(17-2-2015). Entrenadores y gestores de gimnasio han mostrado su malestar ante la “impunidad” con la que operan algunos gimnasios y supuestos monitores “sin conocimientos de fitness” y la falta de una normativa “imparcial” que lo regule.
Este pesar y denuncias se han llevado a través de varias redes sociales en los últimos días y el detonante ha sido un vídeo que circula por Internet de promoción del gimnasio municipal de Burgo de Osma y que ha avivado viejas ampollas en el sector.
En dicho vídeo, se muestra a unos supuestos clientes del centro desarrollando distintas rutinas de entrenamiento incorrectamente y sin asesoramiento. Estas imágenes, aunque datan del año 2013, han despertado la indignación de varios profesionales del sector que, con estupor y sin querer creer lo que veían sus ojos, claman por un cambio en el sector del fitness.
Algunos se asombran de que “ni un sólo ejercicio está bien hecho”, creyendo imposible semejante publicidad para el centro. Pero el trasfondo de esta sorpresa es la indignación de un colectivo conocedor de que la situación que muestra este video no es de un caso asilado.
Regulación interesada
Este colectivo de entrenadores asegura que la existencia de entrenadores sin ningún tipo de titulación o incluso enseñanza trabajando en gimnasios y gestores y directores técnicos sin experiencia en el sector es algo “común en el fitness español”. Y creen que una regulación general de la profesión podría atajar el problema que “da mala imagen al colectivo de profesionales del fitness y atenta contra la salud de los usuarios de los gimnasios”.
El problema, comentan estas fuentes, es que “toda la regulación que se quiere hacer es interesada”. Así, claman porque el sector promocione “una regulación sin intereses de marcas y empresas que acabe con esta práctica dañina”.
Cumplir con la norma
Además de la existencia de unas normas, el colectivo también reclama que se ejerza un control sobre los centros para asegurar que las leyes se cumplen.
“Lo más grave del vídeo que hemos visto es que se trata de una instalación municipal, que son las primeras que deberían mirar por contratar profesionales cualificados y no fomentar la total impunidad”, afirma un entrenador.
A lo que otro se suma asegurando que “somos todos partidarios de que haya una regulación de la profesión del fitness, que se hagan cursos de capacitación y todo lo necesario, pero el problema viene también cuando los gimnasios deben contratar personal y se encuentran que sale más barato contratar a un entrenador sin titulaciones que uno acreditado, al que por convenio de se le debe pagar un sueldo más alto”. Un ‘mirar hacia otro lado’ que las fuentes creen que también debería ser regulado y perseguido, aunque se muestran poco esperanzados de que “algo cambie a corto plazo”.
Vídeo del gimnasio de Burgo de Osma:
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