Javier Butragueño: “Echo de menos que algún político luche por la salud de la gente”

¿España tiene un problema a nivel de obesidad?

Sí. El problema es que va creciendo, y no solo en adultos, también en población infantil. En obesidad infantil es de los primeros países de Europa. A nivel de adultos, está a mitad de tabla. Cerca de un 50% de la población tiene sobrepeso. Es gente que está en riesgo, ya que cualquier circunstancia que pueda ocurrir, como una pandemia, puede derivarla hacia un exceso de peso. Los niños tienen una peor conciencia de la importancia que tiene el movimiento, y cuando sean adultos puede que lleven 15 años con un exceso de peso que afectará a su calidad de vida. Desgraciadamente el sedentarismo ha ido creciendo y escalando posiciones entre los factores de muerte más elevados. No somos conscientes de nuestros bajos niveles de salud. 

¿Ha evolucionado mucho la tasa de obesidad en España en los últimos 20 o 30 años?

Sí. Desde 1975 hay datos que demuestran que ha ido al alza. En la actualidad, más del 50% de la población española sufre sobrepeso u obesidad, según una encuesta reciente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo). Algunas tendencias han superado las estimaciones que se hacían años atrás, y los datos han ido creciendo con la pandemia, especialmente en la población infantil. Si se cumplen o se superan las estimaciones que se proyectan para 2030, tendremos un problema sanitario bastante grave:  se podría alcanzar el 22% de la población obesa y un 40% con sobrepeso. Estas curvas podrían atenuarse con iniciativas públicas. 

La sociedad actual no necesita moverse para vivir

En las últimas dos décadas ha crecido de forma exponencial el uso de pantallas. ¿Toda esta tecnología ha propiciado que aumente la tasa de sobrepeso y de obesidad?

Ha sido una combinación de muchas cosas. Peor alimentación, más sedentarismo y más problemas de salud mental. Todo está interrelacionado. Vivimos en una sociedad occidental que trabaja muchas horas sentada y que se ha convertido en muy sedentaria. Las escaleras mecánicas, los ascensores, las aplicaciones y los supermercados que nos traen la comida a casa… No hace falta moverse para poder vivir. Tampoco los niños, que se entretienen con videojuegos. Nos encontramos ante una sociedad muy débil a nivel de condición física. 

¿Qué impacto tiene el incremento del teletrabajo a nivel del sobrepeso?

Es una ventana de oportunidad. Afecta en el sentido de que tienes que pasar muchas horas sentado, algo que ya pasa en muchas empresas, por eso algunas ya tienen departamentos de hábitos saludables para intentar disminuir este riesgo. Pero el teletrabajo abre una ventana nueva de profesionales con plataformas para incentivar a la gente sedentaria a hacer ejercicio en casa. Es el momento de potenciar todas las plataformas de entrenamiento digital que se han desarrollado durante la pandemia para equilibrar el teletrabajo con la telesalud. 

De la obesidad y del sobrepeso se derivan numerosas patologías. ¿Los profesionales del sector deportivo tienen suficiente formación académica para tratarlas?

Hay poca carga de educación. Yo de obesidad aprendí cuando salí de la carrera. Hay que formarse a través de másters o cursos especializados. Los entrenadores personales saben que van a tener gente que quiere perder peso. Siempre les recomiendo a los entrenadores que se formen porque habrá una crisis de salud y tendremos que saber entrenar a personas con diabetes, obesidad, mayores frágiles y cáncer. Son las cuatro principales enfermedades que tendremos que trabajar y, habrá que aprender y estudiar mucho de ellas. Que en el futuro haya más entrenadores personales especializados será una gran noticia, siempre y cuando se les valore a nivel laboral. 

Hay que aprender a entrenar a personas con diabetes, obesidad, cáncer y mayores frágiles

¿La sociedad, en general, es consciente de los problemas que pueden derivarse de una mala alimentación y de la inactividad física?

No. Creo que hay una falta de educación en salud muy grande. No nos educan ni nos enseñan en el ámbito de la salud. No se trabaja lo suficiente a nivel escolar. Solo hace falta ver los años que llevamos luchando por una tercera hora de actividad física en los colegios. No le ven la importancia que realmente tiene. Una de las cosas con las que viviremos toda la vida es con nuestro cuerpo. Es clave entender la importancia de tener un buen consumo de oxígeno, una buena masa muscular funcional, conocer las diferencias entre chicos y chicas, el ciclo menstrual de las mujeres o los cambios hormonales que se derivan… La escuela es un lugar muy interesante para enseñar todo eso y no se hace. No hay un interés en que la gente esté sana. 

¿Es posible que la educación física se perciba en los colegios más como algo vinculado al ocio, al juego o a la competición que a la salud?

