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RUNNING

La psicóloga deportiva Patricia Ramírez nos habla sobre cómo afrontar psicológicamente la vuelta al ejercicio tras una lesión

“Cada vez que pensemos en negativo, debemos dar las gracias a la mente”

(12-11-2014). El proceso para retomar la actividad física después de un parón obligado, por una lesión, no es únicamente un camino de recuperación de la fuerza física, sino también de recobramiento de la confianza mental. Un recorrido en dos estadios que no sólo tiene sentido en los deportistas profesionales, sino también en los amateurs. Para ello, hemos contactado con la prestigiosa psicóloga deportiva Patricia Ramírez, autora, entre otros, del libro “Entrénate para la vida”.

El punto de partida es obvio: “toda lesión conlleva un parón”. Y, advierte Ramírez, “todos los parones, ocasionan un cambio de rutina”. Cuando nos lesionamos, abandonamos nuestra rutina de entrenamiento y dejamos de hacer lo que más nos gusta. En este caso, correr. Como en la mayoría de deportes, y el running no es una excepción, las lesiones forman parte del juego. Como los éxitos y los fracasos.

Hay que tener presente que el dolor psíquico puede llegar incluso a ser superior al dolor físico. Por ejemplo, cuando nos damos cuenta del nivel de forma que hemos perdido durante el tiempo en que hemos estado parados, sin hacer deporte. Sin correr ni un solo quilómetro. En este sentido, según la psicóloga deportiva Patricia Ramírez, uno de los primeros aspectos que hay que tener presente es que “a pesar de tener el concepto lesión asumido como parte del juego, cuando un jugador se lesiona, aparecen sentimientos de frustración e impotencia”. Y, en función del tiempo que dicha lesión nos obligue a estar en el dique seco, “las emociones, y la frustración, podrán ser más o menos intensas”. En muchas ocasiones, cuando se supera el período de ostracismo, sin poder correr, dichas emociones vuelven a sentirse a flor de piel. Esto es, “la esperanza de volver a correr se junta con la duda de saber si podremos adquirir el nivel anterior a la lesión”. Una reflexión interna que, muchas veces, hacemos de forma inconsciente y que “puede afectar a nuestra confianza” y generar “inseguridad, incertidumbre, ansiedad e impaciencia”.

Tener una actitud positiva
Llegados a este estadio, para restablecer la normalidad en nuestra actividad deportiva, “la psicología deportiva puede ayudarnos a gestionar las emociones y los pensamientos inútiles”, destaca la avezada psicóloga. Unos malos farios que se “centran más en lo mal que estamos, que en el futuro prometedor que nos espera a la vuelta”. Y, precisamente, esos malos pensamientos, a parte de generar “miedo, pérdida de confianza o estrés emocional”, pueden llegar a ocasionar, incluso, una nueva lesión. El miedo y la pérdida de confianza tras la lesión, ocasionan que no veamos con claridad la situación real. Y, lo más importante, asumirla. Tal y como apunta Patricia Ramírez, lo más importante es “revertir la situación”. Tener una actitud positiva nos ayudará a superar cuanto antes este síndrome post-lesión y de falta de confianza.

Si la ansiedad ante la vuelta a la actividad deportiva llega a ser demasiado evidente, Ramírez aconseja “practicar alguna técnica de relajación o respiración”. Los pensamientos negativos de “¿cuánto tiempo tardaré en volver a correr como antes?” se comportan como una auténtica amenaza, como una losa, para nuestro cerebro. Ante ello, advierte la psicóloga, “nuestro sistema nervioso responde como si estuviésemos en peligro, con la respuesta de la ansiedad”. Así las cosas, “cada vez que la mente nos lleve a pensar de forma derrotista o negativa, debemos darle las gracias”. Sí, a la mente. Y “debemos decirle que no es el momento de pensar en ello”. Y la psicóloga deportiva nos ofrece una fórmula mágica: dirigir nuestra atención a lo que sume. “Pensar en los pasos que ya hemos dado, en lo que hemos avanzado, en la esperanza que nos transmiten fisioterapeutas, médicos y recuperadores”.

Buscar el apoyo social
El momento adecuado es otro de los aspectos a tener muy presente. Regresar a la actividad deportiva con demasiada rapidez puede, como ya hemos dicho, ocasionarnos con frecuencia ansiedad y frustración. Hay que “ser disciplinado y tener la paciencia suficiente para volver en el momento adecuado”. Si no procedemos de esta forma, la recuperación puede ser más lenta o problemática. Si es necesario entrenar los músculos para correr, no es menos necesario hacer lo propio con la mente para atender las respuestas psicológicas a las preguntas que toda lesión nos realiza. Este proceso provoca que “el tratamiento sea más efectivo”.

En dichos momentos, tal y como nos comenta la doctora psicóloga, “el apoyo social es muy importante”. Se refiere a aquellas personas “a las que podemos abrirnos y contarles cómo nos sentimos”. Además de “arroparnos y darnos ánimos” durante el proceso de recuperación, “el apoyo social puede transmitirnos experiencias y vivencias semejantes a la que nosotros vivimos en primera persona”. En este instante, pues, compartir cómo nos sentimos, nuestras dudas y nuestros sentimientos deportivos con otros corredores o con los expertos recuperadores (fisioterapeuta, médico, etc.) nos facilitará la vuelta a la normalidad. Además, podremos beneficiarnos de la experiencia de otros y no reproducir sus mismos errores. Patricia Ramírez lo dice bien claro: “la experiencia de otros corredores nos indicará que es una etapa más, que nos vamos a recuperar de forma satisfactoria y que, dentro de poco, volveremos a recuperar la forma física”.

Ganar confianza y seguridad
Cuando retomamos la actividad física, es vital haber hecho un trabajo previo con nuestra confianza y seguridad. Si lo hemos llevado a cabo, la vuelta será más rápida y menos dolorosa. Podemos repasar fotografías o vídeos que tengamos de algunas carreras y de las cuales nos sintamos orgullosos. Además, Patricia Ramírez nos expone el siguiente ejercicio: “anotar en una libreta los factores de éxito que dependan de nuestro talento, los que nos permitieron ejecutar nuestras marca y terminar una determinada carrera”. Si actuamos de esta forma, “seguiremos teniendo presente nuestro valor y nuestras fortalezas durante el tiempo de la lesión” y el inmediatamente posterior a ella.

Por lo tanto, en resumen, hay que trabajar la mentalidad del deportista para asumir la lesión y sus consecuencias. Ser realista con los tiempos de recuperación y no tratar de acelerar sin necesidad dicha vuelta a la actividad física. Aun así, esto no quita que demos el 100% de cara a recuperar lo antes posible las sensaciones y nuestro estado de forma previo a lesionarnos.

Información de contacto:
www.patriciaramirezloeffler.com
@Patri_Psicologa


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