ESENCI@L

Los peligros de la subcontratación y deslocalización en la fabricación de equipamiento fitness

Del ‘hecho en España’ a la ‘trampa asiática’

madeinspain

(21-2-2020). ¿Qué significa hecho en España? ¿Qué efectos tiene deslocalizar y subcontratar la fabricación a economías emergentes? Sobre estas cuestiones reflexiona el fundador y presidente del fabricante español de equipamiento fitness Telju Fitness, Juan José López Nombela.

Para que a un producto se le pueda atribuir la etiqueta de ‘Made in Spain’, o se afirme que es de origen nacional con fuertes calificaciones o límites, el producto debe ser “todo o prácticamente todo” fabricado en España.

“Todo, prácticamente todo” significa que todas las partes y el procesamiento con el que se fabrica deben ser de origen español, es decir, el producto no debe contener ninguna pieza extraña o insignificante.

Hablando con nuestros clientes, hemos podido comprobar la esperanza que existe entre ellos de poder comprobar si un producto como los equipos de tonificación y musculación son de origen español, es decir, fabricados en España, o por el contrario se trata de productos fabricados en los países asiáticos. Todos o casi todos han tenido alguna mala experiencia con los productos que en su momento adquirieron, por ello, observamos cómo ha ido en aumento la necesidad de saber más sobre el origen de los fabricantes de productos de fitness.

Ha ido en aumento la necesidad de saber más sobre el origen de los fabricantes de productos de fitness

Las consecuencias de la deslocalización y subcontratación

Especialmente en mercados punteros como el estadounidense, pero también en el español, algunas fábricas con marcas muy conocidas, han optado por la subcontratación y la deslocalización, ocasionando innumerables pérdidas de empleo.

¿Se puede considerar libre comercio a aquellas empresas, principalmente americanas, que destruyeron tantas oportunidades de trabajo? Representan marcas sobradamente conocidas y conforman un comercio sin sentido.

Los fabricantes tratamos de explicar –otra cosa es que no se le dé valor- lo que significa hacer productos en nuestro país, mantener la fabricación en casa, así como los trabajos que lo acompañan. Nuestra fabricación incluye no solo los productos terminados que nuestros clientes y distribuidores conocen, sino también las materias primas utilizadas para fabricar estos equipos.

Hacer nuestros propios productos es una celebración de nuestra pasión por conceptuar nuevos modelos de equipamientos. Y no nos proponemos que esto se entienda como una protesta por la subcontratación o la deslocalización, cada cual es muy dueño de hacer en cada momento lo que considere más oportuno.

De hecho, diseñar y producir nuestros propios equipos y gamas en nuestra fábrica nacional es la conclusión acertada a la cual hemos llegado después de haber sopesado la opción de importar líneas chinas. Nuestra trayectoria desde 1984 está repleta de comentarios de nuestros clientes tanto nacionales como internacionales, testimonios excelentes sobre nuestro proceso productivo por lo que alentamos a que la historia de nuestro ‘savoir-faire’ sea nuestro punto clave diferenciador. Nuestra verdadera pasión se resume en que no solo diseñamos lo que vendemos sino ante todo, lo fabricamos.

Si bien las economías de escala y la mano de obra de bajo costo han generado enormes ahorros de costos para los consumidores, parece que nos estamos acercando a los límites de este modelo de negocios

La fabricación en economías de escala, al límite

Vivimos en una época en que la producción se subcontrata con mayor frecuencia a fabricantes anónimos principalmente en mercados laborales de bajo costo. Hay buenas razones para ello, así como algunas desventajas horribles y bien publicitadas. Si bien las economías de escala y la mano de obra de bajo costo han generado enormes ahorros de costos para los consumidores, parece que nos estamos acercando a los límites de este modelo de negocios, especialmente después de que los desastres de fábricas en el extranjero hayan centrado más la atención en las malas condiciones de trabajo y el impacto ambiental de estas prácticas.

Queremos hacer un pequeño inciso aquí, pues viene a colación de lo que estamos comentando, y es que tenemos noticias de que alguna marca americana muy conocida a la que le fabricaban sus productos en China, está preparando la vuelta a sus fábricas a Estados Unidos. Y ¿qué es lo que alegan para tomar esta decisión? Pues ni más ni menos que tener control sobre su desarrollo, diseño, ingeniería, fabricación y distribución, todo bajo un mismo techo. También alegan que los costos laborales en China continúan aumentando y, por ende, ésta que era una ventaja está disminuyendo. Además, siguen diciendo que la medida ayudaría a la compañía a mejorar la calidad del producto. ¿Antes no la tenían? Dicen también que aunque la fabricación de equipos de fitness sigue siendo global, el brillo de China puede desvanecerse.

Consumidores conscientes

Estamos observando que hay un pequeño pero creciente grupo de “consumidores conscientes”, que se preocupan por quién, qué, por qué, dónde y quién está detrás de los productos que compran. Como fabricantes conscientes, estamos preocupados por los problemas de justicia ambiental y social que conlleva la fabricación en países desarrollados y mal regulados.

Como fabricantes, somos optimistas de que hay un futuro prometedor para la fabricación a pequeña escala, innovadora y especializada en nuestro país, si bien es cierto que solo somos tres o cuatro empresas las que fabricamos. Estamos cansados de leer noticias y publicidad donde se dice ser fabricantes y no ser cierto, sin darse cuenta de que están haciendo alegaciones falsas o manifiesten características inciertas sobre los mismos y que podrían ser castigados de acuerdo al artículo 282 del Código Penal por un perjuicio grave y manifiesto a los consumidores, y, porque no decirlo, también a los que sí somos fabricantes.

Hay un futuro prometedor para la fabricación a pequeña escala, innovadora y especializada en nuestro país

La trampa asiática

Mientras los occidentales tercerizan sus fabricaciones y ganan en el corto plazo, los países asiáticos aprovechan ese enfoque e instalan unidades productivas de alta performance para dominar en el largo plazo. Mientras las grandes empresas se quedan con sus marcas, con el diseño, los asiáticos se quedan con la producción contribuyendo al desmantelamiento de los escasos parques industriales occidentales.

Detrás de esta situación, está la gran trampa asiática. No se trata de una estrategia comercial, sino de una estrategia de “poder” para conquistar el mercado occidental. Los asiáticos están sacando provecho de la actitud de los “comerciantes” occidentales que prefieren tercerizar la producción quedándose tan solo con lo que agrega valor: la marca.


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