Gerard Esteva: “el gran valor del patín son los patinistas”

Gerard Esteva (Barcelona, 1984) es un hombre cuya historia ha estado marcada por la precocidad. A los tres años, impulsado por sus padres, empezó a estudiar violín. A los diez, entró en la reconocida Escolania de Montserrat donde llegó a ser concertino de su orquesta. A los veinte fue elegido presidente de la Adipav convirtiéndose en el presidente más joven de la historia de dicha asociación. Posteriormente, a los 25 años, batiría el mismo récord en la Federación Catalana de Vela al ser elegido su presidente y, a los 30, sería elegido presidente de la Unió de Federacions Esportives de Catalunya (Ufec), volviendo a batir de nuevo el record de presidente mas joven de la historia de dicha entidad.

Gerard Esteva empezó a estudiar violín a los tres años, impulsado por sus padres. A los diez, entró en la Escolanía de Montserrat donde llegó a ser concertino de la orquesta de este prestigioso y reconocido coro infantil del monasterio de la orden cistercense de Montserrat.(FOTO: Mundo Deportivo)

También su primera salida en Patín a vela fue bastante precoz. La hizo con su padre, navegante del Club Natación Barcelona, a los siete años. Su primer patin senior lo tendría a los quince años, si bien en este ámbito la consecución del primer título importante ya no llevaría ese sello de anticipación que parece llevar tatuado (fue Campeón de Cataluña de segunda a los vente años).

Los primeras de cuando empecé a navegar eran muy inaccesibles e ignoraban a los novatos

De todos modos, esa ‘tardanza’ en convertirse en regatista de éxito cabría justificarla en la falta de estímulo que Esteva dice que sufrió en sus primeros años como patinista. Según explica, “fue durilla la entrada a la clase. Cuando me inicié en el Club Natación Barcelona prácticamente ninguno de los cracks contestaba a las preguntas que les hacía para mejorar mi nivel. Los primera de entonces eran inaccesibles a los novatos y, sobretodo, si apenas tenías 15 o 16 años. No podías sentarte en su misma mesa, te ignoraban completamente. A raíz de aquello opté por marcharme al Club Náutico Masnou donde encontré a Ramon Huertas y a Mariano Sancho que me mostraron una acogida más favorable y estimulante”.

Tiempo después, cuando inició sus estudios de Derecho en la universidad Pompeu Fabra de Barcelona, Esteva explica que “llegué a tener hasta dos patines; uno en el Náutico Masnou y el otro, en el Natación Barcelona. Fue una época fabulosa. Prácticamente, hacia regata cada día. Aprendí mucho”.

Amén de sus cargos en el ámbito deportivo, Gerard Esteva sigue definiéndose profesionalmente como licenciado en Derecho y violinista.

– ¿Qué es más fácil de afinar: el violín o el Patín?

-Son dos ‘instrumentos’ con los que se sigue una evolucion de la progresión en su nivel a la inversa. Así como con el violín, los inicios son muy duros y exigentes, una vez alcanzas un determinado nivel, la progresión es, en cierto modo, más accesible. En cambio en el Patín, los comienzos son relativamente fáciles pero cuando llegas a un determinado nivel, para estar siempre o casi siempre en el grupo de cabeza, el nivel de exigencia es altísimo.

Gerard Esteva reconoce que la entrada en la clase patín a vela “fue durilla”. Explica que “cuando empecé a navegar en patín sénior a los 15 años, veía a todos los patrones muy mayores y su predisposición a compartir conocimientos era muy escasa”.

-¿Qué te impulsó a crear la Volta a Menorca en Patín a Vela?

-En los años 2004-2005, siendo presidente de la Adipav, pensé que sería divertido hacer la vuelta a dicha isla. Como mis padres tienen una casa allí, yo ya había hecho algunas travesías por la isla pero en otro tipo de embarcaciones. Dar la Vuelta a Menorca en Patín me pareció una nueva fórmula de recorrido que podía resultar más emocionante, más aventurera; vaya, muy distinta de los tradicionales triángulos.

