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TRIATLÓN

Ricardo Abad: “Al final del reto llegué a dormir sólo 24 horas en una semana”

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(20-1-2016). Es más fuerte que el acero y tan duro de roer como el diamante. Ricardo Abad es mucho más que un hombre de hierro. Y eso que acaba de completar 100 Ironman (IM) en un año (3,8 kilómetros a nado, 180 en bici y un maratón). Algo que ningún hombre había hecho jamás. En lugar de descansar -¿qué es eso? dice- ya piensa en nuevos desafíos.

Entre el 4 de enero de 2015 y el 3 de enero de 2016, has completado 100 IM: 22.600 kilómetros, para los que has invertido un tiempo de 1.247 horas y 30 minutos. Sin casi tiempo para descansar, ya tienes otro reto en mente. ¿Cómo te encuentras?

Me encuentro muy bien. Terminar fue un gran alivio. Me costó más a nivel psicológico que físico. Físicamente, terminé muy bien, muy entero. La última semana fue realmente dura, porque veía que casi lo tenía, pero no sabía si iba a llegar. No tenía margen de error ni maniobra. Como dices, ya tengo ganas de hacer nuevas cosas.

¿En algún momento llegaste a dudar de la consecución del reto?

Muchos momentos (admite, sincero). A finales de octubre, fue un momento clave, cuando cumplí el Ironman 69 durante la noche de Halloween, haciendo la maratón íntegra dentro del castillo de Olite. La semana siguiente a esa, me vino un pequeño bajón. Y me planteé ir seriamente a por los 100 IM o bien dejar el reto. La motivación era ir a por él o dejarlo. Si no llegaba a 100, me daba igual terminar con 75 que con 86. Había que ir a por todas. Tenía que ver y creer en mis posibilidades. Marqué en un calendario las fechas posibles donde podía completar 1 IM y me di cuenta de que lo tenía muy justo.

La motivación era ir a por el reto o dejarlo. Si no llegaba a 100, me daba igual terminar con 75 que con 86

Y, encima, con tu trabajo en la fábrica de por medio…

Sí, de hecho, una semana que hice un bloque de 5 IM tuve que negociar con los responsables de mi puesto de trabajo. Me quedaban 4 días libres y tenían que ser aquellos y debía saber si me los iban a dar, como así fue. A parte del trabajo, lo más importante también fue negociarlo en casa, con mi mujer. Ella y mi hija han tenido que hacer mucho esfuerzo, pero al final ha valido la pena hipotecar todos los fines de semana, todos los puentes y todas las Navidades. Esta era la parte fácil, pero quedaba la difícil, la ejecución. Y, encima, sin margen de maniobra. Imagínate, hubo una semana en que tuve que hacer 6 IM y seguir con mi trabajo. Apenas dormí 24 horas en 8 días.

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Vives en el norte de España, donde la meteorología en esta época del año es bastante adversa. ¿Cómo condicionó el tiempo tus últimos IM?

Sí, en cierta manera, me ha condicionado un poco. Pero también me ha devuelto lo que me quitó durante los primeros meses del objetivo. Febrero fue un mes muy adverso, en cambio esta especie de verano en invierno, muy raro aquí en el norte, con apenas presencia de lluvias, me ha beneficiado en cierta manera. Lo que peor se lleva es la lluvia. Una lluvia que sí apareció durante el último día, haciéndome sufrir hasta el último momento (y muestra su sonrisa). 7 horas encima de la bicicleta con 3 grados… se pasa fatal. Pero, por suerte, en este invierno suave no ha habido mucha lluvia. En cambio, sí mucha la niebla. Encadené 5 IM consecutivos con ella y es difícil de sobrellevar, ya que te cala en el cuerpo y lo enfría.

Al final ha valido la pena hipotecar todos los fines de semana, todos los puentes y todas las Navidades

¿Qué ha sido lo más duro de estos 100 IM en un año?

Duro… ha sido todo (dice, reflexivo). Es un reto que, cuando me lo planteé, dudé mucho. Era una barbaridad. El gran hándicap que tiene es compaginarlo con el trabajo. Compaginarlo con una vida normal, trabajo y familia. A la hora de juzgar el alcance de un reto, hay que tener muy en cuenta las condiciones. Cuando encadené los 607 maratones, tuve también el hándicap del trabajo y los desplazamientos. El anterior récordman, que hizo 365 en un año, admitió que éste fue su trabajo. Hacer un maratón al día, en estas condiciones, es mucho más sencillo. Y lo digo sin querer menospreciar su récord. Podríamos hablar de una jornada de trabajo de 4 horas, en su caso, frente a una jornada laboral de 8 horas más 4 de deporte a la que tenía que hacer frente yo.

