Quantcast

ESENCI@L

En su primer año, aspira a vender entre 400 y 500 bicicletas

Volava, la alternativa española a Peloton, echa a andar

El proyecto consta de una bicicleta estática, una app y un gimnasio boutique

volava

(18-12-2018). Tras dos años de desarrollo y el lanzamiento el pasado abril de las pruebas piloto, Volava arrancó oficialmente su actividad comercial el pasado noviembre con la comercialización de bicicletas estáticas de diseño propio, clases virtuales y un gimnasio boutique que ha abierto sus puertas en Barcelona. El objetivo, ser la alternativa en suelo europeo de Peloton.

Clases de cycling en casa como si se estuviera en una sesión en vivo. O directamente asistir a una clase en grupo en la que compartir la experiencia con los presentes y vía online. Esta es la propuesta de la startup catalana Volaba, que tras invertir dos años en dar forma a su proyecto y testar el modelo durante unos meses, inicia ahora su actividad comercial.

Según explica su impulsor, Joel Balagué, Volava surgió tras comprobar que Peloton no comercializaba sus bicicletas en el mercado español. “Como consumidor soy gran aficionado al programa que propone esta compañía norteamericana y decidí crear un proyecto semejante aquí”, explica.

Clases online con sensaciones reales

Teniendo Peloton como referencia, Volava ofrece clases de cycling indoor en streaming, bajo demanda y también presenciales. El proyecto se sustenta en tres elementos; la comercialización de una bicicleta estática de diseño propio, una app desde donde seguir y descargar las clases para consumir en casa, y un gimnasio boutique donde acudir a clases en directo.

Balagué cuenta que “Peloton tiene muchas cosas buenas pero una de las principales es que consigue trasladar las sensaciones que se viven en una clase, a los hogares”. Es por este motivo que, siguiendo el modelo norteamericano, decidió habilitar un espacio donde realizar las clases que nutrirían de contenido la app.

“En un principio, sopesamos la opción de llegar a un acuerdo con algún gimnasio para grabar las clases en sus salas, pero no llegamos a ningún entendimiento, así que optamos por abrir nuestro propio centro”, comenta.

El club en cuestión se ubica en el número 51 de la calle Sant Marius de Barcelona, junto a la Ronda del General Mitre, y tiene las características de un centro boutique, en el que los usuarios asisten a las clases de ciclismo indoor mediante la fórmula del pago por uso.

Las sesiones están impartidas por seis monitores y se pueden seguir en castellano y en inglés. Hay tres modalidades de sesión a escoger, según su duración de 45′, 30′ o 20′. “Es un producto enfocado a personas de 35 a 110 años, que quieran disfrutar y no sufrir por ejercitarse”, apunta Balagué, quien añade que “todo, incluso la música, está pensada para que sean clases amenas y dirigidas a personas que no tienen tiempo para acudir a clases de gimnasios y que no les motivan las sesiones habituales de cycling”.

Bicicletas con estándares premium

En cuanto a la bicicleta, ésta ha sido diseñada por el propio Joel Balagué, ingeniero industrial de profesión, y cuenta con “componentes de bicicleta premium y características como freno magnético, correa de transmisión ultrasilenciosa, entre otras”. Dispone de una tablet de 22” con sistema Android, desde donde se transmiten las sesiones publicadas en la plataforma creada por Volava.

El ensamblaje de las bicicletas se realiza en Barcelona con piezas procedentes de fábricas españolas, de Taiwan y de China. Su precio es de 1.995 euros.

En estos primeros meses de actividad, la empresa ha comercializado 15 unidades de la bicicleta, siendo el objetivo alcanzar entre 400 y 500 unidades vendidas al año en todo el territorio nacional.

Sin embargo, admite Balagué, “el negocio está en la suscripción mensual”, aspirando a superar los 300 usuarios en el primer año de actividad.

Volava ofrece dos tarifas, la Premium que incluye la venta de la bicicleta y una subscripción mensual a la plataforma, y otra más económica dirigida a personas que ya dispongan de bicicleta estática y quieran consumir tan solo las clases a través de la app.

“Servicios de streaming y clases a distancia, hay muchos, pero con Volava queremos transmitir a la perfección lo que ocurre en una clase presencial, poniendo mucho énfasis en la gamificación y un contacto próximo aunque el usuario esté en su hogar”, afirma.

Internacionalización

Balagué destaca orgulloso que, si bien las primeras ventas están procediendo de clientes que conocen Peloton, “el nivel de satisfacción con las clases en muy alto, y es lo que llama más la atención”.

De hecho, el proyecto, que fue presentado en la pasada feria FIBO, ha despertado el interés de usuarios y también profesionales del sector, entre los que se encuentran proveedores de maquinaria de fitness que han propuesto acuerdos a Volava, así como distribuidores que quieren comercializar el producto. Sin embargo, por el momento, la startup prefiere “no cerrar acuerdos y hacer crecer el proyecto con independencia”.

También ha recibido interés procedente del mercado internacional, habiendo recibido pedidos desde Alemania, Dinamarca y Dubai. Países en los que Volava está estudiando introducirse a través de un acuerdo con algún gimnasio local. “Al final, tan sólo necesitamos un lugar en dónde grabar las clases en vivo y con un gimnasio por país es suficiente”, estima Balagué.

A pesar de todo, la startup es consciente que aún genera recelos. “Existe interés, se ve que es una solución técnicamente solvente, pero la juventud de nuestra empresa como startup genera dudas a los posibles inversores”, lamenta.

Con todo, Volava proyecta un futuro prometedor aupado por un nicho de mercado que presenta un gran potencial; “aquellos que no practican ejercicio físico por considerar que les falta el tiempo”, concluye Joel Balagué.


No hay comentarios

Añade el tuyo