Deshidratación y un pulso alto, motivos del abandono de Castillejo en Pekín

Castillejo achaca su abandono a una acumulación de problemas por la deshidratación y el pulso muy alto, que le hicieron pasar “un calvario”.

“Llevo dos campeonatos en verano, los Juegos y aquí, que los avituallamientos me caen mal, no se por qué. En invierno no me pasa, en verano sí”, ha explicado en declaraciones a EFE.

“Además, llevo tres días con el pulso muy alto. Hoy compitiendo iba excesivamente alto y al final vas haciendo un sobreesfuerzo enorme, que unido a esa falta de hidratación porque no puedes beber se ha convertido en un calvario”, añade Castillejos.

“Aguantas porque estás en un mundial”, asegura el atleta, pero, añade, “iba solo, me iban pasando” y en el kilómetro 25 decidió parar, ya que iba vomitando y ha pasado “mucho, mucho”.

No se para nunca, ni en los entrenos

El mismo Castillejo ha relatado la experiencia en su blog, en el que ha afirmado que “no me gusta retirarme (de hecho solo lo he hecho 3 veces en toda mi carrera deportiva). Lo odio y es lo que transmito a los atletas o a los runners que entreno. No se para nunca. Ni en los entrenos”.

Pero, continúa, “me ha tocado probar el sabor amargo del maratón. No le pongo como excusa el calor, la humedad o la contaminación. Eso era para todos por igual. He fallado yo. Y solo yo”.

Ghirmay Ghebreslassie, la sorpresa

La victoria del maratón fue para el joven eritreo de 19 años Ghirmay Ghebreslassie, que corría por tercera vez un maratón, y que protagonizó este sábado la primera sorpresa de los Mundiales de atletismo de Pekín al colgarse la primera medalla de oro con un tiempo de 2h12:27.

El joven eritreo desafió a todos los favoritos en los últimos diez kilómetros y no encontró respuesta.

El etíope Yermane Tsegay, que llegó a ponerse a su altura a 4 km del final, hubo de conformarse con la medalla de plata (2h13:07), seguido del ugandés Solomon Mutai (2h13:29).