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TRAIL RUNNING

Héctor Sanmiguel: “Correr por montaña es incluso mejor que practicar sexo”

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Foto del blog de Héctor Sanmiguel

(10-2-2016). Reflexivo. Soñador. Paciente. Para Héctor Sanmiguel correr por montaña es su vida. Su mundo. Acaba de fichar por The North Face. Una oportunidad que le permitirá conjugar sus proyectos más personales con el mundo de la competición. Por cierto, con tan sólo 22 años, ya ha subido más de 1.000 montañas en todo el mundo.

Has cerrado recientemente tu fichaje por la marca The North Face. ¿Qué supone para ti estar en un equipo con nombres como Timothy Olson, Sebastian Chaigneau, Fernanda Maciel o Lizzy Hawker?
Para mi es una gran oportunidad. Hasta ahora, intentaba hacer mis proyectos y mis carreras, pero era difícil encontrar un gran patrocinador que me apoyara en todo. Ahora podré pensar en grande y, sobre todo, dar un poco el salto a nivel internacional.

¿Ha cambiado algo este fichaje el planteamiento que tenías para el 2016?
Ha cambiado un poco. Básicamente, no habrá cambios a nivel personal, de proyectos que ya tenía en mente y que me permiten probar cosas un poco más difíciles, año a año. Pero sí en cuanto a la presencia en carreras. En los últimos años no he competido mucho, pero ahora, con The North Face, voy a intentar compaginar mejor las dos facetas y con mayor proyección internacional. En competiciones, mis dos grandes objetivos serán dos carreras para abril y junio en Francia, dentro de las Skyrunning France Series. Y, en el plano personal, el “Himalaya Project”, una expedición en solitario por Lhapka Ri (7045m) en la que intentaré establecer un nuevo récord de ascensión.

Tienes sólo 22 años, pero ya has subido más de 1.000 montañas en todo el mundo (Himalaya, en el Norte de África, en los Andes o en los Alpes). ¿Cuál ha sido la que te ha marcado más?
Llevo en la montaña desde que tenía menos de un año, con mis padres. Es mi vida. Y corriendo es, básicamente, cuando he podido explorar mejor las montañas y muchos picos. Pero la que más me ha marcado (y reflexiona)… quizás por darme cuenta de mi potencial y de lo que yo realmente podía aportar, fue en 2014 en al Himalaya. Hice un 6.000 virgen, yo solo. Era una montaña difícil, con compromiso. Y me salió bien. Había estado mucho en los Alpes y la primera vez que fui al Himalaya me salió bien. Y quizás eso me supuso un punto de inflexión.

héctor sanmiguel

(foto: Fernando Guevara)

¿Y la peor experiencia?
(Piensa). El pasado mes de octubre, por ejemplo, fui a La Patagonia, realizando una expedición en solitario, junto al fotógrafo Fernando Guevara. Recorrí los Altos Andes entre Chile y Argentina hasta llegar a Tierra de Fuego, en Usuahia. Pero allí, por problemas diplomáticos, no pude seguir. Y fue una desilusión. Pero, seguramente, la peor experiencia fue en una montaña mucho más pequeña, en el Pico Espigüete, en la Cordillera Cantábrica, durante la primavera del año 2013. Tuve un accidente grave en la cara norte. Bajaba corriendo, con piolet, crampones… y caí unos 300 metros de desnivel hacia abajo. Estuve bastante tiempo para recuperarme de la caída.

Afirmas que “siempre tenemos una idea escondida en nuestra cabeza, una montaña con la que soñamos. ¿Cuál es esa montaña que sueñas, el Everest?
Hay muchas, en realidad. Siempre ando con ideas metidas en la cabeza y soñando con nuevos proyectos y con nuevas rutas. Pero, seguramente, este sueño es hacer un 8.000. No aún el Everest porque no lo tengo en la cabeza. Pero sí alguna montaña por encima de esa cifra mágica como pueda ser el Cho Oyu o el Sisha Pangma, por poner dos ejemplos. Sería lo máximo poder subir y bajar corriendo. Este tipo de montañas son las que están al final del camino.

