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CICLISMO

El cicloturismo, una actividad que reaviva los territorios

El uso de la bicicleta en España alcanza la cifra más alta jamás registrada

Según explica la Universitat Oberta de Catalunya, UOC

El uso de la bicicleta en España alcanza la cifra más alta jamás registrada

Según datos de la Federación Europea de Ciclistas (ECF), el cicloturismo genera cada año ingresos superiores a los 44.000 millones de euros en todo el continente. Imagen: Freepik.

(27-9-2024). El ciclismo vive su edad dorada en España. Más de la mitad de los españoles de entre 14 y 70 años utiliza la bicicleta cada semana, la cifra más alta jamás registrada. Este medio de transporte trasciende su papel como herramienta de movilidad en las ciudades o el deporte para convertirse en el epicentro de un nuevo estilo de vida saludable, según explica la UOC.

La Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha realizado un estudio sobre el auge del uso de la bicicleta. En España, Vitoria es considerada la ciudad mejor preparada para moverse en bicicleta, según un estudio de la OCU, por delante de Sevilla, Valencia y Barcelona. La capital catalana supera los 1.150 kilómetros de carriles bici, según datos del Ayuntamiento de Barcelona, ​​y se sitúa como la ciudad española que más kilogramos de CO 2 ha ahorrado en la atmósfera, un total de 1,3 millones en el 2023, según la plataforma deportiva Strava Metro.

La bicicleta se ha convertido en un nuevo estilo de vida que trasciende el ocio activo, el turismo, la movilidad y el deporte, fusionándolos en una nueva concepción que va mucho más allá de cada uso particular.

En España, más de la mitad de las personas de entre 14 y 70 años, un 57,1%, utilizan la bicicleta con cierta frecuencia, según el Barómetro de la Bicicleta de 2022. Son 20 millones de personas, y de éstas, un 30 % la utiliza cada día para ir a estudiar o al trabajo. Es decir, más de seis millones. “Las bicicletas se han convertido en objetos imprescindibles en muchos hogares españoles, ya que familias enteras las utilizan habitualmente tanto para el ocio como por necesidad. Es incluso un fenómeno cultural que hace años que ha arraigado en nuestro imaginario”, afirma José Óscar Plaza, periodista, profesor colaborador de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC.

La economía de la bicicleta

Ir en bicicleta, en edad adulta, a menudo se había visto como una actividad muy exigente física y reservada a unos pocos realmente preparados para soportar la exigencia de este deporte. Pero el auge de su uso en las ciudades y su enorme éxito en los gimnasios, donde el ciclismo de sala se ha convertido en una afición que atrae a personas de todas las edades para sudar la camiseta al ritmo de la música de moda, ha generado adeptos a este deporte en su forma aficionada.

Son públicos y mercados muy distintos, como señala Ana Isabel Jiménez, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y experta en marketing. “No tiene nada que ver al usuario de la bicicleta de montaña o de carretera con quien lo utiliza para moverse por la ciudad. Las campañas de comunicación de las marcas también deben ser distintas”, asegura la experta.

Ahora, cada vez más gente se aventura a realizar rutas, lo que ha popularizado nuevas modalidades ciclistas como el gravel, que permite combinar pistas de carretera y de montaña, y ha motivado el ascenso de las ventas de las bicicletas asistidas con motores eléctricos, que ayudan a que la gente mayor o la que se encuentra en un estado de forma peor pueda seguir saliendo cada fin de semana a disfrutar de su deporte favorito.

La moda de las bicicletas de gravel y la irrupción de las bicicletas eléctricas, con precios medios por encima de los 1.500 y 3.000 euros, respectivamente, propiciaron que, por primera vez, el precio medio de una bicicleta vendida en España superara los mil euros (1.121, concretamente) en 2022, como recoge la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE). Según Jiménez, “las campañas de concienciación social, con los beneficios para la salud y el medio ambiente, y la inversión pública para fomentar este tipo de transporte” han favorecido estas tendencias.

A raíz de la pandemia, España pasó de vender medio millón más de bicicletas al año desde el 2018 al 2020: de poco más de un millón de unidades facturadas a más de un millón y medio, según datos de AMBE. “A pesar de la pandemia y la ausencia de ciertos componentes de las bicicletas por los problemas logísticos derivados de la guerra de Ucrania, que rompieron el stock de muchas tiendas, el sector vivió una época de éxito como nunca había experimentado, todo y que ahora sufra un cierto estancamiento a consecuencia de la sobreproducción con la que contrarrestó la alta demanda de los últimos años”, reconoce Plaza. Un exceso de oferta como el actual que, según Jiménez, sólo puede compensarse “con una bajada de precios o con el fomento de nuevos usos de las bicicletas”.

El cicloturismo, una actividad que reaviva el territorio

En la actualidad, la mayoría de las grandes ciudades europeas cuentan con un sistema de alquiler de bicicletas, público o privado, una opción que permite utilizar este medio de transporte sin tener que adquirir una bicicleta, mantenerla y custodiarla. y que ha ayudado a extender su uso en todas partes, sin la necesidad de comprar una.

Precisamente la posibilidad de alquilar una bicicleta ha llegado a los lugares más recónditos de la geografía y ha sido la base del fenómeno del cicloturismo, que consiste en visitar lugares turísticos sobre una bici.

“Siempre ha habido gente que ha hecho cicloturismo; pensamos en el Camino de Santiago, por ejemplo. Pero recientemente han surgido iniciativas empresariales , con rutas como Montañas Vacías o el Camino del Cid , que aprovechan la orografía y los atractivos de la ‘Siberia española’ para ofrecer experiencias de turismo activo que cada vez atraen a más ciclistas”, explica Plaza. Sin embargo, su efecto sobre un territorio despoblado es limitado, como reconoce Jiménez: “Es una actividad complementaria del turismo tradicional, pero no puede suplantar la carencia de industrialización ni la caída de la población “, avisa la experta.

Según datos de la Federación Europea de Ciclistas (ECF), el cicloturismo genera cada año ingresos superiores a los 44.000 millones de euros en todo el continente, una parte muy importante de los 150.000 millones de euros que supone el conjunto de esta actividad, según un informe de la propia ECF, si se suman también la salud, la movilidad, la industria, etc.

“Tener la oportunidad de visitar parajes naturales a golpe de pedal es un plan de ocio activo difícil de igualar con otras propuestas”, dice Plaza. “La bicicleta ofrece una gran libertad de movimiento para recorrer cualquier lugar, elimina el habitual quebradero de cabeza que supone moverse en el transporte público de ciertos núcleos urbanos, se puede aparcar con seguridad –y un buen candado– en casi cualquier sitio y, sobre todo, permite disfrutar del ejercicio y mantenerse en forma”, concluye el experto.

Cataluña es de los lugares mejor preparados para el cicloturismo precisamente por su orografía y una red de vías verdes y carriles bici enorme que recorre todo su territorio. El clima, las carreteras, los senderos y los paisajes se han convertido en un imán para quienes buscan recorrer el mundo sobre dos ruedas, en una forma de turismo responsable, sostenible y que se traduce en un estilo de vida saludable que combina ocio con el deporte y la actividad física con el disfrute.

Sin ir más lejos, la provincia de Girona acoge los entrenamientos de muchos equipos profesionales de ciclismo en carretera, sobre todo en pretemporada. Una tendencia que los expertos consideran que seguirá creciendo en los próximos años, unida al auge de la bicicleta en términos generales y en todas las áreas en las que este medio de transporte participa. El futuro de la bicicleta va sobre ruedas. Y quien sube y la prueba difícilmente vuelve a bajar.

Más información en la UOC


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