Consejos vendo, que para mí no tengo

El sector fitness está muy confuso. Proliferan artículos en los que cada cual da consejos y afirmaciones que, en algunos casos, pueden ser honestos pero, en definitiva, es lo que les funciona a los que ofrecen estos servicios; nuevas formas de entrenamiento y nuevos productos. Pero, ¿le funciona finalmente al posible cliente?

Haciendo una analogía con el juego del ajedrez, muchas empresas indican qué ficha mover en el siguiente turno, pero no desvelarán nunca una estrategia general para ganar el juego. Estas personas no comprenderán si sus sugerencias tienen sentido lógico. Frecuentemente, estas sugerencias o consejos no encajan, diríamos, en los avatares del gimnasio. Como decía Fray Antonio de Guevara: “El aconsejar es un oficio tan común que lo usan muchos y lo saben hacer muy pocos”.

El mejor camino que puede tomar un cliente es tomar sus propias decisiones, fijar los propios rumbos y crear soluciones propias a los problemas que enfrentan. Cuando se ponga mucha más confianza en los propios criterios, se podrá ser capaz de esbozar mejores planes a medio y largo plazo. Se podrá comprobar la adquisición de verdaderos progresos y construir la inercia necesaria para ello.

Tomar el control

Se escriben historias de cadenas de gimnasios; vale la pena leer estas historias pero es mucho mejor tomarlas como entretenimiento y motivación, que como consejos en sí mismos.

Lo ideal sería preguntarse: ¿Qué ha funcionado, funciona y seguirá funcionando para otros muchos clientes y para ti en particular que lees este artículo en cuanto al equipamiento de un gimnasio?

Se debe estar al mando de nuestras vidas porque así se tendrá por completo el control. Si le pides a otros que te digan que hacer estarás eludiendo tus responsabilidades. Hay que plantearse el reto de obtener nuestras propias respuestas. Hay que ejercitar los músculos creativos regularmente. Esto puede sonar complejo al principio, especialmente si se ha dejado que dichos músculos se atrofien, pero finalmente en el medio o largo plazo es mucho más productivo y la recompensa es mayor.

Si se confía demasiado en lo que los gurús del fitness dicen que hay que hacer, estarás jugando al rol del adolescente que no ha llegado a su madurez como adulto. Si se es bueno resolviendo problemas, se podrá controlar el propio destino. En otras palabras, las mejores soluciones son las que uno mismo puede desarrollar. Seguro que eres mucho más capaz de lo que se puede llegar a pensar. No hay que permitir que las circunstancias nos controlen, en todo caso, hay que optar por cambiar las circunstancias.

Como casi siempre hacemos, nos gusta terminar con una frase que en esta ocasión es de Confucio: “No hay cosa más fría que un consejo cuya aplicación sea imposible”.