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Solo el Grupo Vivagym, de momento, tiene centros en ambos países

Los gigantes del fitness portugués aceleran y amplían su mirada a España

Fitness Up y Balance Company confían en abrir gimnasios en suelo español en 2023

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Los CEO de las cuatro principales compañías del fitness portugués, de izquierda a derecha y de arriba a abajo: Juan del Río (Grupo Vivagym); Bernardo Novo (SC Fitness); Pedro Simao (Balance Company) y Hélder Marinho (Fitness Up)

(7-7-2022) Los cuatro gigantes del fitness en Portugal se preparan para afrontar una carrera de fondo en la que todos aspiran a liderar el mercado del país luso a nivel de unidades. El Grupo Vivagym , Solinca, Balance Company y Fitness Up empiezan a reanudar unos planes de expansión que, para la mayoría de ellas, no se limitan a Portugal: dos de ellas esperan poder debutar en España en 2023.

“Sí, queremos ser los líderes del fitness portugués”. Son cuatro los operadores de gimnasios que coinciden con esta respuesta. El Grupo Vivagym (a través de su filial portuguesa, Fitness Hut), Solinca, Balance Company y Fitness Up empiezan a posicionarse para afrontar la era post covid con la mayor red de centros posible. Si se cumplen los pronósticos de todas ellas, podrían acercarse a los 240 gimnasios en 2025. A día de hoy, entre las cuatro, aglutinan 137. 

Las cuatro empresas tuvieron que frenar sus respectivos planes de crecimiento debido a la pandemia. Ahora, con un horizonte más optimista, quieren basar la mayor parte de su expansión a través de marcas low cost. Solo dos de ellas (Solinca y Balance Company) tienen otras marcas-rótulo de segmentos como el de precio medio el premium. 

CMDsport ha contactado con las cuatro compañías para conocer sus planes de crecimiento, no solo para Portugal, sino también para el mercado español, donde por ahora solo tiene presencia Vivagym. Es precisamente ésta última la enseña que, en la actualidad, lidera por un estrecho margen de diferencia el ranking de cadenas con más centros de fitness en el país luso. Cuatro años y medio después de adquirir Fitness Hut, a principios de 2018, el Grupo Vivagym ha logrado construir el mayor grupo de centros low cost en Iberia: cuentan con 99 gimnasios, 57 de ellos en España y 42 en Portugal. 

La cadena abrirá su 43º centro en el país luso el próximo mes de septiembre, en Cacém. Según explica a CMDsport el CEO del Grupo Vivagym, Juan del Río, su intención es abrir “entre 10 y 15 gimnasios en Portugal en los próximos tres años”. Eso significa inaugurar entre 3 y 5 centros en 2023, 2024 y 2025. Vivagym, por tanto, aspira a llegar a gestionar entre 53 y 58 gimnasios en Portugal en 2025. 

La enseña espera no detener ahí su crecimiento en el país luso. Según indica el CEO de Vivagym, la intención del grupo es mantener un ritmo estable de aperturas en el futuro. El objetivo marcado a medio plazo es alcanzar los 150 centros y el medio millón de socios en Iberia, con una proporción del 80% de las aperturas en el mercado español y un 20% en el portugués. Es decir, que si abrieran 30 gimnasios al año en el futuro, 24 serían en España y, 6, en Portugal. “Queremos seguir siendo una cadena líder en Iberia, porque creemos que tenemos el modelo de negocio que va a liderar el mercado, con un equipo y un concepto de salud muy importante”, reivindica. 

“Esta cifra sería adecuada en un mercado, el portugués, donde hay buenas oportunidades. Eso sí, hay que mirarlas bien”, reconoce Juan del Río, quien asegura que el margen de crecimiento del fitness en el país luso es “parecido al de España”. La inversión para abrir un gimnasio en Portugal, retoma, es “muy parecida” a la que se exige en España, ya que según indica la mayor parte de centros se abren en Lisboa, Oporto o sus respectivas áreas metropolitanas. 

FITNESS UP, A POR LAS 100 UNIDADES

La compañía que ha manifestado unos planes de expansión más ambiciosos hasta la fecha para el mercado portugués es Fitness Up. Como explicó su propietario, Hélder Marinho, a CMDsport, la intención de esta enseña es alcanzar los 100 gimnasios en un plazo de cinco años, eso es en 2027. 

