(28-7-2022). El economista Paco Subías considera que el fitness necesita realizar un giro de 180º y concebir un “nuevo modelo de negocio” más resistente a la fuerte inflación. Por su parte, el experto en precios Ariel Baños lanza siete recomendaciones sobre cómo afrontar un escenario de inflación sin mermar la rentabilidad del negocio.
El pasado mes de junio, la tasa anual de inflación escalaba hasta el 10,2%, de media española, convirtiéndose en el valor más alto de los últimos 37 años. Las previsiones es que el IPC siga incrementándose en los próximos meses, con un punto álgido previsto para este próximo otoño, según coinciden varios expertos.
Ante este escenario, son varios los empresarios del fitness que empiezan a dudar de la capacidad de sus modelos de negocio para sobrevivir al fuerte incremento de costes que el sector viene arrastrando desde hace meses y que podría agudizarse aún más, sumándose el agravante de un consumidor con el bolsillo tocado.
CMDsport ha trasladado esta duda al economista experto en planificación económica financiera Paco Subías, quien se muestra categóricamente convencido de que, “especialmente los modelos basados en el precio”, la mayoría de negocios de gimnasios que operan en el mercado español no están concebidos para operar con valores altos de inflación sostenidos en el tiempo.
Subir precios
La principal y más clara indicación que este experto aporta al sector del fitness es que “irremediablemente, salvo contadas excepciones, van a tener que concebir una estrategia que contemple la subida de los precios”.
El encarecimiento de costes básicos como el energético, que se ha llegado a triplicar, los laborales y el aumento del precio de materias primas y artículos en general, sumado a un legado dejado por la pandemia que lleva a que aún haya una gran parte de operadores con una cifra de clientes y de negocio por debajo de la que disponía en pre-pandemia, hace “irremediable” pensar en repercutir “una parte o lo que se considere” de los sobre gastos en el precio al cliente.
Dar un giro de 180º al modelo de negocio
Subías va más allá en aquellos modelos de negocio en cuyas variables juegue un peso importante el precio que, teniendo en cuenta que la media del sector se sitúa en unas tarifas de poco más de 30 euros al mes, serían muchas empresas.
Sobre ellas, el economista opina que “es factible mantener un negocio basado en el bajo precio dentro de un entorno predecible y con una inflación baja”. Dos aspectos que no se dan en la actualidad.
Por eso motivo aconseja “dar un giro de 180º al modelo de negocio”. Para ello, sugiere crear “una nueva marca que no se identifique con el bajo precio del modelo anterior”, que implique “unas tarifas más altas, pero respetando unas determinadas ventajas en precio a su antiguo usuario”, así como “una atención en sala más proactiva y profesionalizada, debido a un personal mucho más preparado que aporte valor al usuario”.
Asimismo, aconseja, “si no se aplica ya, buscar aspectos reductores de tarifa, como la segmentación por tramos horarios de uso”.
En definitiva, lo que propone este economista es llegar a un nuevo equilibrio de precio entre la tarifa que se ofrecía hasta ahora y la que concuerde más con el escenario actual, pero sin llegar a producir el rechazo de los clientes actuales. Y, ello, acompañado de una justificación de que se ha incrementado también el valor y el servicio ofertado.
7 claves para afrontar una alta inflación
En lo que se refiere al mercado en general, el experto en gestión de gastos para empresas, Ariel Baños, considera que “los incrementos de costos generalizados representan un gran desafío para las empresas a nivel global”.
Las expectativas de inflación son aún muy altas a nivel global, esto significa que los precios van a sergii subiendo, a un ritmo que por supuesto no conocemos con precisión.
Y lanza siete recomendaciones para “tomar el control de los precios en un escenario de inflación”.
- Pensar en los costes futuros. Baños aconseja no prestar atención al coste al cual se compran las mercaderías o servicios actualmente, ya que lo considera “irrelevante”. “Debemos mirar hacia delante, considerando cuál será el costo de reposición o futuro de lo que se está vendiendo hoy”. De esta forma permitirá “conocer nuestra verdadera rentabilidad y planificar los ajustes de precios de manera acorde”.
- No demorar los ajustes de precios. El experto considera “fundamental” el timing de los incrementos de precios. Si se decide demorar o ‘saltear’ ajustes de precios, se corre el riesgo de “agravar los problemas de rentabilidad, pudiendo generar luego situaciones de urgencia en las que se deba recurrirse a grandes ajustes que resulten entonces imposibles de asimilar para los clientes”. Por ello, recomienda que los ajustes de precios se realicen al mismo ritmo que aumentan los costes.
- Utilizar índices de costos del sector. Los promedios de incrementos de costos o los índices de precios son, según Baños, “unos indicadores muy engañosos del impacto de la inflación en nuestra empresa en concreto”. Motivo por el que aconseja, “utilizar índices de costos a nivel empresa o sector de actividad” y así “permitir conocer la incidencia exacta de cada uno de los movimientos de costos y planificar adecuadamente las acciones de precios para sostener la rentabilidad”.
- Diferenciación. “Las empresas con propuestas mejor posicionadas y diferenciadas, estarán en condiciones de recuperar con mayor rapidez el impacto en los costes, e inclusive mejorar sus márgenes de rentabilidad”, opina el experto, quien remarca que “en las propuestas altamente comoditizadas los precios quedan bajo el control de clientes y competidores, provocando demoras o reducciones en los aumentos de precios factibles y afectando negativamente a la rentabilidad”.
- Negociar con convicción. Baños recomienda tener confianza y demostrarla a la hora de aplicar un ajuste en los precios. “Si actuamos de forma dubitativa o sin convicción, difícilmente se llegará a implementar los incrementos necesarios ya que los clientes son expertos en buscar excusas para evitar o demorar incrementos en los precios”.
- Inflación como argumento comercial. La situación de incertidumbre como la que genera una alta inflación “puede ser utilizada como un argumento para convencer a clientes de comprar ahora y así protegerse de futuros aumentos”.
- Reformular la estrategia de precios. Ariel Baños explica que: “La inflación distorsiona los precios de referencia del mercado, es decir aquellos que se utilizan como parámetro para definir qué es caro o barato. Esta situación tiende a reducir la resistencia habitual de los clientes ante variaciones de precios. Este es el escenario ideal para que las empresas realicen una reformulación integral de la estrategia de precios (recuperar márgenes, cambiar escalas de descuentos, nuevas segmentaciones de precios), y así puedan aprovechar oportunidades de ser más rentable”.
No hay comentarios
Añade el tuyo