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CICLISMO

Cristina Spínola recorre 27 países en casi 3 años

La ciclista que dio la vuelta al mundo para reivindicarse como mujer

Escampa un discurso por la igualdad de género allí donde va

Desierto La Guajira. Colombia 4. MARIKA LATSONE

Cristina Spínola en medio del desierto La Guajira, en Colombia.

(10-4-2018). Periodista, deportista, escritora y youtuber canaria. Pero ante todo, mujer con todas las letras. Esta es Cristina Spínola, la primera española en dar la vuelta al mundo en bicicleta, recorriendo en 3 años 27 países y casi 30.000 kilómetros.

La aventura de Spínola se inició en marzo de 2014, en Sudáfrica, y culminó en Ushuaia, en abril de 2017, en una primera parte sola, y en una segunda, acompañada. Su bicicleta le ha llevado, sin menospreciar su esfuerzo, por inhóspitos y bellos paisajes de la India, Nueva Zelanda, Tanzania, Tailandia, Estados Unidos, Colombia, Chile o Argentina, países separados entre sí por miles de kilómetros.

El viaje, plasmado en su canal de YouTube, no sólo se erige en un reto deportivo, sino también en un espacio reivindicativo por la igualdad entre hombre y mujeres en el mundo. Spínola ha abocado su vida a las aventuras deportivas, y de hecho, ahora está acabando la travesía en solitario y en kayak por el Mar de Cortés, en México, con una distancia de 500 millas.

 ¿Cómo decides dar el paso para dedicar tu vida profesional a las aventuras deportivas?

Cuando trabajaba como periodista en un programa de La 2 en Canarias, ‘Crónica de los sucesos’, me di cuenta de que la mayoría de noticias que llegaban eran sobre la violencia doméstica contra las mujeres. Por otro lado, comprobé que los datos sobre desigualdad a nivel laboral entre hombres y mujeres eran y todavía son alarmantes. Así que como deportista nata decidí unir las dos cuestiones y recorrer las islas canarias en bicicleta para reivindicar la plena igualdad. El proyecto tuvo repercusión y empecé a pensar en trasladarlo a nivel mundial, aunque tardé 10 años en decidirme.

¿Cómo preparas un viaje de este tipo en bicicleta, tanto desde un punto de vista físico como mental?

Físicamente, no me costó mucho porque siempre he sido muy deportista. De hecho el viaje es un entrenamiento continuo, poco a poco vas aumentando la distancia que aguantas, yo al principio hacía 60 kilómetros y acabé con etapas de más de 100 kilómetros. La cuestión física no es un impedimento tan importante como la mental. Yo tarde 10 años en dar el paso porque cuesta despegarte de la familia y de lo material, nos da miedo dejarlo todo.

“Es posible viajar y trabajar al mismo tiempo, sobre todo, si eres periodista y sabes inglés”

Muchos sueñan con dar la vuelta al mundo en bicicleta. ¿Cómo conseguiste sobrevivir económicamente?

Cuando dije que iba a dar la vuelta al mundo en bicicleta ningún patrocinador creyó en mi, aunque no había precedentes de ningún reto de este tipo en España, al menos en el caso de las mujeres. Con los ahorros que tenía y algunas cosillas que vendí pude sobrevivir los primeros meses. Posteriormente, aprendes de otros viajeros como los británicos o los norteamericanos, que te enseñan a ganar dinero a través de Internet. Hay muchas webs donde creas tu perfil y puedes ofrecer servicios, sobre todo, si eres periodista y sabes ingles. Es posible viajar y trabajar al mismo tiempo. Además, vivir en países del Tercer Mundo es más barato.

¿Qué tipo de trabajos realizaste?

Por ejemplo, trabajos de traducción o de edición de vídeos. La cuestión es buscarse la vida y estar dispuesta a trabajar sin parar. También es importante resaltar que los viajeros gastamos muy poco, no pagamos alquiler, agua, luz o Internet, tan sólo algo para comer y si necesitas algún alojamiento puedes echar mano de redes de intercambio. En este sentido, me guio mucho por las opiniones de otros viajeros.

¿Qué te aportan los vídeos que cuelgas en YouTube?

Desde un punto de vista económico, poco. Me sirven como promoción de mi proyecto y del libro. YouTube es la mejor manera de darte a conocer y siempre intento que los contenidos sean lo más virales posibles, pero tienes que dedicarle mucho tiempo…

Después de tres años viajando, debiste tener grandes experiencias. ¿Cuál fue la que más te marcó?

