. Y la escalada de media o alta montaña piden mínimo un día entero de dedicación.


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