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El retail vuelve la fórmula programadora pre-pandemia

Las marcas de padel intensifican acciones comerciales para vaciar sus almacenes de sobrestock

Los consumidores, reacios a pagar 400 euros por una pala

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UN 2023 COMPLEJO Una vez concluido el pádel-boom, pronostican que este 2023 será un año complejo para los suministradores de palas de pádel, a causa del excedente de stock, especialmente entre aquellas empresas que no dispongan de suficiente músculo financiero para poder sostenerlo e irle dando salida lo más acorde posible con el ritmo de la demanda.

(1-2-2023). Preocupación generalizada entre los proveedores de palas de padel. Concluido el padel-boom, la inquietud por los sobrestocks que primero vivieron las tiendas, ahora se ha asentado entre los suministradores que no están vaciando sus almacenes al ritmo que les interesaría y empiezan a denotar cierto nerviosismo por ello.

El mercado del padel regresa progresivamente a la normalidad una vez concluida definitivamente la fiebre que éste vivió a partir del levantamiento del confinamiento de la población en 2020 y que prosiguió durante 2021 y buena parte del pasado 2022. Y ese retorno a la dimensión real ha supuesto que con el inicio de este 2023 la gran mayoría de marcas suministradoras de palas se encuentre con notorios niveles de stocks todavía de modelos de 2022, así como con los de la colección de este 2023. Una coincidencia que tiene como consecuencia unos almacenes más repletos de lo conveniente y que está propiciando que, según fuentes del retail consultadas, “muchas marcas, de todos los niveles, estén llamando para que les compremos o les programemos más  y puedan, así, obtener ciertas garantías de una gestión exitosa de esos sobrestocks”.

Sin embargo, el retail de padel no se mostraría muy proclive a ello. Si bien es cierto que en 2020, 2021 y 2022 programaron tantas palas como pudieron por temor a quedarse sin producto y perder ventas, la progresiva normalización de la demanda y, la consecuente pérdida de vigor de las ventas, ha propiciado un reajuste claramente a la baja de aquel anhelo programador de las primeras campañas post-covid.

Cada vez más detallistas, que rehuyen proveerse en exceso para evitar sufrimientos porque el producto no sale de sus tiendas, han optado por regresar a los hábitos pre-pandemia y ‘ceder’ el riesgo de los stocks a los proveedores, realizando unas programaciones contenidas y basando el resto del aprovisionamiento en las programaciones a medida que vayan necesitando producto. Según argumenta una de las fuentes del retail consultadas, “total, sabemos que ellos van sobrados de stock y sabemos que podrán atender nuestras programaciones”. La misma fuente añade: “además, ellos tienen la opción de vender en el extranjero. Nosotros, aquí, hemos aprendido cuál es la magnitud real de la demanda de nuestra tienda y no volveremos a excedernos”.

LA GAMA MEDIA COBRA FUERZA

Además de este regreso progresivo de los detallistas a los hábitos programadores pre-pandemia, las fuentes consultadas sostienen que la demanda de las palas de gama media (en torno a los 200 euros de pvp) “está volviendo a adquirir vigor, después de que durante las últimas campañas fuera la menos demandada”.

La razón de ello sería, según los mismos informantes que “muchos consumidores no se muestran predispuestos a pagar 400 euros por una pala”.

A raíz de las subidas de los precios de las materias primas, así como, en primera instancia, del transporte y la logística y luego de los costes energéticos, han sido numerosas las marcas que han incrementado los precios de sus palas de este 2023.

Las que más lo han acusado han sido las de la gama alta que han pasado de los algo más de 300 euros a los 400 de ahora. Según ha explicado una de las fuentes, “la subida no está siendo admitida por los consumidores que, en el actual escenario económico y con la creencia de que las innovaciones no justifican un incremento de precio tan notorio, prefieren apostar por palas más económicas lo que está ‘dando alas’ a la nueva gama media”.


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