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ESENCI@L

La pandemia se lleva por delante en Portugal a 300 clubes y 5.000 empleos

Balance Company: cambio de modelo y 11 aperturas para afrontar el post-Covid

El gigante luso espera culminar este 2021 con 32 gimnasios

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NUEVO CONCEPTO. Balance Company ha diseñado un nuevo concepto de gimnasio "a caballo entre el concepto premium y el low cost", en el que los boutiques tendrán parte del protagonismo.

(17-3-2021). Tras un arranque de año marcado por un largo confinamiento de 80 días, los gimnasios portugueses reemprenderán su actividad el próximo 5 de abril. Entre ellos, Balance Company que ha trazado un plan de reactivación que incluye una redefinición del modelo de negocio y 11 nuevas aperturas, todas franquicias.

5 de abril. Esa es la fecha que el gobierno portugués ha determinado para conceder la reapertura a las instalaciones deportivas después de 80 días cerradas como medida para frenar el avance de la pandemia en el país vecino.

Será también el pistoletazo de salida para el proyecto de relanzamiento de la cadena Balance Company, que gestiona 21 gimnasios en Portugal, repartidos entre las enseñas Fitness Factory y Balance Club, a los que durante este 2021 se sumarán 11 más.

Así lo ha confirmado a CMDsport el Ceo de la compañía, Pedro Simao, quien detalla que todos los nuevos proyectos serán gestionados bajo régimen de franquicia, dando un impulso a esta fórmula de negocio que actualmente la cadena había utilizado en la mitad de sus efectivos.

Oportunidad de adquisiciones

Simao explica que estas 11 aperturas se corresponderán con la absorción de clubes que se han visto obligados a cesar su actividad debido a la crisis derivada de la pandemia, por lo que “se trata de instalaciones habilitadas para la práctica de ejercicio físico y tan solo deberán adecuarse a nuestra marca”. El calendario prevé 7 aperturas a realizar durante el primer semestre y otras cuatro en la segunda mitad del año.

Sobre el rótulo bajo el que operarán estas nuevas instalaciones, Simao comenta que la intención de la cadena es “abrir centros de las dos enseñas”, si bien estas aperturas ya incluirán el nuevo modelo de negocio que Balance Company comenzó a desarrollar durante el pasado 2020 y que desdibuja las diferencias entre las propuestas premium de Balance Club y smart cost de Fitness Factory.

Nueva propuesta para una demanda diferente

En opinión de Pedro Simao, “el cliente tiene ganas de volver a las instalaciones deportivas”, pero no cualesquiera. “En general, ha perdido poder adquisitivo pero es un cliente que está muy formado y tras la pandemia ya no va a buscar un concepto low cost”. Asegura que “el futuro del mercado del fitness en Portugal no es ni el premium ni el low cost, sino un segmento medio boutiquitizado”.

De este modo, la compañía ha decidido abrazar el concepto boutique dentro de instalaciones multiactividad emplazadas en un segmento medio de precio, en las que “el tiquet se incrementa a través de los servicios complementarios que ofrecen los boutique”. Unos servicios, por otra parte, que considera que “no deben basarse en una idea que el club quiera vender, sino que el cliente considere importante y esté dispuesto a comprar”.

Recuperación de lo perdido

El plan de expansión se complementará con otro proyecto destinado a recuperar la actividad de los 21 clubes que se han visto afectados por el cierre decretado por el Gobierno portugués, desde el pasado 15 de enero y que finalizará el próximo 5 de abril, cuando se permitirá la reapertura de instalaciones deportivas, sin clases colectivas, emplazándose la reapertura total para el 3 de mayo.

En total, 80 días de cierre completo que para Balance Company han supuesto arrancar 2021 con peores datos que en 2020 y dar por perdida prácticamente toda la campaña del primer semestre.

La compañía portuguesa encaraba este año con un fuerte estrés económico después de cerrar 2020, condicionado por un primer confinamiento del 16 de marzo al 4 de mayo, con un balance por debajo de lo esperado. “Habíamos previsto inaugurar cinco clubes y solo pudimos abrir dos, uno de cada enseña. También teníamos expectativas de aumentar la cifra de abonados en un 20% y acabamos perdiendo un 25%”, resume Simao.

A nivel de facturación, la cadena asegura haber podido compensar “en parte” la caída de ingresos durante los confinamientos a través de sus productos digitales, de los que Simao comenta que “son un complemento, pero no la solución”. “Ofrecemos entrenamientos online desde 2015 a través de nuestra app y nuestra propia plataforma y antes de la pandemia el uso era residual porque no se veía necesario. Con la pandemia, su uso ha aumentado, si bien ya se empieza a notar cómo se desinfla la burbuja”, analiza.

Con la reapertura de los centros y la apuesta por la boutiquización, la cadena aspira a conseguir recuperar un alto porcentaje de clientes y atraer a nuevos perfiles “con mayor poder adquisitivo”.

300 gimnasios cerrados y 5.000 profesionales al paro

Pedro Simao, que también es miembro de la asociación Portugal Activo, lamenta que el gobierno luso se haya mostrado “inmune a nuestras solicitudes para ser considerados sector esencial”. Asegura que las relaciones con la administración pública “son buenas, pero no dan resultados”, lamentando no tener “suficiente peso como industria para ser influyentes en las tomas de deciciones”.

Como en España, no entiende el motivo argumentado para cerrar las instalaciones deportivas cuando “la tasa de contagio se ha situado en un 0,06% y no hay evidencia científica que lo justifique”, evidenciando que “el sector del fitness en Portugal no es una prioridad”.

Según datos de Portugal Activo, durante el pasado 2020, la crisis por la pandemia habría arrastrado al cierre a 300 gimnasios, dejando en el paro a 5.000 profesionales. Mientras que la facturación de las empresas supervivientes se habría reducido en una media de un 42%.

El reto ahora es conseguir aumentar la tasa de penetración, que se sitúa en un 6%, y conseguir atraer más masa social a las instalaciones deportivas.


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