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Patin a Vela

Han navegado todo el litoral de Cataluña en los siete últimos veranos

La gran aventura de los patinistas de Calafell

patinistas de calafell al culminar el periplo de navegar todo el litoral de cataluña

Los seis patinistas que realizaron el último tramo del periplo náutico de navegar en patín todo el litoral de Cataluña: Albert y Quim Vidal, Alex y Pere Bertrán, Fede Delclós, y Albert Ventosa.

(17-8-2017). Seis patinistas de Calafell concluyeron a finales del pasado julio su periplo náutico por todo el litoral de Cataluña. Su aventura empezó en el año 2011 y concluyó el pasado 31 de julio en l’Escala. Aunque en las etapas iniciales llegaron a tomar parte hasta 12 patinistas, solo dos de ellos han realizado las 17 etapas que han conformado esta travesía.

Los navegantes pertenecen todos a la Associació Patí Català de Calafell, una organización nacida en la citada localidad de la Costa Dorada de Tarragona con el objetivo de recuperar el patrimonio náutico de la costa de dicho municipio, entre el que figuran la vela latina, así como el patín a vela.

Navegar todo el litoral catalán era un sueño de varios de los patinistas de esta organización que, inspirados por los viajes realizados por el escritor y editor, Carlos Barral, llevaban tiempo acariciando. No en vano, Barral constituye uno de los pilares de Patí Catalá de Calafell, no sólo por su trascendente incidencia en la proyección de esta localidad en el mundo de las letras hispanoamericanas, sino también y muy especialmente por su estrecha relación con el mundo marinero calafellense, sus pescadores y sus trabajos y que llevaron a Barral a reconocer su completa integración e implicación con este universo del cual afirmaba que los pescadores de Calafell y el propio Calafell constituían “mi verdadera tribu, mi verdadera patria”.

INICIO DE LA TRAVESÍA EN 2011

En el verano del año 2011, un total de 12 patrones desplazaron por tierra sus patines hasta Casas de Alcanar con el objetivo de iniciar allí el primer tramo de su periplo náutico. El mismo se compuso de tres etapas. La primera, de Casas de Alcanar, hasta la playa de Riumar; la segunda, desde la playa de Riumar hasta Cambrils; y la tercera, desde Cambrils hasta Calafell. En total fueron 68 millas náuticas, erigiéndose este tramo en el de más larga distancia navegada de los siete que han compuesto esta travesía a lo largo de todo el litoral catalán.

Los impulsores de la iniciativa se plantearon, inicialmente, destinar unos días del verano para ir realizando la travesía hasta el extremo norte de Cataluña, aprovechando las vacaciones veraniegas y con la confianza de que esas fechas les facilitasen condiciones meteorológicas favorables. Sabían que cuanto más se acercaran al norte, en teoría, más viento y más mar irían encontrándose. Pero no había prisa. El objetivo era acometer el desafío con garantías de culminarlo y que en el mismo tomaran parte el mayor número de patinistas.

La flota patinista de Calafell es una flota que, en los últimos años, ha ido registrando una mejoría de nivel pero de forma heterogénea. La mayoría de sus patrones se sienten más navegantes que regatistas. En ese sentido, aunque se celebran algunas regatas esporádicamente (en julio y agosto básicamente), los patinistas de Calafell prefieren el goce de navegar por navegar sin la imperiosa necesidad de competir entre ellos y, tras las primeras ‘clases’ recibidas por parte de alguno de los patrones más veteranos, casi todos ellos han ido siguiendo un proceso de autoaprendizaje en el que cada salida al mar ha sido (y es) una nueva lección para aprender o para optimizar las técnicas de maniobra, las mejoras en el aparejamiento, obtener un mayor rendimiento en los diferentes bordos, etc.

PASIÓN POR EL PATÍN

Y es que aunque siguen siendo sólo unos pocos patrones los que participan en regatas, todos estos patrones prácticamente autodidactas son unos apasionados del patín, lo aman como una embarcación que les permite disfrutar navegando.

