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MONTAÑA

Consejos de Jonás Cruces, director de Todovertical

Cómo prepararse para hacer cima en el Everest (III)

(PARTE III)

(Foto: Todovertical).

(9-10-2012). En artículos anteriores Jonás Cruces, guía e instructor de alpinismo y alta montaña y director de Todo Vertical, nos ha explicado cómo prepararnos tanto a nivel técnico como físico para conseguir el reto de ascender al Everest. Ahora nos habla de algunos aspectos a tener en cuenta paralelamente, como la alimentación o la preparación mental, para hacerlo con garantías. ¡ES IMPORTANTE QUE LEAS TAMBIÉN LOS ARTÍCULOS ANTERIORES!

En esta tercera y última parte sobre cómo prepararnos para hacer cima en el Everest, Jonás Cruces abarca tres puntos clave: cómo afrontar el mal de altura, la importancia de la alimentación y la preparación mental.

Mal de altura
El mal de altura es un estado para el que el alpinista puede preparase a través de un proceso de aclimatación, pero con todo, no es posible evitarlo al 100 %.  Acender de forma progresiva distintas cimas para acostumbrar el cuerpo y para que el alpinista reconozca las sensaciones que le provoca la altitud es esencial antes de embarcarse en una aventura como el ascenso al Everest. Pero, para aquellos que puedan ya que se trata de un sistema muy caro,  existe un entrenamiento paralelo en cámaras hiperbáricas. “Estas cámaras desarrollan mecanismos para adaptar al organismo a la aclimatación. Tu cuerpo se somete a una baja presión atmosférica que hace que se acelere el ritmo cardíaco… con este sistema te puedes poner a 6.000 metros de altitud en Madrid. Te entrenan el cuerpo y lo acostumbran a la falta de oxígeno antes de empezar la expedición”, explica Cruces.

La importancia de una buena alimentación
Una buena dieta es un complemento esencial para conseguir una mejor forma física antes de subir a la cima. “En este sentido lo mejor es ponerse en manos de un profesional. Es un nutricionista quien puede orientarnos y plantearnos una dieta adecuada y adaptada a nuestras necesidades”, aconseja Jonás Cruces quien añade que “proponerse un reto como el Everest es igualarse a niveles de un atleta profesional”.
Por otra parte, el trabajo de un buen masajista también ayudará al alpinista a poner su cuerpo a tono y conseguir un máximo rendimiento.

Retos deportivos para fortalecer la mente
La mente es un elemento clave a la hora de afrontar un reto de estas características y de ahí la importancia del entreno. Someterse a  situaciones de fuerte presión y fatiga en varias ocasiones antes de la expedición ayudará al alpinista a superar momentos conflictivos en alta montaña. “Cuando uno está ascendiendo el Everest, la fatiga y la tensión son tan fuertes que no es posible  pensar con claridad. Por eso es importante haber estado sometido a situaciones semejantes con anterioridad, para saber actuar y no dejarse llevar por la fatiga”, apunta Cruces.

Una forma de trabajar este aspecto es la planificación de retos deportivos que fortalezcan nuestra mente. “Se trataría de incluir en nuestro plan de entrenamiento objetivos duros que vayamos asumiendo cada vez en menos tiempo. Así, por ejemplo unos meses antes de la ascensión se podría plantear hacer dos o tres, tres miles seguidos. Encadenar desnivel fortalece mucho tanto desde una perspectiva física como mental. Se podrían hacer Perdiguero, Maladeta y Aneto, uno detrás de otro”.

Teniendo todos estos aspectos en cuenta y con una preparación  física y técnica adecuada sería posible para una persona con buena forma física poner en marcha una aventura como subir al Everest. Un gran reto que no está al alcance de todos.

Más información: www.todovertical.com


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