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CICLISMO

La asociación celebra su 10º aniversario y cambia de instalaciones

El BACC concederá el sello ‘Bici Friendly’ a las tiendas que impulsen el ciclismo urbano

El BACC cambia de instalaciones y renueva su imagen.
Foto: BACC

(16-12-2011). El Bicicleta Club de Cataluña (BACC) se ha mudado al centro de la ciudad para “abrirse más a los socios y a los ciclistas de la calle”. Entre las próximas iniciativas de la asociación está la creación del sello distintivo ‘Bici Friendly’ para aquellas tiendas, entidades o empresas que favorezcan el uso de la bicicleta como medio de transporte urbano. Txell Hernández, directora del BACC, explica cuáles son los principales retos a los que se enfrenta la bicicleta en la ciudad.

El BACC no sólo ha cambiado de local, sino que también ha renovado su junta directiva. La nueva directora, Txell Hernández, explica que “queremos llegar a la gente de la calle y defender los intereses del ciclista, convirtiéndonos, además, en una especie de centro cultural de la bicicleta”. La asociación prepara actividades como talleres de bisutería a partir de piezas recicladas de bicicletas, exposiciones o proyecciones de películas. Otro de sus proyectos para 2012 es la creación del sello ‘Bici Friendly’, que podrán exhibir aquellas empresas que sean, como su nombre indica, “amigas” de la bici: bares que dejan meter la bici dentro, tiendas que impulsan el ciclismo urbano, etc.

Las nuevas oficinas, en el número 21 de la calle Sant Vicenç de Barcelona, quedaron oficialmente inauguradas el pasado miércoles por la noche, en un acto con asociados y amigos. La entidad cuenta hoy día con 1.500 socios, a los que se suman otras 5.500 personas vinculadas entre voluntarios y simpatizantes.

El BACC, miembro de varias plataformas como el Pacto por la Movilidad, sostiene que la revisión de las infraestructuras es una de las primeras acciones que se deberían llevar a cabo para incentivar el uso de la bicicleta como medio de transporte habitual. “Hay muchos ciclistas que tienen miedo a circular por Barcelona. Lograr unas infraestructuras que garanticen la seguridad del ciclista es una lucha que viene desde hace años. No se trata sólo de implantar más carril bici, sino también de crear, por ejemplo, zonas 30 que dosifiquen la incidencia del tráfico. Esta medida no sólo favorecería el ciclismo, sino que haría la ciudad más agradable para todos”, argumenta Txell Hernández.

Los robos, otra asignatura pendiente
Otra de los flecos por resolver para promover el uso de la bici urbana es la negativa incidencia de los robos. En este sentido, la directora de la asociación tiene puestas sus miras en el registro que impulsa la Red de Ciudades por la Bicicleta y que se ha puesto en marcha como experiencia piloto en Zaragoza.


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