Un corredor popular alerta de los riesgos de inscribirse a carreras con una organización “deficiente”

Moles inicia su relato recordando “el compromiso directo que asumimos los corredores cuando nos inscribimos a una prueba (…) dando por sentado que lo hacemos en un ámbito de competición organizado y reglado”.

Pero el autor asegura que “a menudo nos olvidamos de dos detalles muy importantes”. Uno de ellos es la entidad organizadora, la cual “en cierta manera, nos quita parte de las preocupaciones a la hora de competir”. El segundo detalle es el reglamento de la prueba. “Nos informa de asuntos tan importantes como nuestra responsabilidad civil con respecto a la carrera y los términos de protección con los que contaremos en la misma”, comenta Moles. A lo que añade que “debemos ser conocedores del reglamento porque el pago de la inscripción supone la aceptación total del mismo”, y remarca que “el desconocimiento no nos libera de nuestra responsabilidad ante cualquier incidencia”.

Posibles consecuencias
“Un accidente que requiera servicios externos, una invasión por nuestra parte de cualquier vía interurbana con consecuencias en el tráfico o una posible actitud ilícita de algún corredor o propietario de fincas privadas, por poner ejemplos, reportará diferentes consecuencias según estemos inscritos en un evento debidamente organizado o, por el contrario, si participamos de una convocatoria cuya organización baraje como posibilidad el ‘ojalá no suceda nada’”, comenta.

Con estos ejemplos Moles quiere ilustrar que “con una inscripción barata pero una organización que no inspira confianza el corredor queda desamparado de algunos derechos y se le expone a los efectos legales que pudieran derivarse de la incidencia en la carrera”. Una reflexión en la que vale la pena pensar la próxima vez que vayamos a inscribirnos a una prueba.

Leer el artículo completo de Fernando Moles: http://issuu.com/molestel/docs/d__nde_compites_realmente