(10-10-2022) Fitconcept Pro se está viendo beneficiado por la apuesta de cada vez más operadores de gimnasios que apuestan por diferenciarse con actividades colectivas diferenciadas. La empresa de formación de instructores, sin embargo, alerta que la falta de formación en muchos técnicos es un problema común en el sector que sólo se podrá revertir mejorando las condiciones salariales de los profesionales.
El sector de las clases dirigidas de las distintas modalidades de fitness vive un momento muy delicado en España. Tras dos años en los que la pandemia obligó a cerrar las salas, a reducir aforos o a realizar las actividades colectivas con mascarillas, los usuarios empiezan a volver a hacer uso de este tipo de servicios, pero ahora tanto operadores como los propios clientes se encuentran con un nuevo problema: escasean los técnicos de calidad y con un alto nivel de formación. Se trata de una situación reconocida por las empresas del sector, que tras dos años y medio de pandemia ven ahora como los costes energéticos se comen buena parte de sus ingresos.
Así lo constata el coreógrafo y creador de programas fitness para técnicos de clases dirigidas, Ernesto Acosta, fundador de Fitconcept Pro: “Muchos operadores coinciden en que el sector de las clases dirigidas vive un problema, la falta de instructores cualificados para impartir este tipo de clases”.
Lamenta Acosta que la regularización a nivel de formación que se ha implementado en los últimos años ha supuesto un paso hacia atrás a nivel de conocimientos. “El resultado es que hay profesores que no tienen conocimientos suficientes y que, por tanto, no salen bien preparados de estas pseudoformaciones. Si no es con formaciones privadas de empresas que conocen el sector, no se adquieren los conocimientos mínimos necesarios para dar una clase colectiva”, advierte.
Esto supone un riesgo para los operadores de gimnasios, ya que los clientes, alerta Acosta, “perciben” cada vez más que los profesionales “están menos preparados”. Esto se transforma en una menor capacidad de fidelización de esos usuarios hacia un tipo de actividades, las clases dirigidas, que históricamente han supuesto uno de los grandes reclamos del sector del fitness hacia sus abonados.
RETROCESO DE LAS CONDICIONES
La principal explicación a este problema, destaca, es fundamentalmente económica: “Hace siete o diez años cualquier persona podía sacarse un sueldo más o menos digno dando 20 ó 30 horas semanales de clases colectivas. La hora se pagaba más cara y el esfuerzo se veía recompensado. Ahora, en cambio, puedes dar 30 horas y no llegar a los 500 euros… es algo que hay que replantear”.
Acosta insta a los gimnasios a “replantearse” de nuevo el hecho de “volver a valorar más” a los buenos profesionales “aunque eso suponga un coste mayor”. Según su criterio, una mejora de las condiciones económicas “garantizaría” que las clases colectivas volviesen a tener el buen estado de salud que rebosaban una década atrás. “Creo que el sector llegará a un punto caótico, y será entonces cuando llegará a la conclusión de que hay que volver a invertir en la formación. Creo que es el camino correcto, porque las clases colectivas mueven a millones de personas por todo el mundo”, vaticina.
Otro de los factores que, según Acosta, ha provocado una merma del número de instructores de nivel de las clases colectivas en los centros deportivos es la repercusión que han cobrado las redes sociales. “La irrupción de los influencers ha provocado que muchos apuesten ahora por crear y desarrollar su propia marca personal y tu empresa online”.
700 CLIENTES
Fitconcept Pro, de hecho, es un claro ejemplo de autoemprendimiento. Tras más de una década en EAC Training Systems, Acosta decidió en 2020 lanzar una nueva plataforma con el objetivo de distribuir a gimnasios e instructores programas propios de entrenamiento.
Actualmente tienen una cartera de 700 clientes, entre entrenadores independientes, otros pertenecientes a pequeños gimnasios independientes y también de cadenas de gimnasios como BodyFactory, Inacua, Máis que Auga y Meufit, Okeymas y Featness Gym. También colaboran con Aqualia, empresa de prestación de servicios deportivos.
El fundador de Fitconcept Pro valora positivamente este 2022, en el que asegura que han “superado las expectativas” marcadas el año pasado, en un contexto muy condicionado por la recuperación que aún vive el sector por la pandemia.
De cara a 2023, la compañía intensificará su apuesta por el marketing y realizará algunos eventos presenciales con los que esperan fortalecer su imagen y darse a conocer entre más empresas y profesionales. El próximo reto, alcanzar el millar de clientes.
LA APUESTA POR LA DIFERENCIACIÓN
A su factor juega, admite Acosta, el deseo de muchas cadenas de diferenciarse del resto. “Cada vez hay más clientes que han visto por internet nuevas actividades y estilos y piden cosas distintas. Están más abiertos a probar que años atrás. Por su parte, las cadenas optan o bien por crear ellos mismos sus propios departamentos de clases dirigidas o bien por externalizar ese servicio con empresas nuevas que les permitan diferenciarse de los demás operadores”, resume.
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