Asimismo, cuando salen a navegar son conscientes de estar colaborando en la promoción de una embarcación genuinamente catalana y que, además, revitalizan una embarcación que tuvo un gran protagonismo en la vida náutica local. No en vano, cabe destacar que durante los años setenta y ochenta, Calafell se erigió en la capital del patín a vela de la Costa Dorada, contaba con uno de los dos constructores de patines que por aquel entonces había en todo el mundo (Albert Ferrer, conocido como el ‘Xicus’) y su club náutico era reconocido como una de las entidades con mayor proyección de todo el litoral catalán y, por supuesto, entre los patrones de la clase patín a vela de toda la costa catalana. Fruto de esa proyección y de su numerosísima flota (había más de 80 patines en su varadero) fue que su club llegó a organizar dos campeonatos de España de Patín a vela (a principios de los años 60 y en los años 80).

El objetivo de esta travesía no era ver quién llegaba primero, sino llegar todos

Todo ese bagaje histórico, así como esta manera de sentir el patín ha tenido una relevante incidencia en el desarrollo de este periplo náutico por todo el litoral catalán. En este sentido, el principio de todos y cada uno de los siete tramos que han compuesto la travesía ha estado basado “no en quien llegaba primero a destino, sino en llegar todos”, como explica uno de los patinistas que ha participado en cinco de esos siete tramos, Federico Delclós.

Tras la conclusión del primer tramo navegado desde Casas de Alcanar hasta Calafell en el año 2011, la experiencia fue tan gratificante que, a su regreso, la gran mayoría de participantes en aquel primer tramo, ya empezaron a preparar el segundo para el verano siguiente.

10 PATINISTAS EN EL SEGUNDO TRAMO

La travesía del año 2012 contó con la participación de diez patinistas. En este caso, la duración del tramo volvió a ser de tres días. La primera etapa comprendió desde Calafell hasta el Prat del Llobregat; la segunda, desde El Prat del Llobregat hasta Canet de Mar; y la tercera, desde Canet de Mar hasta Cala Canyelles. Ese tramo volvió a ser de los ‘potentes’ en cuanto a distancia. Nada más y nada menos que 65 millas náuticas.

Los participantes en aquel tramo ya empezaron a constatar como las condiciones de navegación, a medida que se habían ido acercando hacia el norte empezaban a ser cada vez más exigentes.

EL TRAMO MÁS CORTO DEL PERIPLO

Tal vez por ello, en el tramo decidido para el año siguiente, 2013, el índice de participación se situó en ocho patrones. En este caso, la distancia a acometer fue más corta que en los dos tramos anteriores. Por norma general, cada nuevo tramo tenía como punto de partida el punto de destino del tramo realizado el año anterior. Aquel 2013 se salió de Cala Canyelles y el destino fijado fue Sant Feliu de Guíxols. Seguramente en esa decisión tuvo que ver el factor disponibilidad de tiempo. Los ocho participantes decidieron recorrer las siete millas entre Cala Canyelles y Sant Feliu de Guíxols en una única jornada.

Ese tercer tramo fue, de todos los realizados hasta entonces, así como de todos los que se realizarían en los años siguientes, el más corto en cuanto a distancia navegada.

SÓLO UN PATRÓN LLEGA A DESTINO

El cuarto tramo se llevó a cabo al año siguiente (2014). Según explica Federico Delclós, “en aquella ocasión, decidimos que no empezaríamos por el punto de destino del tramo del año anterior, es decir Sant Feliu de Guíxols, sino que volveríamos a fijar dicha localidad como punto de llegada de nuevo”. Los cinco patinistas que tomaron parte en ese tramo decidieron empezar más al norte y navegar hacia el sur, de modo que el punto de salida fue Begur y el de final de tramo, Sant Feliu de Guíxols. Entre ambos extremos, se fijó Sant Antoni de Calonge como meta intermedia. Los participantes estimaron dos días para realizar ese tramo. Se trataba de recorrer unas 13,5 millas.

