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Los centros deportivos están amenazados por el contexto actual

Las tres medidas con las que el Gobierno puede salvar la rentabilidad de los gimnasios

El precio de la luz, las mascarillas y el IVA, elementos que frenan la recuperación del sector

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El Ejecutivo que preside Pedro Sánchez tiene en sus manos distintas medidas que podrían favorecer, a corto y medio plazo, la recuperación del sector deportivo

(17-3-2022) Rebajar costes energéticos, quitar las mascarillas y rebajar el IVA. Tres medidas que el Gobierno de España tiene en sus manos y que podrían salvar la rentabilidad y, en algunos casos, también la viabilidad de unos centros deportivos amenazados por los significativos aumentos de costes que tendrán que afrontar este año.

Los gimnasios españoles temen que este 2022 no sea, ni de lejos, tan positivo como podría imaginar en 2020 o 2021. Cierto es que el principal obstáculo para el sector durante estos dos últimos años, la pandemia del covid, ha empezado a remitir -especialmente nivel de muertos y de casos graves, gracias a las vacunas-, y de que esto ha dado pie a una pérdida de miedo cada vez más generalizada entre el conjunto de la sociedad española. Los datos de recuperación de usuarios en los gimnasios y demás centros deportivos sigue una tendencia alcista desde el final de los últimos cierres sectoriales, pero se antoja difícil, por no decir imposible, esperar que la mayoría de empresas puedan acercarse a las rentabilidades que tenían antes de la pandemia. 

Hay tres factores que pueden variar sustancialmente las partidas de gastos de las empresas del sector deportivo que gestionan instalaciones y servicios deportivos. Y en todos ellos el Gobierno español tiene mucho que decir. De la evolución de los consumos energéticos, las mascarillas y el IVA puede depender la viabilidad y supervivencia a medio plazo de muchos gimnasios y centros deportivos. Son tres peticiones que el sector lanza a las administraciones con la esperanza de que el Ejecutivo recoja el guante y ayude a salvar a un sector muy golpeado por la pandemia. 

El precio de la energía

De las tres mencionadas, la cuestión que parece que podría tener un abordaje más inmediato es el precio de la luz y el gas. Su coste empezó a aumentar de forma significativa en 2021, y se ha disparado a máximos históricos en este primer trimestre de 2022 debido a la invasión de Rusia en Ucrania. 

Los sobrecostes energéticos son un problema muy grave para un gran número de empresas del sector que gestionan grandes instalaciones deportivas. Afecta sobre todo a aquellas con piscinas y otras zonas de agua, por su elevado consumo. Como ya explicó CMDsport la semana pasada, son numerosos los centros deportivos que se están viendo obligados a estudiar medidas drásticas tales como el cierre de piscinas o de la totalidad de sus instalaciones durante algunas franjas horarias con poco volumen de usuarios. 

Según datos de Fneid, algunos operadores han visto triplicados sus gastos energéticos en los últimos meses. Este medio ha podido contrastarlo con distintas empresas del sector. Algunas empresas alertan que la diferencia de la factura energética entre 2019, el año previo a la pandemia, y este inicio de 2022, está siendo de un 1.000%, lo que equivale a sustanciales aumentos en sus facturas que no todas las empresas podrán asumir. 

Algunas, como Supera, ya han anunciado el cierre de sus zonas de agua en varias de sus instalaciones. Otras, como Enjoy Wellness, Inacua, O2 Centro Wellness o Forus, optan de momento por mantenerlas abiertas aún a riesgo de saber que tendrán que asumir sobrecostes muy considerables que superan el millón de euros

Distintas patronales del sector han presionado en los últimos días tanto al Gobierno central como a los autonómicos para encontrar una solución urgente a esta cuestión. Ayer mismo, el Ejecutivo español anunció que ha empezado una ronda de contactos con los demás grupos políticos para consensuar una bajada del precio de la energía. Si logra el consenso esperado, prevén aprobar el próximo el 29 de marzo un decreto con un paquete de medidas enfocadas a rebajar los precios de la electricidad, el gas y los carburantes. 

El debate aplazado sobre las mascarillas

Otra medida que concierne única y exclusivamente al Gobierno central es la regulación del uso de las mascarillas tanto en interiores como en exteriores. A pesar de que las comunidades autónomas pueden incorporar algunos matices al decreto estatal -Murcia, Cataluña y Baleares permiten no usar mascarillas en las salas de fitness interiores si se respeta la distancia de seguridad de un metro y medio- lo cierto es que será el Ejecutivo de Pedro Sánchez quien ponga fecha de caducidad a esta medida, que acompaña a los gimnasios desde septiembre de 2020. 

Son varios los países europeos que han optado por retirarlas de la gran mayoría de espacios, pero en España aún siguen vigentes a pesar de que expertos epidemiólogos señalan que el actual es un momento ideal para eliminarlas de los espacios interiores. Pese a la insistencia de distintas comunidades de retirar su uso de forma progresiva a partir de Semana Santa, lo cierto es que el Ejecutivo español ha decidido ir aplazando el debate que quiere mantener desde el Ministerio de Sanidad con los consejeros de Sanidad de las distintas comunidades autónomas. 

