CEC: “La mejora de las comunicaciones hace que la montaña sea accesible para todos”

¿Con qué secciones cuenta el CEC?
Tenemos secciones deportivas que engloban montaña, camping, descenso de barrancos, espeleología, bicicleta, esquí alpino y nórdico y escalada. Por otra parte, también contamos con secciones culturales como cine, fotografía, geografía, ciencias naturales, historia y arte. Existe bastante equilibrio entre las diferentes opciones, pero crean mayor dinamismo las relacionadas con la montaña.

¿Cuál es la ventaja de ser socio?
Quizá la más importante es que cuentan con un seguro en caso de accidentarse. Otras son que reciben de forma gratuita y bimensual la revista Montaña, que tienen descuento para actividades, refugios y cursos teórico-prácticos sobre botánica, fotografía, cómo utilizar correctamente un GPS, etc. y que pueden disfrutar de todas las instalaciones de nuestro local social para reunirse, hacer uso de la biblioteca o practicar la escala en el boulder que tenemos.

¿Cree que la montaña está de moda?
Sin duda. La montaña antes era algo inaccesible porque era una desconocida para nosotros. Ahora es más accesible gracias a la mejora de comunicaciones, al incremento de los refugios, a la información de los medios de comunicación, etc. Y si aún así nos sentimos inseguros, podemos contratar los servicios de un guía profesional.

¿Qué imagen proyecta el cine del universo de la montaña?
Se acaban de estrenar dos películas en las que la montaña es un personaje más: Bruc y 127 horas, basada en las vivencias del aventurero Aaron Ralston. En el caso de 127 horas, creo que es una película contraproducente porque proyecta una imagen alejada de la realidad. Prácticamente parece que ir a la montaña es algo que sólo pueden hacer los héroes. El cine tiende a exprimir la parte más espectacular de la historia: es cierto que ha habido casos trágicos en ascensiones, pero el porcentaje es muy bajo. Soy más partidario de películas como Bruc, donde, si bien hay elementos ficticios, tiene una base más realista.

Este año se conmemora el quinto aniversario de la puesta en marcha de la Comissió d’Esport Adaptat. ¿Qué valoración realiza de este lustro de trayectoria?
Muy positiva. Desde el CEC huímos de la creencia de que hay que hacer actividades especiales para las personas que tienen una disminución física: nosotros luchamos para que se incorporen a las actividades que consideramos “normales”. Hemos ido al Polo Sur y ahora buscamos financiación para una ascensión al Kilimanjaro. También hay prácticas deportivas no relacionadas con la montaña, cuyo objetivo es mejorar la preparación física de estas personas, mediante natación, gimnasia o bicicleta. Una vez organizamos una expedición a Concagua con personas celíacas y cuatro de ellos ascendieron hasta la cima. ¡Fue maravilloso!

En 2011, el CEC cumple 135 años de vida. ¿Qué cinco hechos destacaría como los más relevantes?
El primer CEC nació en 1876 bajo otro nombre y estaba compuesto principalmente por dos bandos que competían entre sí. Finalmente se unificaron y constituyeron el CEC en 1890, año en el que se creó el boletín informativo de la asociación, que creo que es un hecho importantísimo. En segundo lugar, la introducción del esquí en España a principios de siglo pasado. En tercero, la construcción del chalet de la Molina durante la década de los años 20, que significó la proyección internacional del CEC. En cuarto lugar, el resurgimiento y esplendor de la asociación después de atravesar un período de Guerra Civil y Dictadura. Y, por último, la inauguración de nuestra nueva sede, ubicada en la calle Paradís número 12 (al lado de la Plaça Sant Jaume).

¿Cuáles son los principales objetivos para este año?
Conseguir financiación para remodelar el chalet de la Molina que ya tiene más de 80 años; seguir digitalizando todo nuestro archivo fotográfico, que cuenta con más de 300.000 imágenes; dar a conocer y consolidar nuestro Fondo Artístico; aumentar las actividades programadas y adaptarlas a tiempos de crisis; mejorar nuestra página web y crear una fundación que nos ayude a gestionar profesionalmente nuestros activos y el patrimonio artístico, documental e inmobiliario.