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Roam Fitness: “En 20 años habrá gimnasios en la mayoría de aeropuertos”

La cadena espera abrir 20 centros en cinco años

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Fachada del gimnasio Roam Fitness ubicado en la terminal del aeropuerto de Baltimore-Washington en Estados Unidos.

(19-10-2018). Gimnasios en las terminales de los aeropuertos. Esta es la propuesta de Roam Fitness, que abrió su primer centro en el aeropuerto de Baltimore-Washington (EEUU) en 2017 e inicia ahora su expansión con la aspiración de posicionarse en 20 de los principales aeropuertos del mundo en los próximos cinco años.

Cada vez con más frecuencia, el sector del fitness debe tirar de ingenio para encontrar emplazamientos que permitan a sus gimnasios diferenciarse de la competencia y atraer un buen flujo de usuarios. Desde clubes junto a gasolineras o en estaciones de metro, cada compañía busca el enclave perfecto que le permita sobresalir.

En el caso de la compañía Roam Fitness, la localización ideal de su propuesta fitness se encuentra nada más y nada menos que en las terminales de los aeropuertos. La compañía abrió su primer centro en 2017 en el aeropuerto estadounidense de Baltimore-Washington y ya piensa en su expansión por otros aeropuertos de Estados Unidos y también del resto del mundo.

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El fundador y presidente de la compañía, Ty Manegold, explica a CMDsport que el origen de Roam Fitness surgió de la experiencia personal. “Como usuario habitual del avión, me encontraba muchas veces sin poder realizar mi rutina diaria de entrenamiento. En 2015 decidí con mi equipo estudiar la viabilidad de construir un gimnasio tras los controles de seguridad del aeropuerto. En este primer proyecto pensamos además en ofrecer servicio de alquiler de ropa deportiva y unas duchas”, narra.

Ty Manegold, fundador y presidente de Roam Fitness, cree que “en 20 años será habitual practicar ejercicio físico dentro de los aeropuertos” e incluso dentro de hospitales.

Manegold tardó dos años en encontrar la ubicación adecuada. “Se nos presentaron dos desafíos. Por un lado, los aeropuertos buscan el máximo beneficio con el menor espacio, y los ingresos de la restauración y el retail son más atractivos que los que ofrece un gimnasio. Por otro lado, es complicado encontrar espacio disponible en las terminales ya que está muy solicitado y es costoso”, lamenta afirmando que en todo momento “queríamos que fuera un servicio para todos los viajeros y no exclusivo de las zonas VIP de las aerolíneas”.

Tres gimnasios en tres años

Roam Fitness inauguró su primer gimnasio en diciembre de 2017 en el aeropuerto de Baltimore-Washington, el cual Manegold admite que no era su primera opción, pero sí el aeropuerto que su proyecto logró convencer.

Tras un año operativo, la cadena tiene previsto inaugurar su segundo gimnasio a finales de este 2018, esta vez en el aeropuerto de San Francisco, también en Estados Unidos. Y para 2019, ha cerrado un acuerdo con la empresa turca TAV Airports para instalar un tercer gimnasio en el aeropuerto de San Diego.

“Nuestro objetivo es llegar a los 20 gimnasios en cinco años”, señala Ty Manegold. Un proyecto para el que la compañía calcula que necesitará una inversión de 15 millones de dólares que está “en proceso de conseguir”.

El propósito de la compañía es contar con la propiedad de todos los proyectos internacionales. “No creemos en el formato franquicia, seguiremos el modelo de empresas como BeRelax o Starbucks”. Para ello, busca socios inversores que respalden el proyecto. “Estamos abiertos a negociar con VC’s, Business Angels y cualquier tipo de inversor interesado en este modelo”, señala mencionando algunos ejemplos.

Expansión internacional

La primera fase del crecimiento de Roam Fitness se centrará en Estados Unidos, donde la compañía afirma estar en conversaciones con los aeropuertos de ciudades como Charlotte, Minneapolis, Seattle, Phoenix y Denver.

“Tras asentarnos en el mercado norteamericano con un par más de centros, nuestro objetivo es expandirnos internacionalmente. Canadá, Irlanda y Reino Unido serán nuestros primeros destinos, pero después queremos llegar a aeropuertos de tránsito internacional como Dubai, Istanbul, Hong Kong, Tokio y Shangái”, avanza.

Público esencialmente joven

Sobre el perfil de usuarios del gimnasio Roam Fitness, Ty Manegold afirma que “la mayoría de clientes son jóvenes, incluso millennials, que viajan por trabajo a diferentes ciudades de Estados Unidos”. A lo que añade que “al principio creímos que la mayoría de clientes iban a utilizar el gimnasio durante sus escalas, pero muchos de nuestros usuarios lo hacen antes de tomar el vuelo”.

En su primer año en funcionamiento, el gimnasio Roam Fitness ha recibido a más de 3.000 usuarios. “La mayoría comprando nuestra tarifa de un solo día por 25 dólares, pero 500 de ellos son miembros habituales que han contratado la tarifa anual por 350 dólares”.

En cuanto a la atracción del público joven, Manegold explica que “la tecnología fue una de nuestras prioridades; la reserva y el pago se realiza mediante el teléfono móvil, las instalaciones son interactivas y contamos con WiFi en todo el local, así como aplicaciones de Netflix y Facebook en nuestro equipamiento”.

A ello se añade que Roam Fitness cuenta con un acuerdo de exclusividad de venta de artículos de la marca canadiense de textil deportivo Lululemon y también dispone de un servicio de venta y alquiler de zapatillas deportivas de la marca americana Brooks. “En el caso de que nuestros usuarios traigan su ropa, tenemos un servicio de bolsas resellables para evitar los malos olores”.

Gimnasios en todos los aeropuertos

Ty Manegold cree firmemente en el proyecto de Roam Fitness hasta vaticinar que “en los próximos 20 años, la mayoría de los grandes aeropuertos del mundo contarán con un gimnasio para todos los pasajeros, como ha ocurrido con los centros de spa”. Y se muestra convencido de que “se va a convertir en un servicio integrado en los aeropuertos de manera habitual”, aunque admite que “la gente siempre va a preferir comer o comprar antes que hacer ejercicio”.

En su visión del futuro, Roam Fitness no se plantea introducirse en otros espacios como estaciones de trenes porque “el público es diferente y el tiempo de espera es más corto”. Pero sí que ve opciones a “instalar gimnasios en hospitales, tanto para los familiares de los pacientes como para los trabajadores, y en espacios de co-working”.


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