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ESENCI@L

Según Salvador Gómez, técnico encargado general en el Patronato Deportivo Municipal Gijón

“En España no se hicieron los deberes en su día con las piscinas y ahora pagamos las consecuencias”

En Gijón han logrado un ahorro del 16% de la factura energética de un centro tras invertir 250.000 euros

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El Ayuntamiento de Gijón ha ahorrado 38.000 euros en la piscina de El Llano gracias a una serie de inversiones para mejorar su eficiencia energética en el ejercicio 2021-22

(7-12-2022) Gijón empieza a poner al día sus piscinas para amortiguar el alza de los costes energéticos. Tras lograr un ahorro interanual de 38.000 euros, el equivalente al 16% del coste anual total en agua, luz y gas, en la piscina de El Llano, el Patronato Deportivo Municipal de la ciudad asturiana estudia extender las medidas implementadas en otras instalaciones para contener la subida de las facturas energéticas.

Renovarse o morir. O lo que es lo mismo: invertir en renovar las piscinas o verse obligado a cierres parciales o, incluso, totales en los centros deportivos. Con los consumos energéticos disparados desde hace meses, la llegada del frío vuelve a poner en jaque las economía de miles de entidades deportivas por todo el país. 

CMDsport lleva varias semanas constatando, a través del testimonio de distintas agrupaciones de centros deportivos repartidos por toda la geografía española, cómo viven una crisis energética que obliga al sector a reaccionar implementando medidas de todo tipo que ayuden a amortiguar una subida de precios sin precedentes. Del testimonio de Gestiona (Cataluña), al de Aedona (Navarra), pasando por el de Acesef (Cantabria). 

La última entidad en alertar sobre los incrementos que ha sufrido en su factura energética es el Patronato Deportivo Municipal de Gijón, que gestiona seis instalaciones deportivas con piscinas que aglutinan un total de 11 vasos con un volumen total de 3.229 metros cúbicos. La más joven tiene 10 años, pero el resto se mueven entre los 19 y los 31 años. Es decir, que se inauguraron entre 1991 y 2003, lo que supone que son instalaciones con sistemas de filtrado, tratamiento del agua y calefacción más bien antiguos. 

El técnico encargado general del área de deportes del Patronato Deportivo Municipal de Gijón, Salvador Gómez, reconoce que ahora en el sector deportivo “hay llantos porque no se hicieron los deberes en su día, cuando este país era rico y no se invirtió en sistemas eficientes”. La semana pasada, Gómez fue uno de los ponentes en la XV edición de jornadas técnicas sobre deporte, que volvió a la presencialidad reuniendo a técnicos responsables de instalaciones públicas y privadas de toda Asturias que gestionasen piscinas cubiertas. 

“Ha tenido que llegar una guerra que multiplique por dos o por tres los gastos energéticos para darnos cuenta de unas inversiones que teníamos que haber hecho mucho tiempo antes. Ahora estamos pagando las consecuencias de haber perdido el tiempo durante casi 40 años: teníamos una carga contaminante permanente que obligaba a gastar más agua y luz. Es un círculo vicioso”, lamenta. 

EL EJEMPLO DE LA PISCINA EL LLANO

En su ponencia, el técnico del Patronato Deportivo Municipal de Gijón expuso el caso de éxito en el que se ha convertido la reforma ejecutada hace un año en la instalación El Llano, la más antigua de las seis municipales (tiene 31 años de vida). Cambiaron el vidrio (AFM), una hidráulica óptima, válvulas Besgo, variadores de velocidad, bombas eficientes Herborner y filtros Calpas con el objetivo de reducir el gasto energético, mejorar la calidad del agua a través de medios mecánicos (reduciendo así el consumo de productos químicos) y acercando, de paso, los sistemas a la regulación europea. 

Tras ejecutar una inversión total de 250.000 euros en sustituir aquellos elementos que alcanzaron el fin de su vida útil lograron un ahorro del 16% del gasto total conjunto en luz, gas y agua. Renovarlos con tecnología estándar del siglo XX hubiera supuesto un coste menor (175.000 euros), pero decidieron aumentar la inversión en 75.000 euros más para optar por equipos de alta eficiencia, actualizados al siglo XXI. 

El resultado, una vez completado el primer año con esta nueva tecnología (entre el 1 de noviembre de 2021 y el 31 de octubre de 2022), fue de un ahorro de 38.068 euros sobre un gasto total de 234.378 euros. Es decir, que el gasto añadido en sistemas más modernos de los que había se amortizará en un par de años. 

Solo en El Llano, el Ayuntamiento de Gijón logró ahorrar un 35% de agua (4.500 m3 sobre una media de 12.732 m3 en los tres años previos a la pandemia); un 6,27% de gas (64.626 KwH PCS sobre un total de 1.029.600 Kwh PCS anuales); y un 29% de electricidad (94.872 Kw sobre un total de 329.000 Kw anuales), según datos facilitados por el Patronato Deportivo Municipal de Gijón. 

“Habitualmente, cuando se estropeaba algún equipamiento como una bomba de agua de una piscina, se reemplazaba por otra igual de barata y antigua. En muchos casos, por tanto, se mantenían sistemas del siglo XX que no eran eficientes”, lamenta Gómez, que asegura que “la filtración ha sido la gran olvidada de las últimas décadas”. Por ese motivo, decidieron priorizar y potenciar una mejor filtración de agua para reducir el consumo de cloro y de otros productos de desinfección del agua. 

INSTA A ACOGERSE A AYUDAS PÚBLICAS

Los buenos resultados obtenidos en El Llano les invitan a replicar medidas parecidas en el resto de instalaciones, que ya rozan o superan los 20 años de vida. Empezarán por mantas térmicas en El Llano, la Camocha y la Calzada. “Probamos cosas diferentes, viables y probadas, y el resultado fue maravilloso y estamos encantados”, destaca. El técnico insta a los alcaldes, concejales y gerentes de centros privados a moverse urgentemente para lograr ayudas que permitan acometer las inversiones necesarias para renovar los equipamientos y mejorar su eficiencia energética.  

“Todos estamos exactamente igual. Aunque vamos tarde, hay que empezar a moverse para evitar tener que cerrar. No intentar hacer algo sería una estrategia suicida”, alerta. Gómez instó al resto de instalaciones a optar a las ayudas de los fondos europeos Next Generation y también a las que acaba de habilitar el CSD para mejorar la eficiencia energética de los centros deportivos. 

“Hay que moverse, porque si esperamos unos meses es posible que ya no podamos aprovechar estas ayudas porque algunos centros habrán cerrado. Eso sí, las ayudas no son algo inminente, y si no llegan antes del verano, algo habrá que hacer de aquí hasta entonces”, sentencia Gómez. 


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