Deporte para combatir la obesidad infantil

La obesidad infantil se está convirtiendo en los últimos años en un grave problema de salud pública. En nuestro país, la tasa ha empezado a superar la de países con gran tradición como Estados Unidos. “Los cambios en los hábitos de vida que se han producido en nuestra sociedad en los últimos años han desencadenado el aumento de casos de menores con sobrepeso y obesidad”, explica Nacho Berenguel, técnico deportivo en Ego Sport Center, de Almería.

Hoy en día, la mayoría de niños ya no juega en la calle. Las videoconsolas, ordenadores, etc. han provocado que actividades tradicionales que se realizaban en exteriores se sustituyan por otras con un desgaste físico mínimo y un mayor sedentarismo. “A esta realidad hay que sumar un cambio muy importante en los hábitos alimentarios”, afirma el técnico. “Hemos asistido a una completa industrialización de toda la compra y de ingerir alimentos típicos de la dieta mediterránea a productos envasados, con aditivos, y procesados de tal forma que distan mucho de la alimentación de hace 20 ó 30 años”.

La obesidad implica grandes riesgos para la salud. Un menor que sufra sobrepeso puede llegar a desarrollar algún tipo de enfermedad asociada a este problema en algún momento de su vida. “Los problemas cardiovasculares y la diabetes son los más habituales”, añade Berenguel. “Pero además hay que añadir las secuelas psicológicas que puede sufrir el niño en una sociedad en la que a diario convivimos con unos estereotipos de belleza muy concretos y de culto excesivo a la imagen”.

El deporte como arma

Diferentes organismos internacionales como la OMS recomiendan, a través de diferentes campañas, la práctica de ejercicio físico para combatir la obesidad infantil. En nuestro país, también existen interesantes iniciativas como el Club Ego Junior, creado por Ego Sport Center, en Almería, y Natur Salud. “Lo importante es que el menor incorpore el deporte o cualquier tipo de actividad física en su estilo de vida y que además siga unas pautas nutricionales saludables”, comenta el experto. “Deporte y alimentación siempre tienen que ir de la mano. En este sentido, los padres tienen una gran responsabilidad para lograr inculcar ambos valores en el menor y conseguir cambiar hábitos de vida que pueden resultar perniciosos.”

Se recomienda cualquier tipo de práctica deportiva, desde actividades de equipo, como el fútbol, baloncesto o waterpolo pasando por otras más individuales como la natación, gimnasia rítmica, etc. Como explica Berenguel, “a estas edades, entre los 6 y 12 años, es importante que el niño realice una actividad física multidisciplinar. No es necesario ejercitarlo en una disciplina concreta. En definitiva, estaríamos hablando de actividades aeróbicas, actividades que mejoren la fuerza muscular y aquellas que permitan un mayor desarrollo de la flexibilidad. Cualquiera de ellas permitirá un desgaste calórico”.

Frecuencia

Según un estudio reciente de la Universidad Politécnica de Madrid, en casos de obesidad infantil se recomienda practicar ejercicio entre dos y tres veces a la semana. “Si aplicamos correctamente hábitos alimenticios saludables y ejercicio”, afirma el entrenador, “los menores que sufran de obesidad pueden ver resultados a medio plazo. En un curso lectivo se puede bajar un escalón y pasar de obesidad mórbida a obesidad, de obesidad a sobrepeso y de sobrepeso a un peso normal”.

Más información: http://www.egosportcenter.com/