¿Qué consejos le darías a un corredor popular de trail running que, con la fiebre que vive este deporte, tiende a copiar todo lo que hacen los atletas de élite?
(Reflexiona). Básicamente, creo que lo más importante es darse tiempo. Que entienda que esto es una carrera de fondo. Quizás se puede progresar mucho en poco tiempo a nivel físico. Pero para conocer la montaña, el riesgo, cómo gestionar todo lo que hay en ella, y cómo correr cuando vas solo y debes asumir un compromiso muy grande… se requiere tiempo. Ir paso a paso. De montañas pequeñas a otras mayores, pero de forma progresiva. Y eso es compatible con el hecho de tener objetivos a largo plazo, y así poder mantener la motivación. Hay que implicarse mucho también en el propio proceso de aprendizaje, estar siempre rodeado de libros, técnicas y aspectos que puedas aprender. Y trasladarlo a tu propia persona. Cada persona es un mundo y tampoco hay que aplicar o copiar lo que hacen otros, sino adaptarlo al propio interés.

Dices que “correr es una experiencia ligera, un vehículo para expresarme y para descubrir”. Subes montañas con un estilo ligero y rápido, de la forma más sencilla posible. Un estilo parejo al que utiliza Kilian Jornet. ¿Es un espejo?
Me he fijado en algunas actividades que ha llevado a cabo Kilian, como el proyecto que tiene en el Everest o lo que ha hecho en el Montblanc, pero tampoco es que sea un referente recto. Me fijo en varios corredores, y me fijo en cómo corren y en la filosofía que llevan a la montaña. Y Kilian es uno de ellos, pero no el único. Intento aplicar una filosofía natural, lo que me apetece hacer. Te fijas en lo que hacen otros corredores, pero, en última instancia, todo debe salir de dentro de ti.

Me he fijado en algunas actividades que ha llevado a cabo Kilian, como el proyecto que tiene en el Everest o lo que ha hecho en el Montblanc, pero tampoco es que sea un referente recto

¿Lo que haces lo consideras una especie de alpinismo moderno?
No me gusta llamarlo así. He hecho alpinismo clásico cuando era más joven, pero no me considero alpinista. Me gusta llamarle simplemente correr por montaña. Ya sea por un pico de 2.000 o 3.000 metros en los Pirineos o bien en montañas más altas. Cambia un poco el material, pero la esencia es la misma. Voy con el mismo sentido. Correr en la montaña, para mí, es algo muy global.

(foto: Fernando Guevara)

(foto: Fernando Guevara)

¿Te parece bien la lucha contra el crono y los récords que se está estableciendo en algunas montañas de gran nivel o bien la montaña debería tener un ritmo y una pausa ajenos al crono?

No tengo una opinión muy definida, porque, de hecho, pienso que los dos mundos pueden coexistir. Eso sí, no me gustan algunos de los circos que estoy viendo ahora, por ejemplo, en el Aconcagua, donde muchos corredores van a batir cada año el récord. Y se van pisando los unos a los otros. Pienso que esa filosofía competitiva se debería limitar a las carreras, en la lucha contra el crono. En la montaña también cabe la posibilidad de que haya récords, ya que es una vía para poder medir una gran montaña y ver el gran potencial que puede tener, pero fuera de las carreras, repito, no me gusta mucho todo este circo. Me gusta la competición por un lado y la montaña por otro, con una filosofía más personal y de descubrimiento y exploración. Con esta forma de actuar, creo que hay más trasfondo, se pueden sacar cosas más bonitas que el sólo hecho de luchar contra un tiempo preestablecido. Hay un abanico enorme y aún no le hemos sacado todo el potencial.

No me gustan algunos de los circos que estoy viendo ahora, por ejemplo, en el Aconcagua, donde muchos corredores van a batir cada año el récord

Entiendes el correr como viaje un infinito y hacia nosotros mismos. ¿Esto del correr es mejor que practicar sexo (lo decimos por el título del libro que acabas de publicar “El Sexo de Correr”)?
(Se ríe, a carcajada suelta). Pues… para mí, te podría decir que sí. Correr es algo tan grande, hay tantas posibilidades todavía. No es un mundo nuevo, pero tiene un abanico de posibilidades por explorar muy grande. Toda mi vida está en ello. Todo está rodeado de la propia actividad, cómo vivo, cómo me gano la vida, mis amigos, mis relaciones… Por eso, es algo mucho más global e intenso, es una especie de proceso vital, una forma de vivir.

 

“El Sexo de Correr” es un libro donde Héctor Sanmiguel relata la preparación, el después y el durante de un viaje en solitario por las montañas del Pamir, en Kirguizistán, donde realizó un ascenso a catorce montañas. A través de diferentes textos, el lector podrá pasar por la mente desequilibrada de un corredor de ultra distancia en montaña. El objetivo de este libro es sacudir al lector, provocar reacciones.

 

Información de contacto:

https://hectorsanmiguel.wordpress.com/

@h_sanmiguel


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