-¿Y pusiste en marcha el proyecto tu solo?

-No. Digamos que yo puse la idea, pero su ejecución fue posible gracias a tres ‘socios’ más, sin cuyo apoyo aquello solo habría quedado en un sueño.

-¿Quienes fueron esos socios?

-Bueno: fueron y aún lo son. Por un lado, Luis Gay; por el otro lado, Rafael Figuerola; y, en tercer lugar, el Museo Marítimo de Barcelona. Luis Gay fue, y sigue siendo, el principal espónsor de la iniciativa; Figuerola actuó como director de la regata y sigue actuando como tal; y el Museo Marítimo de Barcelona aportó su barco Santa Eulalia que actuó y sigue actuando como barco nodriza de la expedición.

La sexta edición de este año de la Volta a Menorca en patín a vela demuestra que esta travesía ha calado

-Estamos en vísperas de que se inicie la sexta edición de esta Volta. ¿Cómo lo valoras?

-Es una muy buena noticia. Este año hace once de la primera (fue en 2006). Y que una iniciativa perdure en el tiempo es muy importante. Siempre digo que lo más difícil no es iniciar algo, sino que ese algo tenga continuidad. Y con esta sexta edición, se demuestra que la Volta ha calado.

-Tradicionalmente, la Volta era cada dos años. ¿Por qué se rompió la cadencia el año pasado?

-El palo del Santa Eulalia sufrió un grave daño en su parte superior a raíz del ataque de una especie que acabó carcomiendo buena parte del palo. Como el mal se inició en la parte superior del palo, no pudo verse hasta que faltaban unos pocos meses para la Volta. El problema fue que un mástil como el del Santa Eulalia no se cambia como el de un patin, requiere ir a un fabricante especial en el norte de España, luego traerlo, a continuación, implantarlo… En fin, todo un proceso que llevó varios meses. Pero ahora ya está todo arreglado y confío que este año podamos reemprender la cadencia bienal tradicional.

-Tras seis años de la Volta, no ha cuajado ninguna flota patinista en Menorca. Te sientes frustrado?

-No, porque ya desde el principio, intuimos que ese objetivo era inalcanzable. Los principales puntos náuticos de la isla están en Mahón y Ciutadella y ambos son puertos. Además, apenas hay otros emplazamientos de la isla cuyos responsables quieran crear, promocionar y consolidar una flota patinista en su playa. Lo hemos analizado mil veces pero ha quedado claro que allí este proyecto no tiene recorrido.

Siempre he querido hacer muchas cosas. Me mueven la vitalidad y el activismo

-A lo largo de tu vida has protagonizado diversos récords de precocidad. ¿Llevas ese espíritu de anticipación en los genes o es que hay algo o alguien que te empuja a ir tan deprisa?

-No me empuja nada ni nadie. Es simplemente una cuestión de vitalidad y activismo. Siempre he querido hacer muchas cosas; tal vez lo único en lo que me ’empujaron’ fue con lo del violín y lo promovieron mis padres.

-Estás siguiendo una fulgurante carrera en el ámbito deportivo. ¿En que medida tu paso por la presidencia de la Adipav fue para ti un laboratorio, una cancha de entreno o un trampolín para los cargos que has ocupado luego?

-Nunca consideré la Adipav como un trampolín para nada. Me dediqué a ella en cuerpo y alma durante cinco años. Creamos el circuito Adipav, creamos una web, dinamizamos el Patín junior, impulsamos las flotas andaluza y belga, logramos financiación para las regatas y los campeonatos importantes., ampliamos los horizontes de la clase en todos los sentidos… Y todo eso lo hicimos un equipo de personas; un equipo en el que todos sus integrantes eran mejores que yo en lo suyo. Esa forma de trabajar en la Adipav luego la he aplicado en el resto de entidades donde he estado. Mi objetivo en todas ellas siempre ha sido hacerlas más grandes de lo que eran a mi llegada. En definitiva, no creo en los ‘trampolines’, sino en trabajar en aquellos proyectos que mejoran lo que amas.

