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El Club Delfos apuesta por volver con más clases, pero más cortas

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Actualmente, el Club Delfos cuenta con una superficie total de 10.000 metros cuadrados y emplea a una cuarentena de trabajadores.

(29-4-2020). El Club Delfos se propone mantener a todos sus socios y trabajadores, por lo que está considerando fragmentar su parrilla de clases porque de este modo, según pronostica su gerente, Matías Polo, “nuestros abonados podrán adaptarse mejor a las previsibles limitaciones de aforo que determinará el escenario de la reapertura de gimnasios”.

El Club Delfos, histórico gimnasio de Cornellà de Llobregat, apuesta por tirar de imaginación para superar las complicaciones que planteará la progresiva vuelta a la normalidad por el coronavirus. Su director, Matías Polo, explica a CMDsport que, desde el momento en el que tuvieron que cerrar su gimnasio, están tratando de “reinterpretar” la situación adaptada a las nuevas circunstancias. “Ahora tenemos que hacer un reciclaje mental, porque entraremos en una época de posguerra durísima”.

Dos de los principales retos que se marca este centro son no perder clientes ni dejar atrás a sus trabajadores. Es por ello que se plantea volver “con una parrilla con más clases, pero más cortas, para que la gente puede acoplarse”. Una medida que está pensada para combatir las posibles limitaciones de aforo que les impongan las autoridades. “Hay que tener imaginación, visión de qué se puede cambiar”, asume Polo. El empresario visualiza, para 2021, “un Delfos más social que potencie el ocio saludable”. Para ello, intentará potenciar su faceta de punto de encuentro, “donde el deporte, la salud y el ocio saludable sea la excusa”.

RECUPERAR LA CONFIANZA DE LOS SOCIOS

El responsable del gimnasio del Baix Llobregat insiste en la necesidad de “mostrar y aparentar” la mayor confianza posible a través de medidas higiénicas para no perder clientes. “No queremos que nadie se dé de baja, si hace falta congelaremos la cuota para que cuando quiera volver a hacer deporte, sea en el Delfos. A eso le llamo paciencia estratégica. Si tienes una base, lo que haces seguro es reducir el desastre”, añade. Potenciar la comunicación con los socios, mostrándoles garantías para que pierdan el miedo, entiende que es una de las claves para que el retorno a la total normalidad sea lo más rápido posible.

Este gimnasio, con 38 años de vida, es consciente que los vínculos personales con sus socios es uno de sus valores diferenciales. “Hay bicicletas y aparatos en todas partes, mejores o peores, pero lo que marca la diferencia de este proyecto es el toque personal. El Delfos no es una cadena, es un gimnasio con nombres y apellidos. Es por ello que he pedido a todo el personal una mayor productividad emocional. Habrá que darle más atención y calidad al cliente para normalizar la situación”, anota el director del centro. Estas últimas semanas han rebajado la exigencia a sus trabajadores, si bien ahora están tratando de mantener el contacto con formaciones para la vuelta.

En el Delfos también son conscientes de que el el factor económico marcará en buena medida la respuesta de sus socios. “El público volverá a su ritmo, en función de cómo haya quedado su economía”, asume Polo. El progresivo retorno de los clientes también marcará la economía del veterano centro, que afronta con cierta preocupación las normativas que les podrían imponer para permitir su vuelta. “Según sean más o menos fuertes, harán más o menos viable la recuperación. Si hacemos una lista de todo lo que nos pueden llegar a pedir, puede ser muy complicado”, reconoce Polo.

El Club Delfos, que se encontraba en una dinámica positiva antes del cierre por el coronavirus, trató de ajustar sus cuentas a una perspectiva de tres o cuatro meses sin ingresos, aunque como el resto de gimnasios mantiene la incertidumbre de ver cuánto se puede alargar este proceso. La limitación presupuestaria del momento les obligará a ser muy equilibrados en los próximos meses. Mientras tanto, han tratado de sumarse al resto de centros impulsando los contenidos online. “Hacemos vídeos de forma entusiasta para distintos públicos, desde crossfit a pilates, pasando por el pádel”, cuenta Polo, quien reconoce que eso les está ayudando a mantener el contacto con los socios.

EL BUEN TIEMPO, MÁS VENTAJA QUE INCONVENIENTE

Otro elemento que puede afectar de manera importante a centros deportivos como el Delfos es la estación del año en la que se produzca el retorno. En ese sentido, apunta Polo, a pesar de que el verano es una época en la que la afluencia a muchos gimnasios tiende a disminuir, su centro puede salir beneficiado por el elevado porcentaje de instalaciones al aire libre disponibles, cerca del 60%.

Según sentencia Matía Polo, “potenciaremos al máximo las actividades al aire libre, que cuando haga buen tiempo serán muy agradables. Eso, además, ayudará a superar el miedo y la preocupación de los socios. En espacios muy abiertos podemos incluso sacar los aparatos de dentro del centro”, sentencia.


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