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CICLISMO

Consejos de José Luís Luque, portavoz de la asociación Ruedas Redondas

Los 10 puntos de la bici que hay que revisar antes de un viaje

José Luís Luque Ruiz (Antequera, 1952) nunca ha tenido una relación profesional con el sector ciclista. Simplemente, fue un usuario entusiasta de las dos ruedas durante su niñez y adolescencia. Con los años decidió comprar una bici… pero en lugar de hacerlo montó dos de forma totalmente autodidacta. Al ingresar en la Asociación Ruedas Redondas le propusieron que transmitiera sus conocimientos, algo que hace impartiendo talleres sobre mecánica de la bici, que él denomina ‘quitamiedos’: “Pretendo que la gente pierda el temor a realizar pequeñas labores de reparación y mantenimiento de la bici”, indica. José Luís nos ilustra sobre lo que hay que tener en cuenta antes de salir a una marcha cicloturista.

¿La bici necesita muchos cuidados?
La verdad es que no es una máquina muy compleja, con la ventaja de que gracias a su sencillez, no da muchos problemas. He visto en los talleres bicis con muchos años, durante los que no se le ha hecho absolutamente nada, y todavía funcionan de forma aceptable. Quienes no suelen revisar nunca nada, asumen el riesgo de que, como estadísticamente no suele ocurrir nada, si hay alguna avería ya se solucionará. Así nos encontramos, por ejemplo, a compañeros que en una ruta han reventado la cubierta por tenerla en muy malas condiciones. Para mí, los puntos esenciales que hay que revisar son 10, sobre todo si tenemos prevista una marcha cicloturista, algo muy habitual en vacaciones.

Vamos con el primero: Los neumáticos
Hay que revisar su estado, y, por ejemplo, cambiar la cámara si tiene varios parches, además de ajustar la presión en función de nuestro peso y del adicional que vayamos a llevar en forma de equipaje. El neumático es un elemento muy importante, ya que es el punto de contacto entre la nuestra máquina y el suelo, por lo que tiene estar en perfectas condiciones: no debe estar muy gastado, ni presentar salientes (“pepinos”), ni tener los flancos deshilachados. Además, deben que ser los idóneos para el uso que le vayamos a dar. Hay un neumático para cada uso, y para cada terreno: seco, barro, etc. Es mejor que sean sin cámara.

Punto 2: La dirección
Es un conjunto muy importante en nuestra bici, por lo que hay que tenerla bien engrasada. Solemos olvidarnos de ello, y, en vez de grasa, con el tiempo termina presentando ‘una pasta’ totalmente inadecuada. Es imprescindible que no tenga holgura o juego, así como asegurarse de que estén perfectamente apretados todos los mecanismos asociados a ella, como el manillar y la tija, y no solo para evitar molestos crujidos, sino también por seguridad.

Punto 3: Ruedas y radios
No solemos prestar mucha atención al centrado de las ruedas, sin darnos cuenta de que de él dependerá en gran parte la eficacia y rendimiento del frenado, con los frenos de zapatas a la llanta, bien con los antiguos cantiléver, o con los no tan antiguos v-brake. De un buen centrado dependerá la aproximación de las zapatas a la rueda, y la homogeneidad de la presión de éstas sobre la llanta. También es relevante la tensión de los radios, para evitar roturas prematuras. No debemos olvidar que el peso no recae sobre los radios que se encuentran en la parte inferior, sino que añade tensión a los radios de la parte superior. Hay que revisar especialmente los del lado del cassette, que serían los más complicados de cambiar estando de viaje.

Punto 4: Los bujes
Cuando hay holgura en los bujes, es como si tuviéramos mal centrada la rueda, ya que se comporta tal y como comentábamos antes, pero con el añadido de que esta holgura va provocando que las bolas de los rodamientos vayan golpeando y dañando tanto la cazoleta como el cono, lo que hará que con el tiempo queden inservibles.

Punto 5: Zapatas/pastillas de frenos
En este apartado, y por seguridad, debemos ser más exquisitos a la hora de que todo esté en condiciones, con el añadido de que su control requiere poco esfuerzo. En el caso de las zapatas, solo hay que confirmar que éstas estén perfectamente apretadas, igual que las pastillas. Solo es necesaria una inspección ocular para confirmar su desgaste y, si fuera, necesario, sustituirlas.

Punto 6: Engrase de las fundas y cables de los cambios
Son uno elementos que están entre los más fáciles de controlar. Con un mero vistazo veremos si los cables están resecos, ‘pidiendo un engrase’, si las fundas presentan torceduras, deterioros por roces, cables deshilachados, fundas y cables oxidados, etc. A pesar de que para sustituirlos es necesario un alicate específico de cortar fundas y cables -que no los estropea al cortarlos-, es una inversión que siempre nos saldrá rentable, pues tanto los frenos como los cambios agradecerán tener unas fundas y cables en condiciones.

Punto 7: Caja de pedalier
Para su revisión es necesaria una cierta pericia, pero nada fuera de lo normal. Solo es necesario coger los dos extremos de las bielas, donde se alojan los pedales, e intentar desviarlos lateralmente. Así veremos si el eje de pedalier tiene holgura. Si así fuera, esta operación sí que requerirá una vista al taller, ya que harán falta herramientas específicas para desmontar las bielas y para el pedalier.

Punto 8: Roscas y ajustes de bielas y pedales
Aunque hay bicis a las que nunca se les desmontan los pedales, cada vez hay más desmontables, por una razón o por otra: para meter la bici en el coche, en el autobús, etc. Por tanto, es importante, que los pedales y las bielas no presenten daños en las roscas, así como que éstas estén engrasadas. De lo contrario las roscas de la bielas, normalmente de aluminio, se irán deteriorando hasta llegar a salirse el pedal (en la última marcha cicloturista por Cádiz, me tocó remolcar a un compañero, pues esta avería en ruta no tiene solución).

Punto 9: La cadena
El control de la cadena es de vital importancia para todos los elementos que forman parte de la transmisión. Una cadena ‘estirada’, irá dañando los dientes de los platos, piñones, y ruedecillas del cambio. Aunque haga falta un medidor de cadena, hay un método casero que nos puede indicar que la cadena comienza a estar gastada: consiste en hacer que pase por el plato grande, y tirar de ella a su paso por la parte central del plato. Si vemos que se despega apreciablemente, es el momento de ir al taller a que nos la midan.

Y finalmente, el punto 10: Engrase del resto de la transmisión, platos, coronas, cambio y desviador
Las razones por las que hay que llevar siempre bien engrasados todos los elementos de la transmisión son obvias, pues alargaremos considerablemente la vida de las partes móviles, y ganarán en suavidad las estáticas. Lo que sí debemos hacer al efectuar estas revisiones es adecuar el tipo de lubricante a la estación o lugar de uso, pues no son necesarios los mismos para tiempo seco, que serán más fluidos y penetrantes, que para tiempo húmedo, que lo serán menos, pero resistirán mejor el lavado que pueda hacerle la lluvia.


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