Uno de los patrones partió el palo y otro perdió el patín y tuvo que venirlo a recatarlo Salvamento de Costas

Tras la primera etapa de Begur a Sant Antoni de Calonge en la que tuvieron vientos fuertes y mar con unas olas “realmente alucinantes”, según relata Delclós, la segunda etapa desde Sant Antoni de Calonge hasta Sant Feliu de Guíxols fue la más problemática de todo el periplo. Delclós asume que, “tal vez debíamos haber esperado y dejar que pasaran aquellos días de fuertes ventarrones, pero las travesías tienen eso: estás en manos de la naturaleza. Hay que llegar a destino sí o sí”. De modo, que los cinco patrones se hicieron a la mar rumbo a Sant Feliu de Guíxols. Las seis millas que separan ambos puntos registraron puntas de reseñable dramatismo. “Uno de los patrones partió el palo y otro llegó a perder el barco y tuvimos que avisar a Salvamento de Costas para que rescataran al patinista náufrago. Recuerdo que tuvimos que insistir mucho para que, además de salvar al patrón del patín, también ‘salvaran’ a su embarcación. Primero nos dijeron que no pero, al final, accedieron a ello”.

El único patrón que consiguió culminar aquella dramática etapa fue el propio Delclós. Los demás se vieron obligados a salvaguardarse en calas.

Al respecto, Federico Delclós reconoce que “aquella etapa constituyó una gran lección para todos. Constatamos que con el mar no se puede jugar ni, sobre todo, ir de ‘valiente’. Uno debe saber sus propias limitaciones y, asimismo, las limitaciones del propio material y tener todo eso muy, pero que muy presente en todo momento”.

REGRESO AL SUR

Probablemente, las intensas experiencias vividas en aquel cuarto tramo del año anterior propiciaron que el año siguiente (2015), los impulsores de la iniciativa optaran por regresar al sur, animados por el desafío de navegar en patín a vela por el río Ebro. Quedaba claro que la ‘aventura’ vivida en latitudes norteñas había sido ‘excesiva’.

Asimismo, el número de patinistas participantes se redujo hasta cuatro. Ese quinto tramo del año 2015 tuvo como punto de salida la localidad de Tortosa. El punto destino final se fijó en Calafell, de modo que este quinto tramo, fue prácticamente el mismo que el primero, con la única excepción de la etapa fluvial comprendida entre Tortosa y la desembocadura del río.

Fue una experiencia del todo singular navegar en patín por el Ebro

Según evoca Delclós, “fue una experiencia del todo singular navegar por el Ebro. Allí constatamos que el patín mostraba un comportamiento en cuanto a flotabilidad diferente del que muestra sobre aguas marinas. En el río parecía que los flotadores se hundían más”. Amén de ese ‘descubrimiento’, Delclos relata que “fue una gozada navegar bordeando la rivera del río escorados. Hacía unos diez o doce nudos de viento y gracias a que la superficie del río estaba completamente plana, volábamos. Sin duda, fue una de las experiencias más bonitas y de mayor goce que nos ha dispensado este largo periplo”.

Pero ese fue sólo el principio de aquel tramo. Tras llegar a la desembocadura del Ebro y hacer noche allí, los cuatro patinistas participantes en este tramo enfilaron desde Deltebre hasta Cambrils y, al día siguiente, desde Cambrils hasta Calafell. En total, ese quinto tramo recorrido ascendió a 64 millas, convirtiéndose en el tercero de mayor distancia de toda la travesía.

SEXTO TRAMO: EL NORTE NO PUEDE ESPERAR

Nuevamente, cuatro patinistas volvieron a ser los que afrontaron el reto de realizar el sexto tramo de la travesía. Y tras el ‘paréntesis’ del tramo sureño del año anterior (2015), en 2016 volvieron al norte, dispuestos a recorrer en dos etapas un total de 35,6 millas. La primera de ellas, desde Cala Canyelles hasta L’Escala (27 millas) y la segunda, desde L’Escala hasta Roses (8,6 millas).

En los primeros años, íbamos más a la aventura y durante el día navegábamos sobre el patín y por la noche dormíamos bajo él

En esta ocasión, los elementos se mostraron más benévolos y los cuatro patrones lograron culminar sin problemas las dos etapas de ese sexto tramo.

2017, LA CULMINACIÓN

El séptimo y último tramo reunió a un total de seis patinistas. Sus mujeres les acompañaron dispuestas a no perderse el final del periplo. Según reconoce Delclós, “los últimos tramos ya han sido más en ‘plan señor’. Poco que ver con los primeros tramos que hicimos en los cuales, nos marchábamos realmente a la aventura, poniendo entre la bancada del palo y la segunda bancada una mochila cubierta con tela impermeable para que no se mojara y que, luego en tierra, allí donde decidíamos quedarnos a dormir, nos servía para meternos bajo el patín a pernoctar”.

