Quantcast

FITNESS

Airam Fernández, cofundador del Paleotraining y fisioterapeuta, nos lo explica

Qué es el ‘ayuno estratégico’

(11-10-2013). Cuando el estómago está vacío, todo el metabolismo se pone en marcha para favorecer el movimiento. Todos los órganos se orquestan para trabajar conjuntamente en pro del movimiento óptimo. Pero una vez hemos comido, todos estos procesos cambian: el cuerpo se siente pletórico y aprovecha para conservar la energía el máximo tiempo y, a la vez, descansar y regenerarse por completo. Por este motivo, tal y como explica Airam Fernández, si dejamos pasar para movernos de 3 a 4 horas mínimo después de la última ingesta, generamos un ambiente hormonal óptimo para la quema de grasas como fuente energética. Es cuando hablamos del ‘ayuno estratégico’.

Airam Fernández nos sitúa en el tema con una pregunta: “Imagínense por un momento que son un Homo Sapiens que lucha por sobrevivir y que tiene que pelear por conseguir su sustento: ¿cuándo creen que decidirían moverse: justo después de comer un trozo de carne o cuando tuvieran hambre y no encontraran nada en los alrededores? Evidentemente cuando existiera la necesidad de moverse”.

Según el especialista, “desde la medicina evolutiva se plantea que la capacidad física del ser humano se seleccionó como herramienta básica para procurarnos comida y que el estado corporal óptimo para realizar actividad física es el ayuno relativo (4 horas mínimo después de la última ingesta)”.

Lo que ocurre exactamente es que “cuando el cerebro se percata de que no existe comida en la inmediata proximidad, moviliza al cuerpo con motivación para procurarse recursos energéticos. Así fue y así estamos diseñados”.

Cuando el estómago está vacío, “todo el metabolismo se pone en marcha para favorecer el movimiento. Todos los órganos se orquestan para trabajar conjuntamente en pro del movimiento óptimo y el sistema nervioso central apoya el proceso recompensándonos con los neurotransmisores de la felicidad. Una vez hemos comido, todos estos procesos cambian: el cuerpo se siente pletórico y lleno de brío, y aprovecha para conservar la energía el máximo tiempo, y a la vez descansar y regenerarse por completo”.

Por ello, “salvo excepciones como competiciones de alto rendimiento o entrenamientos específicos, es recomendable realizar el ejercicio físico en ayuno relativo, permitiendo que todo el cuerpo trabaje para y por el movimiento y que posteriormente se regenere adecuadamente”. Es cuando hablamos del ayuno estratégico.

Beneficios para el ejercicio
Tal y como nos explica Airam Fernández, “el hecho de movernos en coherencia con nuestra fisiología permitirá desarrollar un tipo de fibra muscular específica con gran capacidad oxidativa y alta eficiencia a la hora de producir energía (óptima por tanto para el rendimiento muscular)”.

Por otra parte, “este tipo de ejercicios en ayuno relativo genera la capacidad de captar glucosa independientemente de la insulina (hormona que se asocia a la captación de glucosa por parte de los tejidos). Este hecho es importante puesto que niveles altos de insulina en sangre bloquean la capacidad de quemar grasa y por tanto, aunque hagamos mucho deporte, no adelgazaremos con facilidad, además de que nuestro rendimiento se verá afectado. Comer previamente al ejercicio bloquea completamente esta capacidad”.

Sin embargo, “si dejamos pasar para movernos de 3 a 4 horas mínimo después de la ultima ingesta, generamos un ambiente hormonal óptimo para la quema de grasas como fuente energética. La subida de la insulina genera una regulación al alza de los procesos de glucolisis y de lipogenesis, mientras que disminuyen la Neoglucogenesis (formación de glucosa desde sustratos como lactato, glicerol o aminoácidos) y la Betaoxidacion de grasas. Mediante este proceso quemamos grasas en las mitocondrias para la obtención de energía para el movimiento o metabolismo basal”.

Además, “el entrenamiento en ayunas genera mejoras en otros aspectos que también influyen en la capacidad de disponibilidad energética, como son la mayor presencia de citoquinas proinflamatorias, la eficacia de las enzimas que participan en la oxidación de grasas (capacidad mitocondrial oxidativa), el porcentaje de los diferentes tipos de fibras musculares, y sobretodo los niveles de glucosa en sangre en el momento de la práctica deportiva”.

El fisioterapeuta asegura que “existen diferentes tipos de fibra muscular. Entre ellas nos interesa conocer especialmente las fibras musculares tipo I y tipo II A: en ellas es donde mayor capacidad de oxidación de ácidos grasos podemos llevar a cabo (quemar grasa), a la vez que tenemos la mayor capacidad de ahorrar y optimizar el glucógeno intramuscular. Entrenar en ayunas genera un aumento de fibras musculares tipo I y tipo II A, obteniendo así un incremento en la capacidad para quemar grasas en intensidades más elevadas”.

Airam Fernández resume que “el ayuno estratégico se fundamenta, en suma, en la evidencia de que la capacidad física del ser humano se seleccionó como herramienta básica para procurarnos comida y que por lo tanto el estado corporal óptimo para realizar ejercicio es el ayuno. Del primer Homo Sapiens al hombre moderno sólo hay un ínfimo 0,1% de cambios en nuestro genoma. Aprendamos por tanto de sus hábitos y costumbres: seguimos siendo prácticamente iguales genéticamente a nuestros antepasados”.

Más información en www.paleotraining.eu


No hay comentarios

Añade el tuyo