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ESENCI@L

Registra una pérdida de abonados del 15%

El auge del pádel compensa la caída del fitness en el Club Delfos

“Los espacios al aire libre nos aportan diferenciación"

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El máximo responsable del Club Delfos, Matias Polo, celebra que, pese a la crudeza de la situación, su centro está resistiendo con un porcentaje de bajas bastante moderado.

(28-10-2020). La disponibilidad de espacios al aire libre está marcando la diferencia en muchos centros deportivos como el Club Delfos de Cornellá de Llobregat, que ve como su apuesta por actividades exteriores se está traduciendo en una cifra de pérdida de abonados del 15%, un porcentaje sensiblemente menor a la de la media del sector.

28 años después de mudarse a Cornellà de Llobregat, el Club Delfos ve como su apuesta por el aire libre da réditos en un contexto complejo para el sector deportivo, ahogado por la pandemia y las restricciones derivadas. Esta instalación está viendo como los cerca de 6.000 metros cuadrados exteriores de los que dispone -suponen cerca del 60% de la totalidad de su perímetro- le están ayudando a paliar los efectos del Covid-19.

Su gerente, Matias Polo, celebra que, pese a la crudeza de la situación, su centro está resistiendo con un porcentaje de bajas bastante moderado. Una realidad un tanto anómala que se explica, sobre todo, gracias al auge del pádel, una modalidad que ha ganado peso y que, si no hay nuevos obstáculos, les permitirá superar la pandemia “bastante bien”, según su máximo dirigente.

Durante el inicio de la pandemia, entre marzo y abril, el Club Delfos invirtió alrededor de 250.000 euros en mejorar zonas como su sala de musculación y habilitar una nueva zona de entrenamiento funcional. En agosto, sin embargo, decidieron implementar un cambio estratégico para potenciar las actividades exteriores y construyeron cuatro pistas de pádel sobre la mitad de un campo de fútbol. El resultado les ha dado la razón, “Es una locura. Tenemos 12 pistas dobles y una individual, y todas están llenas. Incluso la de uso individual, que la pusimos porque no cabía una grande, está ocupada con mucha gente que ahora empieza”, reconoce Polo.

EL FRÍO NO LES PREOCUPA

Pese a la llegada del frío, que empujará a muchos usuarios hacia los espacios interiores, este factor no alterará demasiado los planes del centro, que ya ha adaptado algunas de sus instalaciones exteriores para que puedan ser utilizadas durante el invierno. “Tenemos un espacio de 200 metros cuadrados con césped artificial y una cubierta retráctil. Es una forma amable de habilitar una instalación que facilita que los usuarios salgan al exterior”, añade.

La apuesta del gerente de la entidad es clara: “Los espacios al aire libre son uno de nuestros elementos diferenciales. Es un punto fuerte que tenemos que aporta seguridad a los abonados que están y que atrae a posibles nuevos socios, y queremos incidir en ello”.

El auge que vive el pádel ha compensado en buena medida la caída de usuarios que sí han sufrido sus zonas de fitness. “El gimnasio lleva una dinámica totalmente distinta. Es un drama, porque gestionar el miedo que tienen los usuarios y que va in crescendo es muy difícil, y esto va para largo”.

Pese a haber podido contener su número de bajas, septiembre y octubre no han sido meses favorables para el Club Delfos a nivel de altas. Polo asume que, tras perder a los usuarios menos regulares, ahora no les queda otro remedio que luchar para retener a los más fieles y esperar un contexto más favorable para volver a pensar en captar nuevos abonados.

REFERENTES EN SEGURIDAD

Uno de los objetivos que se planteó la veterana entidad catalana, con 38 años de vida, fue el de convertirse, durante la pandemia, en “un referente en materia de seguridad, seriedad y constancia”. Además de intensificar su sistema de limpieza e higiene, alertan que no llevar mascarilla en las zonas comunes puede suponer la expulsión de un club que quiere ser resultar modélico y ejemplar de cara a sus clientes.

“Aunque supone un esfuerzo y un coste económico importante, hay que mantener el prestigio. Porque con la pandemia, la gente no irá a cualquier lado, sino a puntos de referencia. Y esto, estratégicamente, es muy importante”, señala Polo.

CLASES MÁS CORTAS

Otro de los cambios funcionales que está experimentando la entidad es el dejar atrás la dinámica del monitor de sala estático y apostar por un modelo más activo. “La gente quiere clases de pequeño formato, más personalizadas y dinámicas, de un cuarto de hora y más intensidad. Es una respuesta a las limitaciones de espacio y aforo”, sentencia el gerente del club.


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