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Webinar organizado por la consultora MAS

¿Cómo debe ser el entrenador personal en el escenario postcovid-19?

Artesanía versus súper digitalización

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TRES EXPERTOS. De izquierda a derecha, Sergio González (Reebok Sport Club), Bruno Suárez (E-Motion) y Noemi Todea (entrenadora personal y escritora)

(1-6-2020). ¿Cómo debe ser el entrenador personal en el escenario del postcovid19? Esta pregunta y otras muchas mas fueron abordadas en un webinar organizado por la consultora MAS y en el que tomaron parte Gustavo González, director de operaciones de Reebok Sports Club; Bruno Suárez, director de E-Motion; y Noemi Todea, entrenadora personal y autora de ‘Entrénate con Noe Todea’.

Adaptarse para sobrevivir a los nuevos tiempos postcovid-19 es lo que deberá hacer un colectivo del sector del fitness, los entrenadores personales, cuyo futuro también está lleno de incertidumbre. Sobre ello debatieron el pasado viernes Bruno Suárez, director de E-Motion, Noemi Todea, entrenadora personal y autora de ‘Entrénate con Noe Todea’ y Gustavo González, director de operaciones de Reebok Sports Club, en un webinar organizado por Management Around Sports (MAS).

El tema central del debate fue el futuro del entrenador personal en la revolución digital. ¿Pueden las pantallas suplir la falta de presencia físico y de contacto que hay en los centros? Para los tres expertos, la respuesta es que lo digital no podrá replicar a lo presencial, aunque pueda ser una alternativa que haya que perfeccionar para que ambas se complementen.

TRATO PERSONALIZADO

Según González, el entrenamiento personal “requiere la presencia física de un entrenador porque hay cosas que en una pantalla se pierden”. Este ponente defendió una postura muy clara: “El online ha llegado para quedarse, tiene sus pros y sus contras, pero es otro producto o servicio diferente al offline. No puede costar lo mismo un Ferrari que un coche convencional, son dos servicios distintos, no se puede replicar digitalmente el servicio que se ofrece de forma presencial”. Una opinión que contrastó con la de Bruno Suárez, quien aseguró que cobrarán lo mismo a los clientes online y offline dado que los clientes “pagan el tiempo y el conocimiento de los entrenadores”.

El director técnico de Reebok aseguró que el servicio que prestan los entrenadores personales es algo “artesanal”, dado que cada usuario se comunica y se relaciona con ellos de una forma distinta, y mostró sus dudas acerca de la posibilidad de reunir a todos los usuarios en una única plataforma digital. “Me preocupa que esta estandarización pueda convertir el entrenamiento personal en un proceso en serie. Además, no podemos perder de vista que buena parte de los clientes son gente que no está familiarizada con el mundo de la tecnología”. Aquí sí coincidió con Suárez, que insistió en la necesidad de que su servicio sea “artesanal y la gente se sienta tratada individualmente”.

ADAPTARSE A LA NUEVA TECNOLOGÍA

Gusten más o menos, las nuevas tecnologías deben ser consideradas en cualquier sector, incluido el del fitness. “Tenemos que pensar que esto le irá bien al sector para cambiar cosas que hacíamos de manera analógica y que no eran eficientes. Los primeros que tenemos que ponernos las pilas somos nosotros, que pensábamos que éramos indispensables, y ya hay gente que lleva 70 días entrenando a través de una pantalla”, comentó Suárez.

Según su testimonio, el reto de los entrenadores personales es tratar de aproximarse a estas plataformas de forma que cada vez sean “más capaces de transmitir cosas de forma personal”. Es decir, que hay que intentar aproximar al máximo esos procesos artesanales a las tecnologías, aunque no puedan replicar exactamente el mismo producto. “Hay personas, desde los 18 a los 80 años, que ya se han acostumbrado a que, desde las 10 h de la mañana, en lugar de ir a un centro a hacer deporte, vaya el profesor a su casa a través de una pantalla”, prosiguió el cofundador de E-Motion.