La educación física ha evolucionado con el tiempo. Ahora hay profesores que se han formado mejor, pero están bloqueados por la estructura que tiene el sistema educativo, con unas unidades didácticas y con unos objetivos que tienen que cumplir y que a veces son difíciles de modificar. Educar tu estado físico es importante. La gente tiene que conocer el por qué hacemos determinado tipo de actividades, conocer la importancia de la coordinación y de la fuerza. Un profesor que me gusta mucho dice: “Andar está bien para bien para no estar mal, pero no sirve para estar bien”. Necesitas entrenar otros conceptos. Andando te quedas en el cinco. Y el aprobado raspado, si hay una situación de riesgo, se vienen abajo rápido. Y con la edad, ese cinco va bajando cada año. Si partes del diez, tienes más posibilidades de vivir con mayor calidad de vida. 

Se ha reactivado la economía, pero no la salud

Esta semana se ha rechazado emitir un bono deportivo en la Comunidad Valenciana. ¿Echa de menos iniciativas políticas que fomenten más la práctica deportiva?

Echo mucho de menos que algún político luche por la salud de la gente. En el ámbito deportivo, mi percepción es que se está haciendo poco. Se podría hacer más. En una escala del cero al diez, estamos lejos de lograr la excelencia, tal vez en un tres. Cuando vi las restricciones a la movilidad de los primeros meses de pandemia entendí que los órganos que supuestamente debían cuidar nuestra salud, no la estaban cuidando. La pandemia es algo complejo de asumir, pero cuando se estaba viendo que al aire libre no había riesgos elevados de contagio, no se dieron nunca unas pautas correctas de cómo ni dónde hacer ejercicio. A los centros deportivos se les castigó y se les sigue castigando mucho. Y no han habido ayudas para promocionar la reactivación de la salud. Se ha reactivado la economía, pero no la salud. No se ha ayudado a los centros deportivos a potenciar su mensaje. 

La cuestión del IVA es una histórica reivindicación del sector. El PP, cuando estaba al mando del Gobierno español, aseguró que la subida del IVA había supuesto un incremento de 39,8 millones de euros sin reparar en la lluvia de millones que gasta cada año el Estado en sanidad para resolver problemas de sobrepeso, bajas laborales, salud mental y demás problemas derivados.

No es su dinero. Es el dinero de todos. Cuando gestionas dinero que no es tuyo, no te importa. Vivimos con una política a la que no le importan esos recursos económicos. Tanto la obesidad infantil como la adulta está demostrado que están muy vinculadas al estatus socioeconómico. Hay mucha gente que no puede permitirse ciertos servicios de salud. Si tenemos que pagar un 21% de IVA, todos los profesionales y centros del sector tenemos que subir las cuotas para poder vivir. Y, por tanto, habrá mucha gente que queda excluida de unos servicios profesionales. Es un problema que no creo que se solucione a corto plazo. Aunque haya asociaciones que están luchando mucho por esto, los colegios oficiales deberían ser más fuertes y tener más influencia sobre las políticas que se desarrollan. 

Los médicos deberían prescribir ejercicio a través de recetas deportivas

¿Qué iniciativas implementaría para reducir el sobrepeso y la obesidad en España?

Lo primero, incluiría las recetas deportivas. Es decir, que los médicos pudieran prescribir ejercicio. Hay personas que, aunque no bajen su peso corporal, mejorarían muchas variables a nivel de su salud si realizan ejercicio. Así se resolvería un gran problema y los centros deportivos tendrían a más gente. Por otro lado, reduciría el IVA. No sé si es ético poner un IVA tan elevado para algo que genera tanta salud. También haría que los graduados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, los nutricionistas o los psicólogos deportivos, fueran profesionales sanitarios acreditados para estar en hospitales. Podrían dar una visión interesante en unidades especializadas en obesidad o diabetes. 

¿Están demasiado separados, a nivel operativo, los ámbitos deportivo y sanitario?

Hay cosas que están cambiando y evolucionando. La Asociación Española Contra el Cáncer (Aecc), por ejemplo, ya tiene un centro específico de entrenamiento y gente especializada en eso. En otras patologías de otras enfermedades, no. En otras unidades de diabetes, por ejemplo, quien enseña a hacer ejercicio son enfermeros. Y seguramente no tienen la formación deportiva precisa. No se trata de meter un gimnasio en el hospital, pero sí se pueden habilitar espacios dentro de los centros deportivos donde se traten a personas con cáncer, enfermedades renales u obesidad. Los médicos tienen miedo de derivar a los pacientes a centros deportivos donde no ven un conocimiento elevado de estos temas. Los centros deportivos tienen que ver que hay gente que busca este tipo de servicios y entonces quizás lo potenciarán más. Teniendo una visión del estado de salud de la población de España en general, creo que la gente que consiga hacer esto va a ampliar su cuota de mercado.