¿Hay posibilidad de ampliar este reto?

Sinceramente, me veo con muchas posibilidades de haber podido ampliar la cifra de 100 IM en un año. Pero sin trabajar. Trabajando, un reto de este tipo, es muy complicado. 40 horas semanales de trabajo, si quieres compaginarlas con el desafío, salen a una media de 2 IM a la semana. Casi no tienes margen de error, además de hipotecar también tus vacaciones. Ha habido días de todo, pero muchas jornadas han sido muy bonitas, como, por ejemplo, cuando he hecho un IM oficial. En esos días, es mucho más fácil que cuando compites solo, contigo mismo. Sobre todo, cuando corres el maratón. Tienes los avituallamientos, un circuito marcado, la referencia de otros corredores… la situación cambia de forma radical.

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¿Es el reto más complejo que has llevado a cabo hasta la fecha?

Ha habido de todo, pero quizás el Camino de Santiago me costó más, por su orografía. Encadené 4 IM desde Fuenterrabía hasta la plaza del Obradoiro de Santiago, pero la orografía de la costa es muy abrupta. Y me costó lo suyo, con muchos toboganes y repechos. Los 8 IM que hice sobre el recorrido del IM de Lanzarote después de haber completado en la primera jornada el IM oficial tampoco fueron sencillos. Sobre todo teniendo en cuenta que no hice una aclimatación previa. Se me hizo muy largo y el tercer y cuarto día dudé mucho de la consecución final.

El reto es una barbaridad si lo compaginas con el trabajo y la familia. He tenido que hacer frente a una jornada laboral de 8 horas más 4 de deporte

Sabemos que tu próxima aventura también estará relacionada con el número 100. La pregunta del millón que de buen seguro te hace todo el mundo después del éxito: ¿y ahora qué toca?

También es camino de los 100. Hace 6-7 años, en mis comienzos, corrí una prueba de 100 kilómetros, en Madrid. Y quiero repetir. Estoy mirando poder correr una carrera de 100 kilómetros. La de Madrid parece ser que se ha aplazado hasta octubre y no me cuadra en el calendario. Lo más seguro es que me vaya a Francia a participar en los 100 kilómetros de Belvès, a mediados de abril. Todo ello de cara a preparar el Ultraman de Motril, a finales de mayo. Será el primer Ultraman que se hace en España a nivel organizativo oficial. Me hace especial ilusión. Estoy contento porque he terminado corriendo muy bien el reto de los 100 IM y tengo muchas ganas de poder correr una prueba de este tipo, de 100 kilómetros, como aquella en la que competí hace años. Por medio también haré el maratón de Sevilla, que es uno de los que aún me faltan y me apetece mucho. Voy a dejar un poco la bici, y me voy a centrar en la carrera a pie y también en la natación, de cara a la primavera. También estoy trabajando en un gran proyecto que quiero llevar a cabo a principios de verano y por el cual aún estoy cerrando los patrocinios.

Con cualquiera de los retos que he hecho durante los últimos años, habría gente que estaría “viviendo” durante meses

Acabas de conseguir un reto sin igual y ya piensas en aventuras venideras, sin casi tiempo para degustar lo que acabas de completar. ¿Tu vida es un reto constante que siempre mira hacia delante?

Sí, de alguna forma sí. Puede chocar. Para mí es positivo, porque soy así. Hay quien me dice que puede ser negativo para recibir apoyos o patrocinios. Pero lo hago como creo. Con cualquiera de los retos que he hecho durante los últimos años, habría gente que estaría “viviendo” durante meses. En cambio, yo sigo para adelante. Quizás no lo hago valer lo que se merece. Pero no sé estar quieto, porque mi cuerpo tampoco me lo pide. Me alimento de retos y disfruto con ellos. Choca mucho que una persona que ha completado 100 IM, la semana posterior a la consecución del reto ya piense en nuevas cosas, y ponga ritmos y demás en los entrenamientos. No es normal e incluso puede parecer un poco inhumano. Pero no es mi caso. Al final, lo hago porque disfruto haciendo deporte.

Hablando sobre esta cuestión, ¿qué significa para ti la palabra descanso?

Descanso es estar quieto, tranquilo. Después de la intensidad de los últimos meses, he bajado el ritmo. Pero, te pongo como ejemplo la última semana después de haber completado el reto. Lo que para cualquier otra persona habría sido una semana de gran actividad, para mí ha sido una semana de “descanso”, en mi forma de verlo. 3-4 días de carrera a pie, natación… y el domingo corrí 30 kilómetros de carrera a pie con ritmo. Esto es para mi descanso. Un descanso relativo, sobre todo en comparación con la intensidad de las últimas semanas.

Información de contacto:

http://www.ricardoabad.com/
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@RikiAbad


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