MENTALIDAD ABIERTA

Aunque reconoció que este período ha supuesto un “empujón inesperado” hacia las nuevas tecnologías, Suárez considera que los entrenadores personales afrontan un contexto de incertidumbre. Ante el cierre de sus instalaciones, esta empresa tuvo que digitalizar sus servicios a contrarreloj para mantener algún tipo de oferta a sus clientes. Incluso, señaló, han llegado a enseñar a sus clientes a masajearse con sesiones online. “Tenemos que abrir la mente a nuevos procesos y tecnologías que nos pueden ayudar”, constató.

Pese a que ya están notando el regreso de personas en sus centros, en su canal online siguen teniendo un público importante, lo que les ha obligado a mejorar su discurso y metodología para adaptarlo al máximo a ese tipo de público. “Se abre una pantalla donde tratamos de aplicar todo lo que hacíamos artesanalmente de forma presencial, aplicado al contexto online”, resumió.

Noe Todea, por su parte, ya ofrecía un servicio omnicanal antes del confinamiento. Esta entrenadora personal reconoce que, de este período, lo que ha cambiado más es “la falta de contacto físico”. “Cuando puedes tocar a los alumnos para hacer correcciones se sienten respaldados. Ahora se tiene que cambiar, con un discurso diferente para indicar, sin tocar, cómo debemos hacer un movimiento”, relata. Aunque asume que la tecnología nos debe facilitar la vida, Todea, reconoce que requiere “un proceso de aprendizaje” necesario.

NO SOLO HAN CAMBIADO LOS CLIENTES

Los tres ponentes también se pronunciaron acerca de otra cuestión, si los clientes postcovid-19 cambiarán mucho o no. “Por supuesto que ha cambiado. Por obligación, mucha gente ha tenido que contactar con la tecnología para llegar a cosas”, expuso Todea, quien adviertió que los entrenamientos en casa han tenido dos efectos, uno positivo y otro negativo. “A los que les está yendo bien, seguirán haciendo deporte en casa. Pero muchos médicos me han comentado los destrozos con los que se están encontrando. Uno de ellos ya lleva ocho operaciones de menisco durante este período”.

“Nosotros también hemos cambiado. En tres meses hemos hecho más formaciones que en todo un año”, expuso Suárez.

Más escéptico se mostró, al respecto, Gustavo González, de Reebok, quien cree que “aunque habrá gente que le irá bien usar el canal online, que se incrementará, muchas personas volverán a los gimnasios. En poco tiempo esto se olvidará y la gente volverá a la normalidad”.

GESTION DEL MIEDO

El director de operaciones de Reebook Sports Club también se refirió a la gestión del miedo con los clientes. “No podemos trabajar el miedo interno de cada uno. Lo que podemos hacer es tomar medidas para que la gente vea que estar en el gimnasio es un sitio igual de seguro que cualquier otro”.

El miedo es un enemigo común al que tendrán que enfrentarse muchos sectores. Para el del fitness, la amenaza de un nuevo confinamiento les obliga a perfeccionar al máximo los canales online. “La mayoría de nuestros clientes ya están advertidos de que deberán teletrabajar hasta 2021, por lo que generar confianza en la gente será fundamental. Un centro deportivo no estará más contaminado que un supermercado, pero habrá recelo y mucha gente querrá minimizar al máximo los contactos para evitar riesgos”, analizó Suárez.

LLEGAR A MÁS GENTE

Pese a ofrecer un servicio algo distinto al offline, los ponentes reconocieron que los contenidos online les pueden servir para llegar a otro tipo de clientes a los que antes no tenían acceso. “Antes nos veíamos reducidos a un ratio acción de unos cinco kilómetros desde el centro de Madrid. Ahora, además de eliminar los desplazamientos a los centros, podemos llegar más allá, a través de las redes sociales hemos conseguido llegar a A Coruña o Murcia”, comentó Bruno Suárez.

Para Noemi Todea, la variación de clientes puede depender, en gran medida, de la “adherencia que tenga cada uno con el entrenador”. En ese sentido, amplió, “si antes te iba bien, tienes que probar algo que te guste mucho más para cambiarlo”. Esta entrenadora personal reconoció que estas semanas ha captado a nuevos clientes que anteriormente les pedían información. Una afirmación que Suárez redondeó: “La gente ha visto que el que no hace actividad física está fuera”. Y es ahí donde, precisamente, queda claro que el ámbito digital tendrá un rol más que relevante.


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