(30-7-2019). El propietario de T-Bikes, Francesc Padró, sostiene que los lanzamientos de novedades se realizan con tanta celeridad “que el producto no está testado ni probado y somos las tiendas y los usuarios los que nos encontramos con los problemas”.
Vinculado al ciclismo desde niño, Francesc Padró decidió abrir su propio negocio a finales de 2009 en Lliçà d’Amunt (Barcelona) bajo el nombre de T-Bikes. Era un establecimiento pequeño, de 160 metros cuadrados, donde según el propio detallista era complicado ofrecer una buena exposición de material. Pero en ese momento el mercado inmobiliario estaba aún en pleno boom y no era fácil encontrar locales. Pero en noviembre de 2018, y con el propósito de dar un mejor servicio a sus clientes, Padró trasladó la tienda a un inmueble de 500 metros cuadrados en Parets del Vallès (Barcelona).
“Tal como está el mercado -argumenta- los comercios de un cierto dinamismo tienen más oportunidades para salir adelante. Ahora los clientes no tienen que hacer gymkanas para ver el material. Entendemos que las tiendas de pueblos pequeños dejan de ser interesantes para fabricantes y consumidores, que quieren ir a un comercio en el que puedan ver y tocar mucho surtido”. Ahora T-Bikes se sitúa en un centro comercial, tocando a la autovía, con más facilidades de acceso y aparcamiento. La enseña ha buscado una ubicación más potente y estratégica, dando cobertura no sólo a Parets del Vallès sino a toda las poblaciones de la zona.
La tienda dispone de dos plantas que albergan exposición de bicicletas, componentes y accesorios, así como taller. También cuenta con un sótano que se acondicionará como taller y que elevará a 700 metros cuadrados la superficie total del establecimiento.
“Vorágine” de cambios
Padró asegura que, en esta década de trayectoria, el crecimiento de la empresa ha sido “sostenible y constante”, si bien matiza que “estamos en un sector complicado, con un mercado en constante evolución y que va quemando etapas demasiado rápido”. En este sentido, critica la celeridad con la que se renuevan las colecciones y lamenta que “a veces no duran ni un año. Hay colecciones que tienen una vigencia de seis meses, que son los que pasan desde la entrega del producto a la presentación de la nueva gama de la temporada siguiente”.
El minorista señala que todas las marcas “están inmersas en esta vorágine de cambios”. Una situación que, a su juicio, no sólo conduce a sobreoferta y liquidaciones, sino que, además, provoca que “el producto no esté testado ni probado y seamos las tiendas y los usuarios los que nos encontremos con los problemas. Esto supone una merma del margen para el punto de venta, que es quien tiene que hacer los ajustes pertinentes. Tanta innovación, en vez de reportarnos ganancias, nos la resta”.
Padró aboga por que cada operación “tenga más valor” y que el consumidor “se sienta más arropado”, por lo que propone colecciones de duración más larga y en las que el producto “esté más preparado”. El tendero defiende que, de este modo, “no se devaluaría tanto el mercado y propiciaría un tipo de negocio con mejores resultados”.
Tal vez el mercado ha tocado techo y hay que buscar una mayor rentabilidad de los negocios
¿Ha tocado techo el mercado?
El fundador de T-Bikes indica que, tal como reveló el último informe de AMBE, las ventas de bicis en unidades se están reduciendo en categorías clave como las mountain bikes. El detallista plantea que “tal vez el mercado ha tocado techo y hay que buscar una mayor rentabilidad de los negocios”. A este descenso de las ventas se sumaría la sobreoferta de puntos de venta en algunas zonas de España, como la propia área metropolitana de Barcelona, donde se ubica su negocio.
Para Padró, en el futuro las tiendas de barrio y de poblaciones pequeñas vivirán principalmente del taller, mientras que los negocios de mayores dimensiones “lo tendrán mejor para vender bicicletas y componentes”.
La venta directa de las marcas, más complicada en el canal bike
Sobre el futuro escenario de la distribución ciclista, Padró no duda de que la apuesta de las grandes marcas es trabajar más el canal online, tal como ya hacen muchas de ellas a través de sistemas de click&collect. En su opinión, los comercios físicos serán puntos de recogida y montaje de bicicletas. Y es que el detallista no cree que los proveedores puedan prescindir totalmente de las tiendas porque ve “muy difícil” que las marcas puedan llegar de manera directa al usuario. “Las bicicletas son cada vez más complicadas tecnológicamente y tienen que ser ajustadas por un profesional. Las marcas buscarán sus distribuidores y las tiendas harán la entrega y la puesta a punto”, augura.
No es lógico que nos pasemos todo un mes de julio asistiendo a presentaciones, cuando tendríamos que estar al pie del negocio
Critica al sistema actual de programaciones
El propietario de T-Bikes arremete contra el sistema actual de programaciones y esgrime que “no es lógico que nos pasemos todo un mes de julio asistiendo a presentaciones, cuando tendríamos que estar al pie del negocio. Me decanto más por el formato antiguo, con la presentación en septiembre, ya que así podríamos trabajar tranquilos durante el verano”. Además, incide en que las programaciones son “un arma de doble filo”, ya que “si no programas, no tienes producto, pero, por otra parte, el exceso de stock genera la necesidad de liquidar”.
Padró avanza que su intención de cara a la nueva campaña 2020 es programar “lo justo” y añade que, en ocasiones, los propios fabricantes lanzan ofertas puntuales durante el año “por la realidad del mercado”.
Crecimiento de las eléctricas
En cuanto a las novedades previstas para 2020, tiene grandes expectativas con las eléctricas, de las que quiere ofrecer una buena representación. El minorista valora que “estamos sólo en el inicio de su desarrollo en España y muy lejos de otros países europeos, por lo que aún hay recorrido”. Asimismo, se muestra convencido de que cada vez habrá más trasvase de bici convencional a bici eléctrica y apuesta por ofrecer un amplio surtido de esta categoría.
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