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Patin a Vela

Una Volta memorable

Jordi_Maré

Participé en la segunda edición de la Volta a Menorca (2008). Lo hice junto con Xavi Roca, Jordi Bahr, Julian Vinué, Gerard Delmás, Yannick Marquez, Guillermo Cañardo, Juan Carlos Campo, el andaluz Lupa, la patinista Tony Garcia, el belga Weindholf, y el valenciano Alfred Garcia.

(26-6-2017). La Volta a Menorca en Patín a vela es mucho más que una travesía náutica. Aunque se pasan muchas horas en el agua, también se viven momentos intensos en tierra y el conjunto de experiencias vividas se erige como uno de los álbumes personales más especiales que se guardan en la memoria y que gusta revivir de vez en cuando.

Hoy diez navegantes inician la aventura de dar la vuelta a Menorca con su Patín a vela. Para todos ellos es la primera vez y, como en todo debut, es lógico que sientan cierto nerviosismo ante la incertidumbre de con qué se van a encontrar.

Yo, que la hice en el ya bastante lejano 2008 (2a edición) recuerdo que, tras clasificarme para realizarla, pasé unos días inquietó a raíz de no haber hecho antes nunca una travesía náutica tan larga en distancia ni de tantos días. Y digo eso porque toda travesía de varios días propicia que puedas encontrarte con situaciones diversas en cuanto a meteorología y en cuanto a condiciones de viento y mar. Y ante esa diversidad, sabes ya de antemano, que vas a tener que afrontarlas sí o sí. De todos modos, es casi evidente que si llevas en las manos y los riñones horas de navegación con tu Patín, gozas de la capacidad de salir airoso de las diversas vicisitudes que puedas encontrarte. Y es que, en el fondo, lo único que cambia en una travesía como la Volta a Menorca en comparación con las salidas a navegar que acumulas en tu ‘mochila’ de navegante es que en esta ocasión te las encontraras de forma continuada a lo largo de los seis días que durará la travesía, es decir de forma ininterrumpida. Recuerdo que en aquella edición de 2008, aunque predominaron las ventolinas, en la primera etapa de aquel   año (de Fornells a La Vall) tuvimos que superar una barra de olas a la salida de la Bahía de Fornells que encogía los ánimos y luego, ciñendo hacia La Vall bastante próximos a tierra para aprovechar los rebufos que producían sus altos acantilados para obtener una proa mejor, cada vez que hacías el bordo de tierra sentías que aquellas paredes se te venían encima.

EXPERIENCIA EMOCIONANTE Y PLENA

La Volta a Menorca en Patín a vela es, como patinista, insisto: como navegante de Patín a vela la experiencia más emocionante y plena que he vivido. Porque en la Volta, aunque siempre surge el gusanillo competitivo de quién llegará primero al destino fijado para aquella etapa, lo prioritario es disfrutar del entorno, de los diferentes escenarios que te vas encontrando, de las sensaciones que te depara el sencillo hecho de navegar y disfrutar con tu embarcación.

Asimismo, lla Volta no es solo la navegación. La Volta son también las experiencias en tierra, el estar con tus compañeros expedicionarios hablando de la etapa del día, pero también hablando de otros temas que, sin las horas que te regala esta experiencia, difícilmente tendrías para hablar con ellos. Es lo que aporta el compartir las casi 24 horas del día con tus compañeros de viaje durante seis dias, así como con la organización. Unos momentos que prácticamente es imposible vivir en las regatas y campeonatos.

CAMARADERÍA ESPECIAL

La Volta que hice en el año 2008 la realicé con Xavi Roca, Jordi Bahr, Julian Vinué, Gerard Delmás, Yannick Marquez, Guillermo Cañardo, Juan Carlos Campo, el andaluz Lupa, la patinista Tony Garcia, el belga Weindholf, y el valenciano Alfred Garcia. Con ellos compartimos mucho más que horas en el agua.

Compartimos cervezas, risas, la descarga de los barcos del camión, las barbacoas playeras, la crema solar, las horas de espera para que las condiciones de navegación mejorasen (por falta de viento o exceso de olas), las recepciones de autoridades municipales, el montaje y desmontaje de la tienda de campaña, el atraque del Patín en los puertos de Ciutadella y Mahon, la búsqueda de un lugar donde dormir en la playa o en el duro suelo del puerto de Ciutadella, el levantarnos deprisa de madrugada porque llegaba la guardia civil en su rutinaria inspección de las calas protegidas, la búsqueda de una ducha tras dos días sin quitarnos la sal del cuerpo, el cargador del móvil, el teléfono movil, … Recuerdo, incluso, una ‘intima’ noche con Xavi Roca y Jordi Bahr, durmiendo sobre unas hamacas de Cala Galdana en la que nos cubrimos con la vela de Xavi para resguardarnos de la humedad de la noche y los gritos del vigilante que vino a echarnos a las cinco de la madrugada tras tomarnos por unos ‘sintecho’.

Sin duda, los compañeros de una Volta pasan a ser parte de tu vida como patinista. A todos nos queda para siempre el recuerdo de unas horas y experiencias intensamente compartidas, un sutil vínculo de una camaradería especial…


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