Quantcast

MULTIDEPORTE

El verdadero causante del sedentarismo es el cerebro

Según defiende un estudio científico

deporte-sedentarismo

(26-9-2018). Los millones de excusas que somos capaces de inventar a la hora de justificar la inactividad física podrían ser un mecanismo de respuesta evolutiva que dicta nuestro cerebro. Así lo cree una reciente investigación científica que ha demostrado que el principal enemigo de la práctica deportiva es nuestro propio cerebro.

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de la Columbia Británica (UBC) defiende que el principal freno que nos impide ir al gimnasio o practicar ejercicio físico se encuentra en nuestro cerebro y no en razones frecuentemente señaladas como la falta de motivación, de tiempo o de energía.

La investigación, llevada a cabo por Matthieu Boisgontier y Boris Cheval, ha concluido que “nuestros cerebros están condicionados para elegir el camino fácil, es decir, aquel que implica el menor gasto de energía”. A lo que añaden los investigadores que “no importa lo que se quiera creer, lo que quiere el cerebro es que seamos sedentarios para conservar energía”.

Una cuestión evolutiva

Los investigadores también sugieren que este comportamiento del cerebro puede estar dictado por la evolución de la especie. “El cerebro siente una atracción automática por los comportamientos sedentarios y si se observar desde una perspectiva evolutiva, lo que parece pereza es un acto para minimizar costos energéticos. Esta minimización fue útil durante la evolución porque nos proporcionó una ventaja para la supervivencia”, señalan.

Investigación

Para llegar a esta conclusión, los investigadores llevaron a cabo un estudio utilizando técnicas de visualización de imágenes cerebrales (electroencefalografías -EEG-) para registrar la actividad eléctrica del cerebro.

Utilizando un grupo de 29 participantes, adultos y practicantes de deporte, se les pidió que movieran unos avatares digitales y los dirigieran hacia imágenes que representaban la actividad física, alejándolos del comportamiento sedentario y viceversa. Todos mostraron reacciones más rápidas al acercarse a la actividad física y evitar conductas sedentarias. Pero a medida que se acercaban a la imagen de ejercicio, como alguien montando en bicicleta, los datos del EEG mostraron que sus cerebros trabajaban más duro. “Fue como si de repente se activara un freno”, explican los investigadores.

“Una persona puede tener la mejor intención de estar activo, pero si su sistema cerebral está minimizando el costo energético, su intención no se llevará a cabo”, añaden.

Sin embargo, con ello no quiere decirse que no se pueda batir al sedentarismo y esté todo perdido, simplemente habrá que trabajar más duro a nivel mental para cambiar la predisposición de nuestros cerebros.

El estudio fue publicado el pasado octubre en la revista Neuropsychologia y puede consultarse online en esta dirección.


No hay comentarios

Añade el tuyo