Pero en este séptimo tramo, al igual que en los dos anteriores, el planteamiento ha ido siendo distinto. “Nos los hemos planteado como una especie de mini-vacaciones”, explica Delclós. A continuación añade que “salíamos de Calafell con los coches y los patines en los remolques, con los hoteles reservados, los restaurantes para la cena ya convenidos y permitiéndonos, incluso, hacer alguna escapada turística en coche”.

El séptimo y último tramo ha contado con la participación de cuatro patines pero seis patinistas, de modo que en dos de los patines fueron dos los patrones, mientras que en los otros dos, sólo navegó un único patrón.

Los participantes de este último tramo han sido Albert Vidal y Quim Vidal (padre e hijo); Alex Bertrán y Pere Bertrán (hermanos), y Albert Ventosa y Federico Delclós. El objetivo era recorrer las 23,7 millas que separan Portbou de l’Escala en tres etapas diarias, de modo que la primera etapa era de Portbou a Portlligat (9,7 millas); la segunda, de Portligat a Roses (5,4 millas); y la tercera, de Roses a L’Escala (8,6 millas).

Sólo dos patinistas han hecho los siete tramos de todo el periplo: Albert Vidal y Pere Bertrán

Delclós ha explicado que “éste ha sido un último trayecto especialmente emocionante porque todos sabíamos que llegábamos al final de nuestra aventura de los últimos siete veranos”. Según añade el patinista, “mientras yo sólo he realizado cinco de los siete tramos navegados, sólo dos patrones los han realizado todos: han sido Albert Vidal y Pere Bertrán, el cual es el presidente de la Associació Patí Catalá de Calafell”.

Tras llegar todos los patrones a tierra en L’Escala el 31 de julio (habían salido de Portbou el 29 de julio) se prodigaron los abrazos y las felicitaciones entre los seis patinistas, así como con sus familiares. Lo que había empezado, según evoca Delclós, “como una aventura para hacer algo distinto, como una manera de propiciar camaradería entre los integrantes de la flota patinista de Calafell, había llegado a buen puerto y alcanzado esos dos objetivos, además de muchos otros como las lecciones que nos han enseñado el mar, el viento y nuestros propios patines”.

En la actualidad la Associació Pati Catalá de Calafell ya baraja dos nuevos proyectos para el próximo año 2018, aunque según precisa Delclós, “los dos están todavía muy verdes”. Uno de ellos es navegar el lago de Sant Antoni de la localidad leridana de Tremp (Pallars Jussà) y, por el otro, hacer la travesía de Denia hasta las Baleares.

RÉCORD

La experiencia culminada por la flota patinista de Calafell constituye un nuevo récord de la clase patin a vela. Nunca antes un grupo de navegantes de nuestra clase había cubierto de forma escalonada todo el litoral catalán, así como diez millas del río Ebro.

Que la iniciativa acaparase en sus momentos iniciales hasta la participación de doce patinistas y en el último tramo hasta seis, demuestra que el desafío ha ido más allá de la individualidad, que el colectivo ha sabido amoldarse a las dificultades y mantener viva durante siete años consecutivos la llama de este reto común.

Por supuesto, la gran mayoría de estos patinistas son caros de ver en las regatas del circuito oficial de la clase. Sin embargo, con su aventura han demostrado que el patín a vela es mucho más que un barco de regatas, que el patín a vela es una embarcación que te permite alcanzar cualquier meta… siempre y cuando te alíes con los elementos.

Los patinistas de Calafell pueden sentirse satisfechos de haber culminado un desafío colectivo como el que han conquistado. Y todos los patrones de la clase patín a vela en general también porque con aventuras como estas se divulga nuestra embarcación y su personalidad y se demuestra que, a pesar de ser la embarcación de vela ligera más veterana de todas las que hay en activo en la actualidad, sigue teniendo mucho, mucho futuro por delante y muchos, muchos nuevos retos por acometer.

Ver fotos del último tramo de la travesía de Cataluña en patín a vela


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