Actualmente esta cadena low cost gestiona 28 gimnasios en el país luso, a los que quieren sumar otros ocho en el segundo semestre del año. Es decir, aspiran a terminar 2022 con 36 centros de fitness. Para 2023 confían en poder añadir 10 gimnasios más, que podrían llegar a través de la adquisición de una pequeña red de gimnasios. De cara a 2024, su intención es superar los 50 gimnasios. 

Fitness Up también se plantea desembarcar en España y Francia en 2023. “Estamos analizando posibilidades para montar estructura en estos dos países, dos mercados muy competitivos donde no solo queremos abrir un centro, sino tener una red capaz de competir por el liderazgo”, expresó Marinho. Su debut en España podría ser a través de Valencia, donde ya negocian la adquisición de un local. Aunque en Portugal funcionan a través de centros propios, no descartan crear un sistema de masterfranquicia para su expansión internacional. 

LOS TRES MODELOS DE BALANCE COMPANY

La empresa que ha apostado por tener una mayor variedad a nivel de tipologías de gimnasios según su precio y oferta es Balance Company. El grupo estrenará este año su nueva marca intermedia, Fitness Theory 30. Ésta se suma a Fitness Factory (low cost) y a Balance Club (premium), de forma que el grupo puede ofrecer un abanico más amplio de opciones para todo tipo de públicos. 

Este grupo gestiona en la actualidad 28 gimnasios en Portugal: 23 Fitness Factory y 5 Balance Club. A éstos podrían añadirles 15 unidades más en el segundo semestre, la gran mayoría de ellos de su marca low cost y de la intermedia. El primer FT30 se ubicará en Caldas da Rainha, pero podrían llegar a cerrar el año con hasta cinco centros con esta marca-rótulo. Si cumplen los pronósticos más optimistas, cerrarían 2022 con unos 43 gimnasios. De cara a 2023, su idea es superar los 50 centros. 

Como ya avanzó CMDsport, esta compañía espera desembarcar en España en 2023 con dos de sus marcas: Fitness Theory 30 y Fitness Factory. Si vemos alguna oportunidad en grandes municipios iremos a por ella, pero creemos que podemos marcar la diferencia, sobre todo con Fitness Factory, en cualquier ciudad de más de 10.000 personas, donde a veces es raro encontrar un gimnasio”, admite el CEO de Balance Company, Pedro Simao. Su llegada al mercado español sería a través de una masterfranquicia. 

SOLINCA DESCARTA VOLVER A ESPAÑA

De las cuatro cadenas consultadas, solo hay una que, según ha declarado a este medio, no se plantea desembarcar en España a corto o medio plazo porque su objetivo es “consolidar y reforzar el liderazgo económico en Portugal”. Se trata de SC Fitness, la empresa del grupo Sonae Capital que se desarrolla en el segmento del fitness con 39 gimnasios repartidos en dos marcas: Solinca (valor por precio), que gestiona 34 centros en la actualidad (22 del modelo Classic, con piscina, y 12 del modelo Light, sin piscina); y Element (low cost), marca-rótulo que nació en plena pandemia y que ya cuenta con cinco establecimientos. 

Según explicó el pasado mes de marzo el CEO de SC Fitness, Bernardo Novo, el grupo “tiene un plan de expansión muy agresivo, con 12 aperturas previstas para 2022”. De éstas solo habrían completado una, de momento, de la marca Element. La intención de la enseña es alcanzar, solo con esta última marca de bajo coste, los 40 clubs en Portugal a finales de 2024. No ha trascendido públicamente la cifra de aperturas previstas para la marca Solinca.

De cumplir con los pronósticos marcados para su marca low cost, Element, SC Fitness arrancaría 2025 con más de 80 gimnasios en el país luso. “Queremos ser el operador de referencia y líder en el mercado del fitness en Portugal”, insisten desde SC Fitness. 

Es preciso recordar que Solinca ya tuvo presencia en España, durante una década gestionó un gimnasio en Málaga. La instalación, un centro deportivo pionero que en 2001 introdujo el concepto del wellness en esta ciudad andaluza, cerró sus puertas en enero de 2013 tras haber dado servicio a más de 30.000 socios a lo largo de diez años. La caída del número de clientes fruto de la crisis y el aumento de la competencia (low cost) en el sector propiciaron el cierre de la instalación, que contaba con una estructura muy grande. 


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