(16-11-2023). A 15 de noviembre de este 2023, Bicicletas Medina había facturado 2,2 millones de euros, frente a los 1,92 millones ingresados en todo el pasado 2022, según declara el propietario del establecimiento, Ramón Medina. El detallista lamenta, no obstante, la caída de márgenes.
El propietario de Bicicletas Medina, Ramón Medina, asegura que, tras las vacaciones de agosto, su tienda está batiendo récords mensuales de venta. La demanda se dirige especialmente hacia bicicletas eléctricas de montaña, bicicletas de gravel y bicicletas de carretera, tanto musculares como eléctricas.
En cambio, el detallista reconoce que la venta de bicicletas rígidas de montaña está “completamente parada”, mientras que el interés por las de doble suspensión ha caído a un tercio de lo que solía ser.
Nos vino un cliente que antes ya había pasado por 16 tiendas, con la lista en la mano mostrándonos los precios…
Descuentos insostenibles
“Hay color, la tienda funciona, se está vendiendo, pero a base de ofertas dada la situación de mercado que vivimos”. El histórico minorista expone que muchos compradores llegan reclamando descuentos, algunos hasta límites insostenibles. El minorista explica que “por ejemplo, nos vino un cliente que antes ya había pasado por 16 tiendas, con la lista en la mano mostrándonos los precios… Le dijimos adiós, porque no estamos para perder el tiempo con ese tipo de cliente”.
Medina añade que, en ocasiones, también llegan a la tienda compras en grupo pidiendo descuentos exagerados. El detallista rechaza este tipo de ventas ya que, según apunta, “preferimos vender una bici con margen que 20 sin margen”.
Comprar en oferta, para vender con margen
Actualmente, la estrategia para ser competitivo en la venta sin perder excesivos beneficios pasa por “comprar a buenos precios, accediendo a los descuentos que están haciendo todas las marcas, para poder vender con ofertas, pero manteniendo el margen”, apunta Medina.
Hay comercios que venden prácticamente a precio de coste y con ello se están equivocando de largo
El problema se da con las bicicletas compradas anteriormente, sin descuento, a los proveedores, y que son las que muchas tiendas aún tienen en stock. Medina señala que, en la situación actual del mercado, “hay comercios que venden bastante, pero prácticamente a precio de coste, es decir, sin ganar dinero, y con ello se están equivocando de largo”.
El minorista reconoce que “siempre hay alguna bicicleta que decides quitar de en medio para, al menos recuperar, el coste, aunque no obtengas beneficio. Sin embargo, esa no es nuestra política habitual”.
Programar dinero, no bicicletas
“Las programaciones tienen que ser en dinero como antes, y no en número de bicicletas”, reclama Medina. El detallista recuerda que anteriormente la tienda programaba por una cantidad de dinero determinada, obteniendo mejores condiciones según más alta fuese la inversión. Conforme a ello, el establecimiento recibía una cantidad de bicicletas como primera entrega y, posteriormente, iba pidiendo al proveedor nuevas bicicletas, a cargo del dinero ya comprometido; esos pedidos posteriores se hacían según las necesidades del mercado, sin haber concretado en el inicio de las programaciones los modelos, tallas o colores exactos.
Yo no soy adivino para saber qué bicicletas me van a pedir el año que viene
Medina indica que en los últimos años se ha pasado a programar bicicletas específicas para toda la temporada, con el riesgo que ello supone para los detallistas. “Yo no soy adivino para saber qué bicicletas me van a pedir el año que viene”, exclama el minorista. Medina añade que “ahora mismo tenemos bicicletas en el almacén, que ya no tienen demanda, y los proveedores nos siguen entregando los mismos modelos y tallas porque ya estaban programados, pero ahora mismo no los queremos”.
El detallista concluye que la tienda se puede encontrar con que no tiene stock de las bicicletas que ahora tiene el cliente, y tiene que hacer nuevos pedidos si quiere satisfacer esa demanda.
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