Intrusismo y falta de formación de calidad, grandes hándicaps del yoga

El año 2020, con la pandemia y las restricciones, supuso el aumento del interés, en España y el resto del mundo, por el yoga. El informe Stylight recogía crecimientos del 300% en las búsquedas online de información sobre la disciplina. Según la consultora Allied Market Sesearch, en su estudio sobre ‘Las perspectivas del mercado de estudios de Pilates y Yoga  hasta 2025’, muestra que es un sector valorado en 87.926 millones de euros en 2017, y con la proyección de que alcance los 215.811 millones en 2025, creciendo a una tasa anual del 11,7%.

Para analizar la situación de ésta disciplina, entrevistamos a Mayte Criado, Presidenta de FEDEFY (Federación Española de Entidades Formadoras de Yoga) que engloba a prácticamente la totalidad de las 23 escuelas de Formación de Profesores/as de Yoga de España. Además, Criado es fundadora y directora de la Escuela Internacional de Yoga que ha formado a unos 5.000 profesores/as de Yoga en España en 20 años. Es la primera escuela de formación, y que más volumen de cursos ofrece.

El yoga ha sido una de las disciplinas más demandas online durante la pandemia ¿Cómo lo valora?

Tiene dos apreciaciones. La primera hace referencia a las ofertas gratis que muchas personas han hecho durante la pandemia. Han sido clases gratuitas ofrecidas por profesionales reales y por otras personas sin experiencia. Este tipo de ofrecimientos han causado mucho daño a los verdaderos profesores del yoga.

Por un lado, daño económico porque obviamente las propuestas gratuitas no son de recibo. Y, por otro lado, han causado daño a la imagen del yoga que se ha equiparado a prácticas muy superficiales. En ese sentido, lo mismo se ofrecía una clase de yoga que la receta de una tarta.

La segunda valoración es que muchas escuelas han cerrado y no han podido continuar a causa de las normativas sobre aforos y el miedo al contagio en situaciones presenciales. Aunque el sistema online se ha puesto de moda, no ha respondido ni a la calidad ni a la profesionalidad que deben exigirse, ni tampoco a respaldar a los centros de yoga físicos. En estos momentos, ya estamos notando también un cierto cansancio en relación a la pantalla.

En definitiva, el intrusismo y la falta de formación de calidad son los grandes handicaps que sufre el yoga.

Las modalidades más demandadas son la Formación de Profesores de Yoga y las Especializaciones en Yoga y Meditación, Yoga Restaurativo, Yoga para la Mujer, Yoga en la Educación y Yoga Nidra. Imagen: Freepik.

 ¿Y cómo ha sido a nivel de formación?

Para nosotros, la Escuela Internacional de Yoga, (fuimos pioneros en 2012 de la formación online de yoga), ha representado una buena subida, ya que todas las plataformas y los contenidos los teníamos consolidados. Hemos aumentado la demanda en un 50% más. Son cursos largos y es una formación muy reconocida en España e Hispanoamérica. Otras escuelas de formación de profesores de yoga, que anteriormente incluso criticaron la modalidad online, se han precipitado deprisa y corriendo para convertir sus formaciones presenciales a online.

¿Cuáles son las modalidades más demandadas?

Las modalidades más demandadas son la Formación de Profesores de Yoga y las Especializaciones en Yoga y Meditación, Yoga Restaurativo, Yoga para la Mujer, Yoga en la Educación y Yoga Nidra.

En la Escuela Internacional de Yoga la Formación de Yoga en modalidad presencial ha disminuido en un 35% y la formación en modalidad online ha subido en más de un 50%.

¿Preparan nuevas formaciones?

Tenemos acuerdos muy importantes con la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) para crear cursos de Yoga y Meditación específicos y también comenzaremos a impartir el Certificado de Profesionalidad oficial de Instrucción en Yoga.

En cuanto a la formación online, ya tenemos acuerdos para llevarla a Hispanoamérica. Son proyectos importantes que llevarán a nuestra formación a consolidarse como referente en todos los países de habla hispana.