(20-7-2023). Adrenalina Bikes está viendo en las últimas semanas sus talleres llenos, mientras que se detiene la venta de bicicletas. El propietario de la cadena, Diego Tomé, se muestra preocupado respecto a las próximas programaciones y propone a las marcas que éstas “den incentivos al retail para impulsarlas”.
“O las marcas nos dan mejores condiciones o no nos salen las cuentas”, sostiene el propietario de la cadena Adrenalina Bikes, Diego Tomé. La enseña cuenta actualmente con una tienda en Zaragoza y otra tienda en Utebo.
El detallista pronostica, asimismo, que todo el sector, incluyendo tanto a los grandes como a los pequeños operadores, “va a ajustar a la baja las programaciones de la colección de 2024, a no ser que haya incentivos”.
Mejores porcentajes
En concreto, Tomé aboga por mayores porcentajes de descuento o más facilidades de pago. El minorista pone el siguiente ejemplo: “si por volumen de compra me dan menos porcentaje que lo que me cuesta el banco, no resulta rentable; es decir, con líneas de crédito a un interés del 6% no podemos trabajar si el proveedor por el salto de escalón nos da sólo un 2%”.
A día de hoy, no nos hace falta programar bicicletas, porque tenemos stock
Además, Tomé explica que todavía hay programaciones de 2021 que no han sido entregadas en tienda. Al respecto, apunta que “supuestamente, esas bicicletas van a pasar a contar para el cómputo de la programación de 2024, lo cual sí es beneficioso para las tiendas”.
El minorista aragonés afirma que, en realidad, “a día de hoy no nos hace falta programar bicicletas, porque tenemos stock y, en general, las bicicletas no se venden ni siquiera con grandes liquidaciones”.
Parón europeo
Tomé habla de un gran parón a nivel europeo: “pensábamos que otros países europeos iban a absorber el sobrestock de los fabricantes, pero lo que oímos es que la situación es como en España, con una venta muy ralentizada”.
La venta de mountain bike muscular rally carbono sigue paradísima
Según explica Tomé, en sus establecimientos únicamente se mantiene “algo mejor” la demanda de bicicletas musculares de carretera, algunas ebikes de montaña, los modelos concretos que buscan determinados usuarios y unidades específicas difíciles de encontrar por su talla u otras características.
El detallista añade que “la venta de mountain bike muscular rally carbono sigue paradísima”. También ha caído la salida de ebikes de montaña de alta gama que “antes resultaban muy fáciles de vender”.
En el taller, estamos volviendo a los niveles del boom de la pandemia, es una locura
En cuanto a las ebikes de carretera, Tomé considera que van a recibir una demanda residual, excepto en zonas con puertos de montaña. El detallista apunta que esa categoría no va a tener una gran aceptación a menos que cambie la normativa de limitación a 25 kilómetros por hora.
El taller reina
Así las cosas, la actividad de taller es la que dinamiza la vida de las tiendas. “En el taller, estamos volviendo a los niveles del boom de la pandemia, es una locura”, manifiesta Tomé. El detallista atribuye esa gran demanda a dos factores principales. Por una parte, gente que se va de vacaciones al pueblo y quiere llevarse su bici revisada. Por otra parte, aficionados que optan por hacer mejoras en su bici en lugar de comprar una nueva, debido a la situación económica.
Hay dos frases que denotan el estado económico, según Tomé: cuando el cliente dice “estoy acostumbrado a mi bici, voy muy a gusto y prefiero mejorarla”, significa que la economía no va tan bien. En cambio, en tiempos de bonanza el comentario de los clientes es “llevo un montón de años con esta bici, ya no me da más de sí, voy a cambiarla…”
Recuperación de la venta de accesorios
Además del abundante trabajo en taller, el detallista destaca la recuperación de la venta de accesorios y componentes en la tienda física, unas categorías que habían caído frente a la competencia online.
Tomé considera que el aficionado quiere seguir yendo a la tienda física. Ya que no compra bicis, aprovecha la visita para proveerse de calzado, ropa, puños, cuentakilómetros… El minorista entiende que ese comportamiento es más habitual en ciudades pequeñas, como Zaragoza y Utebo, en las que los clientes no tienen que hacer grandes desplazamientos.
Ahora toca apretarse el cinturón y esperar a ver cómo evoluciona el mercado
En todo caso, Tomé prevé una caída importante de facturación este año 2023, a lo que suma que la liquidez de las tiendas está sufriendo por la acumulación de stocks y la caída de márgenes.
El minorista afirma que “ahora toca apretarse el cinturón y esperar a ver cómo evoluciona el mercado”. Defiende la necesidad de seguir pedaleando con fuerza, concluyendo que “somos ciclistas; ahora nos toca puerto arriba con un porcentaje de desnivel altísimo”.
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