Sin lugar a dudas, el día que llegué a Bhilwara, una ciudad india situada en la provincia de Rajasthan. Después de haber recorrido 170 kilómetros en bicicleta –el día que más hice en todo el viaje-, un grupo de mujeres me esperaban con dulces y pétalos de rosa. Me pusieron el “bindi” (punto rojo en la frente), me hicieron dar una conferencia, me llevaron a una casa acogedora, me limpiaron y curaron las heridas por quemaduras que había sufrido durante la etapa. Estaba exhausta y aún así es lo más bonito que me ha pasado nunca, me quedé dormida en los brazos de una mujer…

Cristina Spínola, recibida por mujeres en la ciudad de Bhilwara.

“En el norte de Malasia estuvieron a punto de violarme, escapé gracias a la llegada de un vehículo”

¿Y qué peligros te has encontrado?

Lo peor que me pasó fue cuando me intentaron violar en el norte de Malasia. Estaba pedaleando sola por la noche, cosa que no recomiendo a nadie, cuando dos hombres se pusieron en paralelo con una moto y me estuvieron siguiendo durante un rato. Finalmente, me tiraron de la bicicleta y me intentaron violar. Por suerte, pasó un vehículo justo en ese momento y pude escapar. Probablemente, ese vehículo me salvó la vida.

¿Cómo te planteas el viaje desde un punto de vista de la mecánica de la bicicleta?

Se hace camino al andar. Al principio no sabía mucho pero ahora sí sé lo básico: ajustar cambios y frenos y cambiar la cámaras de las ruedas o la cadena. También es verdad que durante el viaje puedes encontrar talleres que te solucionen los problemas más importantes.

¿Qué reacciones suscitó tu proyecto por los distintos países donde pasaste?

La mayoría de gente no está acostumbrada a ver a una mujer viajando sola en bicicleta. En este sentido, te observan con admiración. No obstante, defender la igualdad entre hombres y mujeres puede ser una falta de respeto para la cultura de algunos países, tenía que andarme con cuidado con cómo introducía el mensaje. México y la India fueron dos países que se interesaron mucho por el proyecto, me organizaron conferencias y ruedas de prensa, pero en cambio otros como Colombia o Chile fueron mucho más cerrados. Parecía que les molestara el objetivo del proyecto.

“Si reivindico mi libertad y voy sola en una bicicleta, la gente me cree”

¿Tu condición de mujer ha favorecido que puedas reivindicar mejor según qué derechos?

No hay nada mejor que dar ejemplo. Si reivindico mi libertad y voy sola en una bicicleta, la gente me cree. El ser una mujer me ayudó mucho a preparar el proyecto.

¿Qué piensa una cuando tiene tantas horas para sí mismo y sufre físicamente?

Llega un momento, como le pasa a muchos deportistas extremos, que tu mente se desconecta de tu cuerpo. Entras en una especie de trance, de meditación, no notas nada de dolor o de calor. No notas que los mosquitos te están matando. Al cabo de un par de horas de iniciar el pedaleo, entras en esa fase. Si no entraras, sería imposible aguantar.

Como si meditaras sobre la bicicleta.

Tengo que decir también que el hecho de ser mujer me hace aguantar mejor el dolor. Por la experiencia compartida con otros chicos viajeros, nosotras nos quejamos más pero aguantamos más nivel de dolor. Ha sido una gran ventaja para mí.

¿Y qué te aporta la naturaleza en el viaje sobre dos ruedas?

Me llena de energía. Cuanto llevas tanto tiempo sola en la naturaleza, experimentas cosas extrañas, fenómenos paranormales, notas una mayor energía en tu cuerpo, más poder y fuerza. Son sensaciones que no te aporta la vida diaria en una ciudad.

Hace poco también iniciaste el reto de recorrer 500 millas en solitario y en kayak por el Mar de Cortés, en México. ¿Cómo va la experiencia?

Ha ido bien, pero es una experiencia terrible, mucho más dura que ir en bicicleta por el mundo. La soledad que pasas es tremenda, te quedas encerrada en algunas playas durante 3 o 4 días, con los coyotes cerrando el circulo del campamento. La verdad es que en ocasiones lo pasé fatal. Sin embargo, me he propuesto terminar la travesía y así lo haré. En breve, vuelvo para allí. Siempre estoy metiéndome en líos y cumpliéndolos.

¿Cuál será tu próximo reto?

Pues ni idea. Quizá ir sola en burro o en taxi… Lo que tengo claro que la aventura y el estar en contacto con la naturaleza se han convertido en el motor de mi vida.


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