La ambición ayuda a mover y a mejorar las cosas

-¿Qué lugar ocupa la ambición en tu vida?

-Reconozco que en nuestra sociedad, la ambición a menudo tiene ‘mala prensa’. Sin embargo, opino que la ambición ayuda a mover y a mejorar las cosas. En cierto modo, en este concepto subyace una cuestión cultural vinculada a la idea de cómo entendemos el crecimiento. Y en ese sentido, reitero lo dicho antes: hay que dejar las entidades mejor que como las encontramos al llegar.

-Tengo entendido que la Ufec colaborará en el proyecto de la Adipav de reimplantar el monumento al patin a vela…

-En la Fundación Ufec desarrollamos el proyecto ‘Catalunya Competeix’. Éste permite a los particulares realizar aportaciones económicas para acciones vinculadas al deporte o a entidades deportivas y que esas aportaciones puedan, luego, obtener descuentos fiscales. A la Adipav le hemos propuesto acogerse a esta fórmula para llevar a cabo la campaña de mecenazgo con la que busca obtener el capital necesario para reimplantar dicho monumento. Asimismo, la Ufec aportará 3.000 euros a ese proyecto de la Adipav. Es cierto, de todos modos, que el acuerdo aún no ha sido firmado pero esperamos poder hacerlo entre finales de junio y principios de julio.

Los clubes náuticos deberían unirse y profesionalizarse para dar continuidad a las concesiones de que dependen

-Voy a apuntarte una serie de aspectos y quisiera que me dijeras qué instrumento musical te recuerdan y si suenan afinados o no.

• El Patín a vela: Me viene a la cabeza un violín Stradivarius. Suena muy afinado gracias, sobretodo a los patinistas.
• El Patín Híbrido: Me recuerda a un violín electrónico. Tiene unos repertorios más limitados pero también suena bien. La cuestión clave, sin embargo, es que su nivel de competitividad sea el mismo que el del patín de madera.
• Los patinistas: Suenan como los coros de Anselm Clavé. Los Patinistas son gente culta, educada, entrañable. Son el gran valor del patín a vela.
• La Adipav: Estoy bastante desconectado. Pero creo que todos deberíamos valorar el trabajo de su presidenta y su junta porque trabajan por la clase de modo altruista y eso merece un gran respeto y agradecimiento.
• Los clubes náuticos: Muchos están en un momento en el que deberían unirse y profesionalizar su gestión para poder dar continuidad a las concesiones de las cuales dependen. Creo que si cooperan sonarán como una cobla.
• La vela Catalana: Suena muy harmónica. No lleva motor y no hace ruido.
• El deporte catalán versus el español: Suena mucho más potente. España cuenta con 2 millones de licencias de las cuales hasta 700.000 son de deportistas catalanes. Y esa potencia de su voz opera ya como un solo; no en vano el deporte catalán ya se ha desconectado prácticamente del deporte español. Prácticamente no tenemos ya relación entre unos y otros.

-Con la trayectoria que has seguido hasta ahora, ¿te veremos algún día en el COI o tu foco está más centrado en la Generalitat?

-Reconozco que uno de los entes que siempre me ha gustado ha sido el COI. De todos modos, nunca he planificado demasiado el futuro. Siempre he preferido aplicar el lema ‘trabaja fuerte, con ilusión y tenacidad y las cosas irán saliendo’.

El patín constituye mi mejor válvula de escape

-Con la agenda llena que debes llevar, ¿te queda tiempo para salir a regatear en Patín?

Intento reservarme huecos para participar en una regata del Club Pati Vela Barcelona cada quince días. El patín me aporta una gran sensación de libertad y constituye mi mejor válvula de escape.