A pesar de que aún no hay una fecha concreta para abordar cómo ni cuándo se retira, algunas informaciones apuntan a que el próximo mes de abril podría tener lugar el debate para decidir sobre una relajación de las mascarillas en interiores. La patronal Fneid reclamó la semana pasada su retirada inmediata en el Congreso de los Diputados y en la Comunidad de Madrid.

Lejos de las cifras precovid

Las mascarillas son una de las medidas que más bajas han provocado y que más han frenado la recuperación de los gimnasios. Algunas cadenas apuntan a que aún habrá que esperar entre cuatro y seis meses, una vez las quiten, para que la pérdida del miedo se generalice y los gimnasios puedan recuperar las cifras precovid. 

Lo cierto es que el sector del fitness lleva meses recordando que aún sigue lejos de los volúmenes de socios y de ingresos que tenía en 2019. Lo constata, mes tras mes, el Barómetro mensual que elabora FitnessKPI a través de datos reales obtenidos por parte de los gimnasios. El sector cerró el pasado mes de febrero con una recuperación media del 78% en relación a las cifras previas a la pandemia. Para establecer este porcentaje, se tienen en cuenta distintos KPI tales como las altas, las bajas, las cifras de socios, los accesos o los ingresos. 

A pesar de que constata una diferencia aún significativa de un -22% en relación al periodo precovid, los datos registrados el mes pasado son los mejores desde el estallido de la pandemia. Se trata de una posición muy distinta de la que tenía justo hace un año, en febrero de 2021, cuando el mismo Barómetro situaba la recuperación del sector en un 51%. 

En el último año, por tanto, los gimnasios han recuperado 26 de los 49 puntos porcentuales de diferencia que les faltaban, eso es una media de 2,1 puntos por mes. La recuperación, como es lógico, fue más pronunciada tras la campaña de enero y febrero y de septiembre y octubre que en los meses veraniegos. 

De mantener la evolución que el sector ha tenido a lo largo del último año, no se alcanzaría una recuperación completa hasta principios de 2023. Es decir, que hasta al menos dentro de un año es más que probable que la mayor parte de empresas del sector -ya existen casos muy concretos en los que se han recuperado los volúmenes de usuarios precovid, pero son una minoría anecdótica- no recuperarían la salud que tenían antes del estallido de la pandemia. 

Un trayecto durísimo de al menos tres años para recuperar las cifras de usuarios y de ingresos previos al covid. Estas cifras evidencian la necesidad de que, desde las administraciones, se dé un empujón al sector para favorecer su recuperación. Eliminar las mascarillas en un sector que se ha demostrado más que seguro en tiempos de covid contribuiría a impulsar esta deseada recuperación. 

La hora de devolver los ICO

Pero incluso logrando de nuevo las cifras de socios y de ingresos previos al covid, lo cierto es que muchas empresas verán peligrar sus negocios si no logran controlar las partidas de gastos. A los ya comentados problemas energéticos hay que añadirles otros conceptos que elevarán los costes de las empresas a lo largo de este año. 

Por un lado, esta primavera muchas cadenas tendrán que empezar a afrontar las amortizaciones de los ICO solicitados para hacer frente a las dificultades de tesorería. Aunque se amplió a un máximo de diez años el plazo disponible para devolverlos, lo cierto es que su devolución llega en un momento en el que la salud financiera de las empresas sigue lejos de su mejor momento. 

Por si fueran pocos los obstáculos para las empresas, a ello hay que añadir la considerable subida que ha experimentado el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en España: en 2018 estaba en 735 euros y, este 2022, ha alcanzado los 1.000. Un 36% de diferencia en apenas cuatro años. A esta subida por ley podría sumarse pronto otra, la que se establezca en el V convenio colectivo de las instalaciones deportivas, actualmente en fase de negociación. Como explicó este medio la semana pasada, las patronales propondrán una subida escalonada para desbloquear las conversaciones

Estos gastos sobrevenidos están obligando a la gran mayoría de las empresas del sector a subir los precios de sus cuotas y abonos, un factor que no ayuda, precisamente, a favorecer el retorno de usuarios a los centros deportivos. 

La eterna pelea del IVA

Todos estos costes añadidos ponen en serio peligro la rentabilidad o, incluso, la viabilidad de la mayoría de empresas del sector. Todos ellos llegan de golpe para una industria que, por si fuera poco, tiene que asumir un IVA de lujo del 21%. Pese a los esfuerzos de Fneid y del resto de entidades del sector para reclamar un descenso al tipo reducido del 10%, el Gobierno por ahora hace oídos sordos a sus peticiones y se resiste a modificar este impuesto. Y eso a pesar de haber evidenciado con datos que una rebaja del IVA de los gimnasios generaría un ahorro de muchos millones de euros para las arcas del Estado. 


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