(22-4-2022). La cadena de gimnasios low cost percibe los primeros efectos del fin de las mascarillas en interiores, en forma de nuevas altas. En los últimos 12 meses, ha recuperado un 33% de abonados, hasta los 246.000 clientes. Buenos datos que contrastan con un 50% de incremento de la factura energética, para la que el grupo busca alternativas que no impliquen subir tarifas.
El fin de la obligatoriedad de usar mascarillas en interiores desde el pasado 20 de abril ha sido recibido por los gimnasios españoles con alegría y alivio, tras 594 días de tener que convivir con este elemento protector. Si bien, en general, el sector se muestra cauto a la espera de que pasen las primeras semanas para poder realizar un análisis, lo cierto es que el fin de la última restricción del Covid19 habría comenzado a generar los primeros efectos positivos en el fitness.
Así lo constatan desde la cadena de gimnasios low cost VivaGym Group, la cual habría detectado un repunte en la cifra de altas a sus gimnasios desde inicios de esta semana, como preludio de la esperada noticia. Según cifra el Ceo de la compañía, Juan del Río, entre el lunes y el mismo miércoles de entrada en vigor del cambio en la normativa, “las altas en nuestros clubes se han incrementado un 20% respecto a periodos análogos de otros años”.
El directivo admite que el incremento “no está siendo explosivo, como sí lo suele ser en las campañas de septiembre y octubre”. Aunque, añade, “es reseñable, teniendo en cuenta la fecha en la que nos encontramos”.
61.000 abonados ganados
A la espera del balance final del mes de abril, a fecha de hoy, VivaGym Group aglutina alrededor de 246.000 abonados, repartidos entre sus 97 gimnasios, contando los 55 que gestiona en España y los 42 en Portugal.
Una cifra que evidencia que, en los últimos 12 meses, los primeros sin afectaciones por cierres de gimnasios desde el estallido de la pandemia, la cadena ha logrado recuperar un 33% de los clientes, tras finalizar abril de 2021 con algo más de 185.000 abonados.
Son 61.000 abonados ganados en un año en el que el sector del fitness pudo desprenderse de varias restricciones, siendo las más dañinas las limitaciones de aforo y los cierres temporales. Si bien, la mayoría de comunidades decretaron los últimos cierres temporales de gimnasios entre finales de 2020 y principios de 2021, algunos territorios extendieron la restricción hasta los meses de marzo, abril e incluso junio, en las poblaciones con mayor afectación de contagios por Covid19.
En concreto, la Comunitat Valenciana extendió los cierres parciales hasta el 14 de marzo, mientras que en Melilla la medida estuvo vigente hasta el 18 de abril. Por su parte, en Cantabria, Galicia y Andalucía, el fitness tuvo que padecer cierres parciales hasta el mes de junio.
Afrontar la recuperación completa
Dejadas atrás las restricciones que tanto han lastrado el avance del sector, VivaGym afronta el futuro con el reto de recuperar el 27% de masa de clientes que ha perdido en estos dos años de pandemia.
Antes del Covid, la cadena registraba la mejor cifra de abonados de su historia, cerrando 2019 con 310.000 abonados en sus 97 clubes. Para entonces, la media de clientes por club rondaba los 3.800 socios. Actualmente, de nuevo con 97 clubes tras cerrar uno en Portugal y abrir en mayo su vigésimo club en Barcelona, la media se encuentra por debajo de los 2.800 por club. “La prioridad es volver a llenar los gimnasios y que la media ascienda a 3.000 clientes por club”, apunta Del Río.
La cadena ha previsto cerrar el ejercicio 2022 con una facturación cercana a los 75 millones de euros, lo cual le permitiría alcanzar un nivel de recuperación cercano al 90%, colocándose tan solo un 11% por debajo de la cifra de 85 millones de euros registrada en 2019, hasta la fecha su mejor año.
Momento para precios competitivos
Además del reto de la recuperación, la cadena afronta el fuerte incremento de los costes energéticos que, en el caso de VivaGym, le ha llevado a pagar “un 50% más en las facturas ahora que hace un año”, se lamenta el Ceo de la compañía.
La enseña estudia fórmulas que le permitan paliar estos excesivos incrementos, como podría ser la firma de contratos a medio plazo, “que nos permitiera asegurar unas tarifas fijas”. Fórmulas en las que no se contempla aplicar el sobrecoste en las tarifas a los abonados.
“Subir precios en el momento actual es arriesgarse a frenar la recuperación”, opina Juan del Río, quien considera que “se aproxima una incertidumbre económica, y prefiero que nos pille en tarifas competitivas, por debajo de los 30 euros”.
Una vez pasada la incertidumbre, del Río no descarta revisar al alza los precios, si bien se muestra cauto. “Maximizar tarifas un año, supone sufrirlo al siguiente, y toca ser muy precavidos”, señala.
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